- María Elisa Suárez dijo que es necesario iniciar un cambio en los talleres de grabado, por la toxicidad de las sustancias utilizadas
- Esmeralda Tobón comentó que el texto abre a los alumnos un nuevo mundo para crear y escribir
Paola Cortés Pérez
Fotos: Omar Portilla Palacios
20/03/2023, Xalapa, Ver.- El libro Gráfica menos tóxica. Antecedentes y alternativas, de Francisco Ulises Plancarte Morales, hace una recopilación y describe más de 14 técnicas que no sean contaminantes y dañinas para los grabadores y artistas.
El texto se presentó en el marco de II Encuentro Internacional de Estampa de América Latina y el Caribe 2023, organizado por el Taller de Grabado de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV) y el Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana, en coordinación con el Instituto Veracruzano de la Cultura.
El conversatorio sobre la obra tuvo lugar en la Galería “Ramón Alva de la Canal” de la UV y en ella participaron: Francisco Ulises Plancarte, María Elisa Suárez Zavaleta y Esmeralda Tobón Ávalos, docentes de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A lo largo del tiempo se ha buscado que el taller de gráfica sea menos tóxico, ya que se trabaja constantemente con muchas sustancias que son dañinas para profesores, estudiantes y artistas; esto motivó a Placarte Morales a desarrollar investigación sobre técnicas antiguas que abonaran en este tema.
“En los talleres de dibujo, gráfica o estampa, se trabaja con sustancias como aguarrás, solventes y tintas que son contaminantes. Las personas no tienen cuidado al disponer de estos residuos; tendría que ser el docente quien enseñe los peligros de las sustancias y desarrollar una gráfica menos tóxica.”
En México, el grabado se ha practicado de la misma forma durante siglos, pero dio un giro con la llegada de artistas norteamericanos en la década de los sesenta, ya que los mexicanos se dieron cuenta que podían experimentar con técnicas y objetos diversos como fotocopiadoras, fotografía análoga y digital, plotter o computadora.
“Hemos tratado de ver los caminos que han existido en el país para desarrollar procesos que deben ser menos tóxicos. La realidad nos dice que pueden hacerse cosas interesantes con la creatividad del mexicano y con los elementos presentes en el país”, subrayó el autor.
Contó que a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta empezó a usarse macilla de poliéster –material utilizado para arreglar abolladuras en autos– para elaborar obras debido a su secado rápido y a que permite serigrafiarse.
Algunos de los procesos que el artista Francisco Ulises Plancarte ha experimentado en el taller de grabado y gráfica, son usar tetrapak con el que elabora planchas grandes, donde se realiza el dibujo y los cortes en la parte metálica.
Con el libro se invita a los maestros, artistas, estudiantes y personas interesadas en el grabado, a indagar y experimentar con técnicas de grabado menos contaminantes, así como difundirlas.
“El conocimiento generado no vale mucho la pena si no lo exhibimos y compartimos”, dijo el creador, quien anunció la donación de algunos ejemplares a la biblioteca de la Unidad Académica de Artes.
En su participación, Esmeralda Tobón dijo que el texto debe verse como un manual que contiene más de 14 técnicas descritas de una forma sencilla, mismas que han sido experimentadas por el autor para conseguir una gráfica menos tóxica.
Se trata de una aportación relevante a nivel Latinoamérica, ya que en sus páginas reúne una diversidad de técnicas, como el caso del tetrapak, poliestergrafía, unicel y lasergrafía, además de las aportaciones académicas.
“Abre un mundo a la creación y la experimentación. Para los alumnos es un manual para crear y escribir”, opinó.
En tanto, María Elisa Suárez mencionó que el libro es resultado del trabajo realizado por Plancarte Morales con sus alumnos y está lleno de anécdotas. El conocimiento no debe quedarse en un taller o escuela, sino darse a conocer y motivar a los estudiantes a que tomen apuntes de sus experiencias para compartirlas.
“Pensamos que era necesario empezar a hacer un cambio por la toxicidad de las sustancias utilizadas, fue así que empezamos a buscar hasta en los ‘remedios de la abuelita’ para no estar expuestos a elementos que nos hicieran ver elefantes rosas”, dijo en referencia a los efectos tóxicos de los compuestos.