- Situación similar se da en las montañas mexicanas, aseguró Kenji Yoshikawa, investigador de la Universidad de Alaska Fairbanks
- Ofreció conferencia en el marco del 25 aniversario del Centro de Ciencias de la Tierra de la UV
José Luis Couttolenc Soto
Fotos: Claudia Peralta Vázquez, José Rujiro Hernández Temis y cortesía Víctor Soto Molina
21/06/2024, Xalapa, Ver.- Las altas temperaturas registradas en años recientes, debido al cambio climático, contribuyen de manera importante al derretimiento de los glaciares, afirmó Kenji Yoshikawa del Centro de Investigación Ambiental y del Agua, de la Universidad de Alaska Fairbanks, Estados Unidos.
El especialista ofreció la conferencia virtual “Límite inferior del permafrost montañoso y procesos periglaciares”, en el marco de los festejos del 25 aniversario del Centro de Ciencias de la Tierra (CCT) de la Universidad Veracruzana (UV), y que también formó parte del ciclo de conferencias “Divulgación de la ciencia y acceso universal al conocimiento”.
Mencionó que el calentamiento del permafrost tiene el potencial de amplificar el cambio climático global, ya que los sedimentos congelados pierden ese estatus liberando carbono orgánico del suelo; sin embargo, puntualizó que a la fecha no se ha compilado ninguna evaluación global consistente del cambio de temperatura del permafrost.
El académico explicó que, más allá de la temperatura global, algo similar a lo que ocurre en otras partes del planeta sucede también en las montañas mexicanas, en donde no se encuentran exentos cuatro de sus principales lugares: Citlaltépetl (Pico de Orizaba), Popocatépetl, Iztaccíhuatl y Nevado de Toluca.
Kenji Yoshikawa explicó que el permafrost es la capa de suelo que siempre se mantiene congelado (no cubierto de hielo o nieve) y se localiza en regiones muy frías o periglaciares; dijo que un 10% de la tierra está cubierto de glaciares y en tiempos geológicos llegó a ser del 30%.
Estas grandes y gruesas masas de hielo en el mundo, acumulan más del 75% de agua dulce y son producto del clima, permanentemente están intercambiando masa con otras partes del sistema hidrológico; además, van creciendo con la adición de la nieve y otros tipos de hielo.
En la organización de la charla participaron, además del CCT, el cuerpo académico (CA) Volcanes, Sismos y Sociedad; el Observatorio Sismológico y Vulcanológico de Veracruz; la Coordinación Universitaria de Observatorios; el Programa de Estudios de Cambio Climático, y la Facultad de Instrumentación Electrónica.
Colaboración internacional de larga data entre investigadores
Kenji Yoshikawa visitó México del 17 al 22 de junio para colaborar en trabajo de campo en dos de las principales montañas del país: el Nevado de Toluca y el Cofre de Perote. Estas actividades fueron realizadas como parte de los proyectos que se han venido realizando en el Centro de Ciencias de la Tierra, específicamente en temas de glaciología y permafrost, promovidos por el investigador Víctor Soto Molina.
Dicho trabajo de campo entre ambos científicos consistió en respaldar la información de datos obtenidos mediante sensores colocados hace un año en el Nevado de Toluca, así como la instalación de otra red de monitoreo en su cima. Esta información permitirá entender cómo las condiciones de congelamiento intervienen en los procesos de la geomorfología de la montaña.
Por su parte, en el Cofre de Perote, se colocaron redes de monitoreo del subsuelo para determinar las condiciones de congelamiento a que está sujeta la montaña, asimismo para elaborar un estudio retrospectivo del clima periglaciar que ha venido a evolucionar el relieve de la montaña.
Ambos investigadores han trabajado en el Pico de Orizaba desde hace diez años, y en conjunto han publicado distintos artículos de investigación, siendo el más reciente “Freeze-thaw cycles and associated geomorphology in a post-glacial environment: current glacial, paraglacial, periglacial and proglacial scenarios at Pico de Orizaba volcano, Mexico” publicado hace apenas unas semanas: el artículo puede accederse a través de la página de la revista https://link.springer.com/article/10.1007/s11629-024-8662-4
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