- Las escritoras Monique Zepeda, María Baranda y Martha Riva Palacio participaron en el conversatorio “La experiencia de escribir literatura infantil y juvenil en la actualidad”, en el marco de la FILU Virtual
Paola Cortés Pérez
27/03/2021, Xalapa, Ver.- La escritora Monique Zepeda Sein expresó que después del periodo de confinamiento se verán diversas situaciones en los niños –y en los adultos– que sólo podrán sanar con el juego físico y la lectura, durante su participación en el conversatorio “La experiencia de escribir literatura infantil y juvenil en la actualidad”, en el marco de la 1ª Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) Virtual 2021.
En el conversatorio, realizado la tarde del miércoles 24 de marzo y transmitido vía Facebook Live @FILU.UniversidadVeracruzana, participaron las escritoras Monique Zepeda, María Baranda y Martha Riva Palacio; moderadas por Alma Espinosa Arroyo, de la Editorial UV.
Durante esta charla las destacadas mujeres hablaron e intercambiaron opiniones sobre el proceso de escribir un libro para público infantil y juvenil, el juego que hay en sus libros, las voces femeninas que aparecen en él, entre otros temas.
Con respecto al proceso para escribir un libro, María Baranda dijo que la literatura es una gran conversación, donde el reír y el jugar tiene relación estrecha con lo que hace y cómo concibe sus libros, cómo se divierte, “soy la primera lectora de mis textos”.
Contó que empezó a contar historias como un juego cuando era niña; al crecer en un mundo de varones, una manera para que le hicieran caso y dejaran de rebotar la pelota, tuvo que crear muchas historias para jugar, muchos diálogos y aprendió a hacerlo rápido, divertido y con el sentido de lo inmediato.
“Para mí, escribir es inventar y esto tiene que ver con el juego, estoy inventando un mundo porque lo necesito, necesito dibujarme nuevas montañas, ríos, necesito escuchar palabras distintas, donde quisiera que estuvieran los niños.”
En tanto, Martha Riva Palacios comentó: “Cada texto que hago, sin importar la edad a la que vaya dirigido, es para responderme alguna pregunta en la que necesito indagar y explorar más a fondo, que a veces me lleva a lugares que no esperaba”.
Monique Zepeda dijo que escribe para los niños y los jóvenes desde un tono travieso, alegre, un poco pispireto y no autorizado por los adultos.
“Mi intención fundamental es cómo hacerle para que desde ese universo donde están los niños –tan divertido y con tantas ocurrencias–, donde también pasan cosas difíciles, cómo hablarlas con ellos, es algo que siempre tengo en la mira.
”Un libro te permite sentirte acompañado en ese proceso de tramitar una experiencia complicada, dolorosa o que simplemente no debió ocurrir.”
Sobre el juego y la lectura, las escritoras coincidieron en que los niños necesitan crear momentos de ocio y de silencio, que generalmente los alumnos no les permiten tener, por el contrario, los llenan de actividades.
“Los niños tienen la necesidad de crear estos tiempos y espacios de refugio donde es posible ese silencio que te permite generar una gran diversidad de mundo posibles, vamos asfixiando su capacidad de asombro”, comentó Martha Riva Palacios.
Mientras que para Monique Zepeda el juego es fundamental en la vida y es señal de un funcionamiento saludable; entonces, para los niños el juego tendría que ser la materia I, II, III, IV y V en la escuela.
“Después de este periodo de confinamiento veremos una serie de cosas en los niños que sólo podrán sanar con juego físicos y lectura.”
Al preguntarles sobre la creación de las voces femeninas, de los personajes de sus libros, María Baranda dijo que no ve una separación entre el género y la literatura.
“Yo soy escritura, los personajes a veces son mujeres, a veces hombres, a veces gatos, perros, cigarras; mi yo varía en distintos espejos, depende de mi necesidad literaria, de mi devenir literario.”
“La voz está anclada al cuerpo, la voz es un universo y varía según los proyectos de cada quien y de cada libro”, enfatizó Martha Riva Palacios.
Finalmente, Monique Zepeda apuntó que la historia es la que habita al escritor, no lo deja en paz por las noches; no es una elección contarla, no desde una voz femenina, sino que surge, es una voz que resuena desde dentro y atraviesa, “creo que es independiente del género del personaje”.