- Martín Orlando Domínguez Rascón, estudiante de la Licenciatura en Música, compartió su investigación en el VII Foro Estudiantil de Etnomusicología
- El evento, organizado por la Facultad de Música, tiene lugar en varias sedes, del 22 al 31 de mayo
Claudia Peralta Vázquez
Fotos: Luis Fernando Fernández Carrillo
01/06/2023, Xalapa, Ver.- Martín Orlando Domínguez Rascón, alumno de la Licenciatura en Música de la Universidad Veracruzana (UV), reveló que las partituras de obras musicales de siglos pasados son testimonio de un fenómeno histórico, el cual relata elementos anteriores y posteriores a la ejecución de la música escrita.
El joven expuso el tema “El archivo musical como testimonio”, en la Mesa 3 “Etnos y archivos” del VII Foro Estudiantil de Etnomusicología, realizado por la Facultad de Música de la UV del 22 al 31 de mayo.
Martín Orlando, también estudiante del programa educativo (PE) de Antropología Histórica de esta casa de estudios, comentó que dicha ponencia nace de las experiencias y acercamientos que ha tenido con fondos documentales de catalogación reciente del Archivo Musical de Guadalajara, donde se enfocó en el estudio de la música sacra del siglo XVIII.
El Fondo Documental “Salomé Ramírez” de la ciudad de Chihuahua también captó su interés, pues contiene varias obras de música para banda desde 1911 hasta mediados del siglo XX.
Al enfocarse en los fenómenos musicales ubicados en tiempos históricos, debido a su perfil antropológico e histórico, surgieron en él varias dudas sobre el manejo de los niveles de información que presentaban esos documentos.
Señaló que, más allá del proceso de la música recabada, la importancia de su trabajo radica en cómo adaptar esos modos de pensamiento a una aplicación práctica del documento.
“No sólo lo que puede leer uno como músico, sino cómo ordenar el resto de la información que aparece en esos papeles”.
En la charla que tuvo lugar en el Foro-Librería Cauz, Martín presentó registros físicos de partituras que se pueden leer en dos dimensiones. La primera, dijo, alude al registro de las condiciones de interpretación musical, es decir, cualquiera que sepa leer partituras las podrá interpretar; la segunda, es la representación como testimonio de un fenómeno histórico particular, mismo que relata elementos anteriores y posteriores a la ejecución de la música escrita.
“Para dimensionar esta distinción hay que revisar la lógica interna que organiza el sentido de un archivo musical hoy en día, así como la dinámica de los procesos históricos que han permitido u obstaculizado que estos registros se conserven antes de configurarse propiamente como un archivo histórico.”
En este sentido, subrayó que por música escrita se entiende la que surge de la civilización europea y de prácticas de escenarios hegemónicos privilegiados en esos tiempos.
Con relación al archivo musical, éste se plantea como una unidad donde se organiza, resguarda, reúne y conserva. Sin embargo, implica una distinción general que permea el diseño de este tipo de unidad.
“La identificación de un archivo común musical implica que generalmente se dedica a conservar aportes físicos de obras musicales, mientras que en casos más recientes también aparece la administración de materiales como audio o video.”
Dijo que al revisar documentos resguardados en un archivo, es posible detectar huellas o rastros de una mentalidad que no consideraba esos papeles para ser conservados de manera intacta.
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