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Autonomía universitaria permitió investigación con menos restricciones

  • Alberto Olvera dictó conferencia magistral como parte del inicio de las actividades de la segunda generación del Doctorado en Ciencias Sociales 

 

Alberto Olvera habló a estudiantes sobre la historia del IIH-S

 

Antes estábamos constreñidos y el hecho de haber sido una universidad de Estado no autónoma explica en parte la ausencia de investigaciones sociales y políticas contemporáneas de las décadas de los ochenta y noventa”: Alberto Olvera 

 

Paola Cortes Pérez 

10/09/2021, Xalapa, Ver.- La autonomía que logró la Universidad Veracruzana (UV) en 1996 abrió los espacios para desarrollar en el campo de la sociedad una investigación con menos restricciones temáticas y políticas, subrayó Alberto Olvera Rivera, al ofrecer la conferencia magistral “40 años en el IIH-S”. 

La plática se llevó a cabo el jueves 9 de septiembre a través del Facebook del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), donde el conferencista es investigador. Con este evento se inauguraron las actividades de la segunda generación del Doctorado en Ciencias Sociales que imparte el instituto. 

Olvera Rivera hizo un recorrido y reflexionó sobre la historia del IIH-S y a la par un recuento sobre su trayectoria profesional en la UV y en el Instituto. Recordó que éste se fundó en 1973 como Centro de Investigaciones Históricas (CIH), bajo el rectorado de Rafael Velasco Fernández. 

Comentó que la primera generación de investigadores del instituto tuvo la fortuna de tener la influencia de historiadores profesionales con trayectoria como John Womack. 

“Tuvieron la suerte de tener una formación sistemática no en la escuela, sino en la práctica, que es donde normalmente se forman los investigadores, especialmente en una época donde no había posgrados desarrollados.” 

Olvera Rivera mencionó que en la década de los ochenta, la agenda de investigación se desarrolló en torno de los estudios de los distintos sectores de la clase obrera (textileros, petroleros, tabacaleros). 

En su caso, se abocó a los estudios de la industria petrolera y sus trabajadores, así como a los movimientos de los productores de café en la región central de la entidad. 

“Todo esto se daba en una época en la cual la UV no era autónoma, las autoridades universitarias eran nombradas por el gobernador, lo que limitaba los espacios, qué investigar, decir y hacer, además de que condicionaba mucho los espacios de activismo político.” 

Fue durante esta década, en la que regía un profundo autoritarismo estatal y nacional, que Alberto Olvera se incorporó como investigador al IIH-S. 

“Todos los profesores jóvenes intentamos una tarea titánica: la creación de un sindicato académico independiente de las autoridades; por desgracia no se logró y se creó un sindicato oficial, el cual rige actualmente.” 

En estos años, dijo el investigador, la docencia y el activismo político no estaban separados pues el CIH se convertía en un referente nacional, ya que Xalapa fue sede en varias ocasiones de congresos nacionales de estudios de movimientos obreros, y había una intensa relación con investigadores nacionales. 

Para finales de los ochenta, relató, los investigadores se enfrentaron a un nuevo reto: la caída de sus salarios, dando pie a diversas protestas. Ante esta situación el Estado creó el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) como un mecanismo de recompensa a los bajos salarios que percibían los profesores universitarios. 

Con respecto a su formación profesional, dijo que gracias a su corta trayectoria académica (que tenía hasta el momento) logró acceder a la beca Fullbright, lo que le permitió realizar una maestría y doctorado en la New School for Social Research. 

“A partir de los noventa desarrollé mi agenda de investigación sobre la sociedad civil, procesos de democratización y movimientos sociales, en la que trabajé 20 años.” 

Posteriormente, realizó investigación sobre rendición de cuentas y participación ciudadana como formas de democratización social. 

En estos mismos años, el CIH se transformó en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, ampliando con ello su agenda de investigación e incorporando nuevos investigadores a su planta académica, ya sea por concurso de oposición o transferencia de plazas. 

Con esto se amplió la esfera temática de las investigaciones desarrolladas en el instituto, y con la preparación de sus integrantes le dio al IIH-S una dimensión nacional e internacional. 

“El siglo XXI nos tomó como un instituto consolidado, con investigadores profesionales, con programas educativos de posgrado y que canaliza de manera diversa el activismo. 

”Ahora tenemos una riqueza en la diversificación de las agendas de investigación, lo cual hace que no sólo ganemos en densidad académica; además, se creó un instituto de investigación consolidado, aunque perdemos un poco el foco de lo social contemporáneo.” 

El académico contó que en la década pasada se dedicó a la investigación de la problemática política contemporánea. 

Resaltó que la autonomía universitaria abrió espacios para desarrollar una investigación con menos restricciones temáticas y políticas. “Antes estábamos constreñidos y el hecho de haber sido una universidad de Estado no autónoma explica en parte la ausencia de investigaciones sociales y políticas contemporáneas de las décadas de los ochenta y noventa”. 

Por eso, señaló, Veracruz tiene un déficit importante del conocimiento de sus procesos políticos contemporáneos, apenas se ha subsanado en los últimos 20 años, pero su diversidad regional y sus historias lo hacen muy complicado. 

Apuntó que un reto principal al que se enfrenta el IIH-S es lograr la transición generacional, pese a incorporar investigadores jóvenes aún falta mucho por hacer en este rubro. 

“Lo que he querido transmitir en esta plática es que la historia personal es la historia institucional y social.” 

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