- Los jóvenes querían cambiar el mundo, aseguró el historiador y ensayista español
José Luis Couttolenc Soto
28/09/18, Xalapa, Ver.- Para el historiador, ensayista y columnista español, Antonio Elorza Domínguez, 1968 es el fin de un siglo largo de movilizaciones revolucionarias iniciada en 1948, en donde el factor económico fue un punto importante; en este aspecto, el 68 no fue el comienzo de un nuevo combate social porque los supuestos del precedente conflicto de clases habían sido borrado de la historia.
Lo anterior se desprende del trabajo enviado por el también catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, para su lectura en las Jornadas Académicas “De Tlatelolco a Ayotzinapa. Un paso adelante y tres atrás”, organizadas por la Universidad Veracruzana (UV) en coordinación con el Ayuntamiento de Xalapa.
Elorza Domínguez, autor del libro Utopías del 68. De París y Praga a China y México, publicación en la que dedica un capítulo completo al movimiento estudiantil de nuestro país, hizo llegar un video que fue proyectado en el marco de este evento, en el que menciona: “La tragedia de Tlatelolco se ha convertido en un protagonista negro que ha borrado la importancia de los cambios, de las expectativas y del significado del movimiento estudiantil revolucionario y de la construcción de la utopía en México”.
Mencionó que en México, como en Francia, Checoslovaquia e Italia, el movimiento de protesta que venía de la constitución de poderes conservadores autoritarios fuertes, bloquearon el desarrollo histórico de estos países desde el final de la Segunda Guerra Mundial, dijo además que esa actitud de protesta se registró en el vocabulario tanto del cine como de la música, particularmente en México el carácter fuerte lo dio la clase universitaria, “que fue la que movió el banco del sistema, siendo aplastada por él mismo”.
En cuanto al contenido del libro, Antonio Elorza analiza el fenómeno de los movimientos sociales que se sucedieron a lo largo de 1968, de los cuales el primero estalló en mayo en las calles de París, por lo que se le conoce como el “mayo francés”, movimiento que se dispersó a otras ciudades europeas hasta llegar a los sucesos de Tlatelolco, en México.
El escritor sostiene la tesis de que estos movimientos sociales tenían en común el anhelo de cambio, de ruptura con la sociedad existente en esa época y el sueño de un nuevo mundo, “que sólo alcanzaron a ser sueños de revolución”, quedando en utopías fragmentadas e inacabadas que nacieron en países como Francia, Italia y Checoslovaquia, así como en China y México, considerando que fue aquí “en donde el movimiento zapatista de Chiapas representa el último eco del movimiento del 68”.
Junto con el video, Elorza Domínguez hizo llegar un trabajo que fue leído por Alfonso Colorado Hernández, becario posdoctoral del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación.
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