Jorge Vázquez Pacheco
25/10/2017, Xalapa, Ver.- En el inicio de las actividades del 8º Festival Internacional Jazzuv, el martes 24 de octubre en la Casa del Lago de la Universidad Veracruzana (UV) la cantautora de origen colombiano, Marta Gómez, ofreció la clase maestra “El oficio de hacer canciones”.
La experimentada compositora e intérprete de sus propias creaciones tiene preparación artística por el Berklee College of Music de Boston y ha sido ganadora de diversos reconocimientos internacionales.
Compartió que su premisa en la composición y musicalización de poemas ha sido “no temerle a nada”. Y en lo mismo basó su reiterado consejo: “Los motivos para los poemas podemos encontrarlos en todas partes: en la literatura, en las exposiciones de arte plástico, hasta en las noticias que muchas veces contienen exageraciones”.
Refirió que el motivo para una de las canciones que mayormente aprecia partió de la escritora Isabel Allende y del libro que escribió la literata chilena para su hija hospitalizada llamada Paula, quien finalmente falleció de una extraña enfermedad.
Pero también ha encontrado la inspiración en lugares tan insólitos como una exposición pictórica; dijo que le fue suficiente con sólo ordenar a su manera los nombres de cada uno de los cuadros expuestos. “No pasará nada si la canción a nadie le gusta, nadie se va a morir por eso”.
Aconsejó que para la musicalización no hay que recurrir a las armonías complejas, es posible hacer música interesante con notas sencillas. Tampoco va hacia el uso exagerado de la primera persona y tratar de hacer a un lado los temas muy trabajados, como el “yo te amo y quiero que tú me ames”.
Más adelante mencionó que la noticia en torno de un niño colombiano de raza negra le conmovió enormemente, cuando supo que había ingerido cloro porque deseaba ser blanco. “El niño no murió y eso me motivó a escribir una letra dedicada a un negrito que se pintó la cara de blanco y que luego no podía arrancarse la pintura”.
La diversificación para los poemas susceptibles de musicalizarse la encuentra en la explotación infantil, en los mineros bolivianos que en la superficie son católicos pero en las entrañas de la tierra se sienten más cercanos al demonio “porque hasta donde se encuentran Dios no suele bajar”, o en la inventiva del hombre para destruirse a sí mismo, lo cual le inspiró para escribir una canción en la que suplica a todos que “para la guerra ¡nada!”.
Después de más de una hora de canto y charla, Marta Gómez compartió otras experiencias en diálogo directo con los asistentes a la Casa del Lago UV.
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