- “No queremos que los lectores se depriman, desmovilicen o que convenza a las jóvenes de escoger otra carrera, por el contrario, queremos que sea un libro de resistencia”: Témoris Grecko
- “Pone un rostro al dolor, nos muestra la historia personal de muchos periodistas víctimas de la violencia que impera en el país en los últimos años”: Celia del Palacio
- “Es una lectura fuerte, pero nos llegará a través de la descripción de los lugares donde vivían y trabajaban los periodistas, nos dejará con el corazón sacudido”: Violeta Santiago
Paola Cortés Pérez
29/06/2021, Xalapa, Ver.- El libro No se mata la verdad. El peligro de ser periodista en México, es un texto de resistencia al mostrar a las mujeres y los hombres que han decidido hacer periodismo alejados del poder y cercanos a las necesidades de la sociedad, subrayó el periodista Témoris Grecko, autor del mismo.
El texto, editado por Harper Collins Español, fue presentado por su autor el viernes 25 de junio en la 1ª Feria Internacional del Libro Universitario Virtual 2021 (FILUV), a través de Facebook Live @FILU.UniversidadVeracruzana, con los comentarios de Celia del Palacio Montiel, investigadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV), y Violeta Santiago, periodista y egresada de esta casa de estudios.
Témoris Grecko contó que el libro es producto de un recorrido que hizo por varios estados del país, entre ellos Veracruz dado que es donde más periodistas han matado, sin embargo, no se ha dimensionado la gravedad de esta problemática.
Mencionó que el libro tiene tres ejes fundamentales: contar la historia de quienes han caído y sus entornos; entrar en el debate del periodismo de los últimos años, y ser un libro de resistencia, al conocer a las mujeres y los hombres que decidieron hacer periodismo lejos de las tentaciones del poder y muy cerca de las necesidades de las personas y de la comunidad, lo cual debe motivar a las nuevas generaciones.
“No queremos que los lectores se depriman, desmovilicen o que convenza a las jóvenes de escoger otra carrera, por el contrario, queremos que sea un libro de resistencia.”
Destacó que en el decenio 2011-2020, en el país asesinaron a 69 periodistas, de ellos 25 fueron en Veracruz, es decir, uno de cada tres fue asesinado o su muerte está relacionada con Veracruz; le siguen Oaxaca con seis, y Guerrero con cinco.
“Si Veracruz fuera un país independiente, estaría solito en las listas de países donde más periodistas matan en el mundo, esto es gravísimo y debe llevarnos a mirar qué condiciones hay y qué pasa en el estado, porque ser periodista es un alto riesgo.”
Actualmente, en nuestro país y en muchos lugares de alto riesgo para el periodismo –Tijuana, Ciudad Juárez, Guerrero, Quintana Roo, Oaxaca y Veracruz– son las mujeres jóvenes las que deciden hacer esta labor, además son menos propensas a ser tentadas por la corrupción.
Dijo que es importante el tema de la violencia contra los periodistas porque no se trata de una violencia común, es una violencia ejercida contra la sociedad y contra el derecho a estar informada.
“Tratan de dejar a la sociedad mexicana sorda, ciega y muda, lo hacen cercenando sus ojos, sus oídos y sus manos, que son los periodistas.”
En tanto, Celia del Palacio recomendó leer el libro no como un documento histórico, porque la violencia contra los periodistas aún no ha cesado, sigue más vigente que nunca.
“Pone un rostro al dolor, nos muestra la historia personal de muchos periodistas víctimas de la violencia que impera en el país en los últimos años, no sólo de quienes fueron asesinados, también habla de los acosos, los hostigamientos y el desprestigio.”
Expresó que Grecko lleva a los lectores de un lado a otro del mundo para hacer comprensible la grave situación de las violaciones a los derechos humanos de los comunicadores en México.
El periodista de guerra muestra la trepidante aventura de lo que significa ser periodista en donde la vida peligra; quienes se arriesgan, responden que lo hacen porque es su deber, porque alguien debe contar lo que pasa en el estado y en el país.
Mencionó que el volumen consta de 11 capítulos y con una prosa clarísima aborda las relaciones menos peligrosas entre la prensa y los tres niveles de gobierno; el caso de los periodistas corruptos; los nuevos retos para el periodismo actual; los medios de comunicación y su relación con el gobierno actual.
Ante esta situación, advirtió, la sociedad permanece ajena al peligro de perder su derecho a la información, a medida que muchas zonas del país se van quedando en silencio.
“Están acabando con los ojos, los oídos, y la boca de una sociedad a la que quieren dejar sorda, ciega y muda.
”Lo que no ha cambiado es la impunidad, el 98 por ciento de los crímenes contra el gremio no han sido castigados; los gastos de publicidad oficial no tienen reglas claras; no hay mayor financiamiento al mecanismo federal, por el contrario, le han quitado los fideicomisos y el presupuesto a la comisión de atención a víctimas disminuyó de una manera vergonzosa.”
Las posibles causas de los ataques aún son actuales: la corrupción de gobiernos estatales y locales; la colusión de los gobiernos con el crimen organizado; el contexto de violencia; las fallas en el sistema legal; el clima de polarización; la pandemia; la violencia política y estructural; la continuidad de las prácticas periodísticas poco éticas, entre otras.
Violeta Santiago dijo que es un libro que todos los mexicanos tienen que leer, no sólo quienes se dedican al periodismo o la defensa de los derechos humanos, porque debemos tener acceso a la información y así tomar las mejores decisiones en un país donde la corrupción y la violencia a los derechos humanos se vive todos los días y sigue en aumento.
El centro del texto son las historias de los periodistas, saber quiénes eran; esta información se complementa con las cifras y datos, de tal manera que es el tipo de lecturas de las que se tienen que hablar y consumir, que provocan una reacción de inconformidad, enojo y coraje.
“Nos brinda un panorama completo de lo que significa ser periodista en México y la falta que nos hace tener periodistas. No sólo hace los perfiles de quiénes eran las personas/periodistas, para ello acude a los lugares donde desarrollaban su trabajo y las impresiones de las personas que los rodeaban.
”Es una lectura fuerte pero nos llegará a través de la descripción de los lugares donde vivían y trabajaban los periodistas, nos dejará con el corazón sacudido; nos ayuda a comprender que lo sucedido en nuestro país no es normal y no puede seguir pasando.”
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