- Adrián Ciprés estudia el Doctorado en Ecología Tropical y desarrolla el proyecto en las localidades de Mandinga y Matoza, municipio de Alvarado
- Uno de los ejes del estudio es la educación ambiental, que trabajó con distintos sectores sociales

El proyecto de investigación se desarrolla en manglares de Mandinga
Paola Cortés Pérez
Fotos: Adrián Ciprés (2 a la 5)
14/03/2025, Xalapa, Ver.- Adrián Ciprés Chávez, alumno del Doctorado en Ecología Tropical en el Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), lleva a cabo una investigación sobre la relación entre las comunidades locales y los humedales de Mandinga y Matoza, municipio de Alvarado, en el estado de Veracruz.
El objetivo del proyecto es fortalecer la educación ambiental, la identidad cultural y la conservación de estos ecosistemas a través de un enfoque participativo.
“Los humedales brindan muchos servicios y bienes a la biodiversidad y a las personas que dependen de ellos. Me interesé en estos ecosistemas cuando llegué a Veracruz y comencé a estudiar las aves. Desde ahí comprendí la importancia de los manglares y su papel en el equilibrio ecológico”, explicó Ciprés Chávez.
En su tesis doctoral amplía la perspectiva y aborda la relación entre las comunidades locales y los humedales, además destaca la importancia de la pesca, el turismo y la educación ambiental en la conservación del ecosistema.

Adrián Ciprés cursa el Doctorado en Ecología Tropical
Uno de los ejes del estudio es la educación ambiental, que trabajó con distintos sectores de la comunidad –incluidas las agencias municipales de Mandinga y Matoza–, los planteles educativos de educación básica y los pescadores locales.
“Nuestro trabajo no es solo técnico, sino que busca fortalecer la identidad de las poblaciones y su relación con los humedales. En diciembre pasado los habitantes de Mandinga obtuvieron el reconocimiento como afrodescendientes, lo que ha sido clave para reforzar su sentido de pertenencia y conservación de su entorno.”
Para alcanzar la meta fijada se desarrollaron programas de educación ambiental dirigidos a niños y adolescentes, con el propósito de promover el conocimiento sobre los manglares y las especies que los habitan. A través del proyecto “Monitores Mandinga” se impulsaron actividades que fomentan el aviturismo como una alternativa económica sustentable.
“Queremos que los jóvenes conozcan la biodiversidad y aprendan herramientas que les permitan aprovecharla de manera responsable y sustentable. Hemos capacitado a adolescentes en el uso de materiales para la observación de aves y la respuesta ha sido muy positiva”, compartió.

Entre las acciones emprendidas se realizaron programas de educación ambiental
Mujeres, protagonistas en la conservación
Adrián Ciprés comentó que un hallazgo importante de la investigación ha sido el papel central de las mujeres en la organización comunitaria y en la conservación de los humedales.
“Esto ha permitido una mayor cooperación y participación en iniciativas ambientales. En contraste, en las cooperativas pesqueras, que están dominadas por hombres, no tuvimos tanta apertura para trabajar en proyectos de mejora y conservación.”
Asimismo, destacó que la mayoría de los jóvenes y adolescentes interesados en la educación ambiental y la observación de aves son del género femenino, lo que sugiere que en los últimos años han asumido un rol más activo en la defensa del medioambiente.
El trabajo de campo ya concluyó y ahora se encuentra en la etapa de análisis de la información, con la finalidad de generar conclusiones que puedan traducirse en estrategias de conservación y desarrollo comunitario.

Entre los niños y adolescentes se promovió el conocimiento sobre los manglares y las especies que los habitan
La importancia de los humedales
El universitario mencionó que los humedales son ecosistemas esenciales para la vida, ya que funcionan como reservorios de agua, hábitat de numerosas especies y fuentes de sustento para las comunidades pesqueras.
“Si los humedales desaparecen perdemos fuentes de agua, refugios de biodiversidad y también recursos fundamentales para nuestra alimentación, como los pescados y mariscos”, reiteró.
Por ello, hizo un llamado a fortalecer la relación entre la ciencia y las comunidades locales, promoviendo un trabajo colaborativo que permita la conservación de estos ecosistemas sin imponer modelos externos.
“Es clave que los investigadores y las instituciones trabajen de la mano con las comunidades rurales y costeras. Durante mucho tiempo la academia ha practicado un extractivismo científico, llevando información sin devolver nada a quienes compartieron su conocimiento. Este tipo de prácticas deben cambiar.”
Por último, Adrián Ciprés agradeció a las agencias municipales de Mandinga y Matoza por su apoyo a este proyecto doctoral.

El trabajo también se realizó en colaboración con las representantes de las localidades de Mandinga y Matoza
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