- La nutrióloga clínica mencionó que los proveedores de servicios médicos necesitan pedir permiso a sus pacientes para hablar sobre ella, ofrecer consejos y un tratamiento adecuado
Carlos Hugo Hermida Rosales
Fotos: Omar Portilla Palacios
19/03/2024, Xalapa, Ver.- “Es fundamental que los proveedores de servicios médicos reconozcan a la obesidad como una enfermedad crónica y soliciten permiso a sus pacientes para hablar sobre ella y dar consejos”, mencionó Magaly Lizaola Merchant, nutrióloga clínica, al impartir una conferencia virtual organizada por la Maestría en Salud Pública de la Universidad Veracruzana (UV).
La profesionista pidió no asumir que todos quienes la presentan desean atenderse, y a los que sí, se les debe ofrecer un tratamiento de manera imparcial.
Al exponer el tema “Terapia médica nutricia de la obesidad: una revisión de la literatura actual”, Magaly Lizaola comentó que a nivel mundial la alta carga de las enfermedades crónicas no transmisibles son un gran factor de riesgo de mortalidad.
Compartió que según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, en México la ganancia excesiva de peso inicia desde los primeros cinco años de vida en el 7% de la población.
Por su parte, entre adultos el 76.8 y 73.5% de mujeres y hombres, respectivamente, presentan algún grado de sobrepeso u obesidad; estos padecimientos elevan nueve veces el riesgo de padecer diabetes, tres el de cáncer y dos el de enfermedad coronaria y cardiovascular.
La nutrióloga explicó que al ser humano le cuesta perder peso corporal, porque éste se establece biológicamente por un sistema homeostático que modula la alimentación y el gasto energético, para mantenerlo en un nivel regulado.
Enfatizó en la importancia de contar con una dieta saludable, basada en su mayor parte en vegetales, frutas, leguminosas, pescado y carnes blancas, pues existen estudios que indican que puede aumentar la esperanza de vida hasta una década.
“Una ingesta óptima de los alimentos mencionados y limitada de carnes rojas, bebidas azucaradas y comida procesada, reduce el riesgo de padecer enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardiaca”, aseguró.
La experta comentó que, igualmente, una buena nutrición es esencial en la gestación, pues algunas investigaciones muestran que mujeres embarazadas expuestas a hambruna tienen descendencia más susceptible a contraer diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, microalbuminaria y otros problemas de salud; estos efectos duran incluso una generación posterior en forma mitigada.
Manifestó que la evaluación de una persona con obesidad se debe realizar con el uso de medidas adecuadas, y la identificación de las causas fundamentales, mediadores, complicaciones y barreras para su tratamiento.
Además, es primordial discutir las diversas acciones a implementar: actividad física, terapias médicas, psicológicas, farmacológicas e incluso quirúrgicas.
La nutrióloga declaró que es indispensable que los profesionales de la salud se comprometan con el seguimiento y reevaluaciones continuas de los pacientes que la presentan, a fin de mejorar la atención de esta enfermedad crónica.
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