Deportes

Para mí, correr significa volar: Rosalía Alavez

  • La asistente del Cechiver se inició en el mundo deportivo, hace 10 años, con el fin de desestresarse
Ganó el segundo lugar en el Medio Maratón Puerto de Veracruz, categoría Empleados y Estudiantes

Ganó el segundo lugar en el Medio Maratón Puerto de Veracruz, categoría Empleados y Estudiantes

Karina de la Paz Reyes Díaz

31/01/2018, Xalapa, Ver.- Hace 10 años Rosalía Alavez Cornejo era una mujer sumisa, introvertida, tímida, pero sobre todo vivía en constante estrés; su esposo, quien es velocista, le sugirió que corriera en las mañanas para menguar tal estado. Ella aceptó sin imaginar que iniciaría la aventura de entrenar todas las madrugadas, correr maratones, pero sobre todo sonreír. “Desde que corro se me alegró la cara”.

Rosalía es secretaria ejecutiva del Centro de Estudios China-Veracruz (Cechiver) de la Universidad Veracruzana (UV) y su más reciente logro es el segundo lugar en la Categoría Empleados y Estudiantes UV de la 14 edición del Medio Maratón Puerto de Veracruz, que se realizó el domingo 21 de enero. En la competencia participaron siete mil corredores del país y el extranjero. Además, de todas las mujeres que participaron ella fue la quinta en llegar a la meta.

Rosalía nunca se imaginó como corredora, pues ni de niña corrió; más bien, en la infancia ella y sus hermanos al salir de la escuela se iban a alcanzar a sus padres a la finca de café que hasta la fecha poseen en Pacho Viejo.

“De niña era muy gordita, obesa. En mi casa no éramos de pasear o vacaciones, nada de eso. Éramos de ir a trabajar al campo. Crecí aquí, en Xalapa, pero mis papás tienen fincas de café en Pacho Viejo, entonces sábado y domingo, las vacaciones de la escuela y las tardes, después de clase, eran en la finca: cortábamos café, jalábamos el azadón, pelábamos varas, cortábamos racimos de plátano, todo el tiempo haciendo trabajo de finca. En la casa no existía eso de hacer ejercicio.”

Hasta la fecha, la corredora aprovecha las vacaciones para ayudar a sus papás, Inocencia y Pedro, a cortar café.

Empecé a correr y mis facciones cambiaron
Rosalía es una corredora de fondo, dada su capacidad de resistencia, lo que le ha permitido participar en carreras de hasta 50 kilómetros. Lo describe así: “A mí me gusta correr mucho, mucho, hasta decir ¡Basta!, hasta cansarme, y de 21 kilómetros para arriba es que me canso”.

A la fecha, ha participado en seis maratones; un ultra maratón de 50 kilómetros en donde logró un tercer lugar con un tiempo de seis horas con 24 minutos.

¿Cuándo empezaste a correr de manera profesional?
Todo empezó porque me estreso mucho y mi esposo me dijo “vete a correr, has ejercicio, eso te ayudará”, lo hice y llevo 10 años consecutivos. Empecé caminando, luego trotando en el Estadio Xalapeño, ahí me encontré amigos; después me invitaron a ser parte de un equipo y empecé a correr. Posteriormente me fui a correr a la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) y ahí me encontré con otro grupo.

Fue cuando conocí a Ramos Herrera “Ramitos” y desde hace dos años él lleva mi preparación.

¿La sugerencia de tu esposo funcionó?
¡Sí! Para empezar, yo era una persona muy tímida, seria, mis facciones eran de enojo. Incluso, mi hija me comentaba que sus amigas le decían “se ve que tu mamá es bien enojona”.

A raíz de que empecé a correr mis facciones cambiaron mucho, se me alegró la cara; soy otra persona, platico, socializo, soy un relajo. Aquí en el trabajo todo el mundo me conoce por “Rosita” y saben que corro.

Con mis hijos me llevo muy bien (su hija tiene 22 años y su hijo 12), no es que antes me llevara mal, pero no era una persona expresiva.

¿Qué piensas mientras corres?
Me pasan muchas cosas por la mente; por ejemplo, le doy gracias a Dios y a la vida por haber conocido este método de distracción. Además, me ha permitido conocer a gente de todos los niveles, y lo bonito es que cuando corremos, todos somos corredores, ahí no hay licenciados, maestros o doctores. También me ha dado mucha salud y muy pocas lesiones.

En un principio un hermano me decía “estás loca, qué ganas por andar corriendo, parecen desesperados”, me criticaba; pero para mí correr significa volar, siento que vuelo, me relajo y ahora es como un vicio, porque el día que no corro ando estresada.

¿Cuándo descubriste que eras corredora de fondo?
Por la energía que tengo. Mi cuerpo me exigía más. A veces tenía problemas en casa, como cualquier otra persona, y me salía a correr. Corría y corría, y cuando sentía que desahogaba todo es que regresaba a la casa. A mí me gusta correr distancias largas.

¿Qué te motiva a seguir trabajando en tu bienestar?
Vengo de una familia neurótica y yo lo era, al ver a mis hijos crecer pienso que no quiero repetir lo que viví. No quiero tratarlos como lo hicieron mis papás conmigo y el correr me ayuda a buscar otros panoramas.

¿Algo que desees destacar?
“El apoyo de mi esposo y la disciplina que se requiere para ser corredora de fondo. En mi caso, entreno de lunes a sábado a partir de las 5:30 o 6:00 de la mañana; tras una hora u hora 15 minutos de correr, inician mis labores como mamá y secretaria ejecutiva del Cechiver, cuya sede está en la USBI.

Cuando dependía económicamente de mis padres, logré estudiar hasta la secundaria; posteriormente me volví cultora de belleza y enseguida secretaria ejecutiva. Me he desempeñado también en escuelas privadas e instituciones públicas y desde hace ocho años soy UV.

En años recientes estudié la preparatoria y este año mi propósito es participar en el examen de admisión para estudiar Contaduría en el Sistema de Enseñanza Abierta de esta casa de estudios. “¡Quiero ser contadora!”.

Una meta más para 2018, y para la cual me preparo, es hacer un duatlón (correr a pie y en bicicleta).

Los invito a que hagan ejercicio, no hay límite de edad, correr es lo más hermoso que puede haber en la vida. Además, hacer ejercicio no es por vanidad sino por salud”.