- Acercan a los más jóvenes a las canciones de Cri-Crí, María Elena Walsh, Chava Flores y el mismo Pepe González
David Sandoval Rodríguez
Xalapa, Ver. 22/08/2016.- El dúo compuesto por Sandra Lohr y Pepe González durante más de dos décadas ha mantenido viva la tradición y riqueza de la música popular de Hispanoamérica, a través de sus presentaciones como parte del conjunto de artistas que integran la Dirección General de Difusión Cultural de la Universidad Veracruzana (UV).
Cada uno de ellos cuenta con una amplia trayectoria en singular; no obstante, se han enriquecido mutuamente al formar un dúo que lleva la música a públicos de todas las edades, principalmente niños que escuchan –tal vez por primera ocasión– las canciones de Cri-Crí o María Elena Walsh e incluso de Chava Flores.
Su colaboración abarca una historia de más de 25 años y han participado en numerosas ocasiones con otras agrupaciones artísticas y grupos de la máxima casa de estudios de la entidad.
Sandra Lohr es originaria de Hermosillo, Sonora, y comenzó cantando a los 10 años de edad, luego tuvo la oportunidad de tener un programa de televisión para niños y participaba en algunos eventos.
En 1984 viajó a Xalapa para estudiar canto y guitarra en la Facultad de Música de la UV, y en 1985 tuvo la oportunidad de participar en dos certámenes importantes: Valores Juveniles y el certamen de música de la OTI interpretando la canción Guitarra, de José Guadalupe Trigo.
Regresó a la capital veracruzana y en 1988 conoció a Pepe González, quien comenzó acompañándola en el acordeón y participaron en varios programas radiofónicos y recitales.
En 1992 ingresó como ejecutante a la UV, con la firme decisión de dedicarse al canto profesional en la vertiente de la música popular hispanoamericana y mexicana tradicional.
“La idea de presentar espectáculos y conciertos didácticos es hacerlo con nuestra música, la música tradicional de México y de toda Hispanoamérica, fomentando su rescate”, manifestó.
Los espectáculos para niños han incluido música de Francisco Gabilondo Soler, del propio Pepe González y María Elena Walsh, creadora de la tortuga “Manuelita”.
“Nos gusta mucho llevar esa música que en estos tiempos se ha ido perdiendo un poco, pues llegan otros géneros musicales; es importante que no se pierda totalmente”, agregó la intérprete.
Por otra parte, recordó que en muchas ocasiones, al finalizar sus espectáculos en las facultades se acercan los jóvenes interesados por conocer más sobre la música, algunos conocen las canciones y les interesa saber sus orígenes.
“Ha sido muy gratificante trabajar con Pepe González, hemos trabajado con músicos de otros grupos de la Universidad y se han hecho cosas buenas colaborando en espectáculos mexicanos y latinoamericanos con la participación de actores.”
En ese sentido, Sandra Lohr declaró: “Estoy muy contenta de pertenecer a la UV y de hacer este trabajo que me gusta, lo siento parte de mi vida; a través de la música podemos llevar un remanso de paz y creo que el arte significa eso”.
Al hablar de lo que la impulsa a promover y mantener vigente el repertorio popular de Hispanoamérica, la artista puntualizó: “Me identifico con las canciones, para cantar algo tengo que sentirlo y eso yo lo viví, aunque hayan sido canciones antiguas es lo que viví cuando era niña, entonces tengo ese recuerdo y lo asumo, es música que te dice algo, tienen un mensaje siempre”.
Recalcó la importancia de dirigirse a un público infantil porque “la semilla son los niños, a quienes les transmites la inocencia para que no se pierda, porque desde los tres años parecen tan conectados que esta música ya no se escucha, creo que nuestra labor es ir con los más pequeños, porque incluso acercarse a los niños de primaria es difícil”.
Además de los numerosos espectáculos que han presentado en una diversidad de escenarios, el dúo cuenta con producciones discográficas como La casa de los muñecos, que surgió de un espectáculo del mismo título con actores en escena ─estudiantes y egresados de la Facultad de Teatro─ que representaban a los muñecos y narraban una historia.
Cantares de mi tierra ha sido otro espectáculo que involucró al Ballet Folklórico UV y música representativa de varias regiones que culminó con la producción de un disco homónimo.
Para los festejos del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, la comisión de festejos creada ex profeso por el gobierno federal apoyó para la grabación de dos discos con música representativa de ambos periodos que se llamó Cantos de libertad.
La música y sus aportes
Pepe González precisó que su verdadero nombre es Roberto González y González, es ciego de nacimiento y desde los seis años empezó a estudiar música, en particular el acordeón, “un poco de oído porque el maestro no sabía cómo transmitir las notas por escrito, todavía no leía en braille”.
Estudió piano y acordeón leyendo partituras, a pesar de que nunca accedió a un conservatorio o institución, siempre tomó clases particulares y comenzó trabajando en la Ciudad de México, haciendo arreglos para un grupo con el que trabajó durante 28 años.
En esa época tuvo “un respiro espiritual”, como lo definió él mismo, y fue invitado a conducir un programa de radio para niños en la emisora del Departamento del Distrito Federal, XHOF, donde comenzó a interpretar las canciones de Cri-Crí, los hermanos Rincón, María Elena Walsh, Lalo Guerrero y sus Ardillitas, “procurando no poner aberraciones como Cepillín, que a mí me parecían terribles”.
Además de su actividad dentro del grupo y como conductor radiofónico, comenzó a presentarse voluntariamente a un público infantil, “en el sesenta y tantos empecé a cantar en algunos lugares, sobre todo en el Hospital Infantil de la Ciudad de México, el Día del Niño me llamaba una prima que era voluntaria y me encantó esa actividad, aunque al principio los niños no aplaudían y yo estaba ansioso del aplauso”, comentó con ironía, “pero no aplaudían porque estaban enfermos. Al segundo año que fui, mi mamá me acompañó y me hizo notar que en sus caras se veía que tenía toda su atención y los hacía sonreír”.
Mantuvo su programa infantil hasta que le solicitaron cambiar el formato, y le pedían que leyera textos durante media hora; “pensé que me agredían porque tenía que leer en braille y no hay un niño o adulto que soporte media hora escuchando una voz leyendo durante todo ese tiempo”.
Entonces optó por radicar en Xalapa, donde fue invitado por los cantantes de los centros nocturnos para acompañarles, aunque también estuvo presentándose en la escuela de ciegos de la ciudad, en Radio Teocelo e impartiendo clases de música, “de hecho siempre me ha gustado dar clases de música, sobre todo a ciegos porque no los admiten en las escuelas dada la dificultad de la lectura en braille”.
Actualmente tiene a dos alumnos de acordeón, aunque en una época llegó a tener hasta 24, por lo que le pareció curioso la ausencia de interés por tomar clases de música, “lamento mucho no haber podido vivir de la cultura, por desgracia siempre me ha pasado que el trabajo que más me gusta es en el que menos gano”.
De 1978 a 1984 el compositor escribió más de 300 canciones para niños y luego creó los “anti-comerciales” con los que se hizo muy popular en Radio UV, emisora que hasta la fecha los transmite con regularidad.
Asimismo, es autor de “Solfeo y teclados”, método cuya publicación en sistema braille fue financiada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
“Siento que puedo aportar algo porque me conoce la gente, a pesar de que no veo puedo trabajar y estoy contento de hacerlo con Sandra, rescatando canciones y aprender otras que no conocía.”
Consideró que en la actualidad está cambiando la forma en que los niños y los jóvenes captan la música y los artes en general, porque parecen más preocupados por consultar su teléfono en un concierto, lo que merma su disposición y atención a la música que se interpreta en vivo.
Hasta el día de hoy participa de manera voluntaria en el programa Recuento de Radio UV, donde presenta una vasta colección de comerciales y programas antiguos, acompañado por Germán Martínez Aceves.
Pepe González recalcó que la música tiene muchas cualidades que a veces nos pasan desapercibidas y enfatizó la importancia de acercar la música a los más pequeños, porque “cuando a un niño o un bebé se le pone a escuchar música sinfónica podemos hacerle una persona más sensible, más buena; en general la música aporta muchas cosas positivas a los niños”.
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