- María José García Oramas, investigadora de la Facultad de Psicología de la UV, dictó la charla “Ser mujer en tiempos de COVID-19” en la FILU
- Planteó que se incrementaron los feminicidios y perdieron más oportunidades por la necesidad de quedarse en casa
Claudia Peralta Vázquez
Foto: Luis Fernando Fernández
09/09/2022, Xalapa, Ver.- María José García Oramas, investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), resaltó que durante la pandemia la violencia contra las mujeres no se detuvo, por el contrario, aumentaron los feminicidios con características más violentas, además de que perdieron más oportunidades por el confinamiento en casa y su responsabilidad como madres y amas de casa.
Al dictar la charla “Ser mujer en tiempos de COVID-19” en el patio central del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la UV, como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2022, la especialista en violencia de género y salud de la mujer reflexionó en torno a esta situación que impactó la salud mental de las personas, en el mundo de las emociones, fragilidad y vulnerabilidad.
En la vida de las mujeres, la emergencia sanitaria dejó ver las brechas de desigualdad, pues tanto desastres como emergencias no golpean por igual a la población de este tipo.
No obstante, ante la violencia persistente en los hogares y otros espacios, un punto favorable fue la acción colectiva de las mujeres, sobre todo jóvenes, en movimientos y en espacios colectivos.
García Oramas expuso que, derivado de la pandemia por COVID-19, padecimientos como depresión, ansiedad y suicidio también se incrementaron y generalizaron.
En términos de distribución o crisis económica, el desempleo afectó a las mujeres, por eso se habla de que perdieron más oportunidades laborales por la necesidad de quedarse en casa.
“La brecha de desigualdad, si no aumentó, sí se mantuvo”, enfatizó.
Por último, manifestó que la violencia de género ocurre en todos los espacios donde las mujeres transitan, está en todos lados; cuando hay un encierro las más vulnerables son las madres y sus hijos, ya sea con un agresor u otra persona que no controla sus emociones.
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