- Este idioma tiene más de tres mil años de antigüedad, explicó Andrés Hasler Hangert en la conferencia magistral del II Foro de Lenguas Maternas por el Mundo
- Para él, los grupos nahuas y su lengua tuvieron un papel unificador en la civilización mesoamericana
Karina de la Paz Reyes Díaz
Xalapa, Ver., 18/04/2017.- Es falso que el imperio azteca haya impuesto la lengua náhuatl al resto de los pueblos mesoamericanos, pues ésta se habla desde hace más de tres mil años en la región y tuvo un papel unificador, como actualmente la inglesa lo tiene en prácticamente todo el mundo, declaró el investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Unidad Golfo, Andrés Hasler Hangert.
El antropólogo lingüista dictó la conferencia magistral “La participación de los distintos grupos nahuas en el desarrollo de la civilización mesoamericana”, que inauguró el II Foro de Lenguas Maternas por el Mundo “Lengua, cultura e identidad”, el jueves 6 de abril en el Auditorio “Jesús Morales Fernández” de la Unidad de Humanidades.
Este foro fue organizado por la Universidad Veracruzana Intercultural y la Facultad de Idiomas, ambas de la Universidad Veracruzana (UV).
“Las diferencias que hay entre los nahuas de cada una de las regiones no pueden explicarse a partir de un tiempo tan breve como 500 años –desde la época colonial a la fecha–. Decir que todo deriva de los nahuas de Tenochtitlán, a raíz de las invasiones aztecas hacia la periferia, no se sostiene científicamente, es justamente al revés.
”Los nahuas de Tenochtitlán fueron los últimos en arribar al altiplano desde otras latitudes y cuando lo hicieron toda Mesoamérica ya tenía presencia nahua y eso lo podemos decir desde la antropología lingüística, pero otros autores lo han dicho desde otras disciplinas como la etnohistoria y la arqueología”, explicó.
Por ello, indicar que el náhuatl que se habla actualmente es producto de la degeneración del que usaban los aztecas es sólo un prejuicio, el que se habla en la Huasteca o en Zongolica no se puede considerar como una degeneración. Es más, “el náhuatl clásico del siglo XVI está tan muerto como el español en el que se escribió la obra El Quijote de la Mancha, y ni siquiera era el representativo de todos”.
Tal situación se derivó del pensamiento y actuar etnocéntrico del imperio azteca, similar en ese sentido al de los de occidente, de que había formas “cultas” y “corruptas”.
“Los aztecas se consideraban a sí mismos como los únicos que hablaban correctamente la lengua náhuatl y cuando los españoles oyen eso lo aceptan como lo más natural del mundo; cuando se trató de traducir catecismos y textos católicos al náhuatl lo hicieron a esa usanza, tomándola como la correcta.”
No obstante, destacó el conferencista, la lingüística desmiente todos esos prejuicios: “Científicamente nos damos cuenta de la antigüedad y arraigo de formas nahuas en la totalidad del territorio mesoamericano. Está fechado por algunos autores en tres mil años, mientras que el imperio azteca ─el más reciente de todos los señoríos dirigidos por algún grupo nahua─ duró menos que el virreinato de la Nueva España, es decir, ni el 10 por ciento de esos tres mil años”.
En ese sentido, hizo notar que, desde ese tiempo a la fecha, los nahuas están en una situación intercultural: “En el sur de Veracruz conviven con los popolucas, en la Huasteca con los tének, en el altiplano con los otomíes, en Michoacán con los purépechas, en Nayarit y Durango –la zona más norteña donde se habla náhuatl– conviven con los coras y huicholes, y con muchos más. Hay un mestizaje lingüístico y cultural desde siempre. Esto forma parte de la esencia del desarrollo de la civilización mesoamericana”.
Para él, fragmentar a ésta con base en las áreas lingüísticas es un error metodológico, pues siempre ha habido un mestizaje lingüístico y cultural, una interculturalidad. Si bien las áreas maya, zoque-popoluca, totonaca, entre otras, están bien definidas, no es el caso de los nahuas. “A ellos los encontramos en todos lados –son el eje transversal─. Eso significa que el náhuatl fue la lengua franca en todo el territorio mesoamericano, ésa es su importancia en el desarrollo de la civilización mesoamericana”.
A manera de ejemplo citó que en la actualidad un mexicano y un japonés que tengan un encuentro en Francia no hablarán español ni japonés y menos francés, “masticarán el inglés, lo poco que puedan, porque es la lengua franca de todo Occidente, si no es que de todo el planeta, es el papel que jugó el náhuatl”.
Añadió: “Los pueblos nahuas ejercieron en Mesoamérica un papel unificador de la civilización, lo mismo que los indoeuropeos en el viejo mundo. Ellos establecieron los nexos culturales, pues muchos préstamos del popoluca al tének los hicieron a través del náhuatl, entonces el nahua tiene ese papel de cemento, de unificador, de intermediario entre todos los grupos”.
Finalmente, dijo que la cultura no desaparece por el hecho de ser invadida, pues como ejemplo está la propia Mesoamérica, cuya diversidad subsistió ante la oleada de grupos nahuas.
Lo mismo ocurrió en la época de la Conquista: “La civilización Mesoamérica no desapareció con la invasión española, sigue existiendo. Todo el tiempo está la mezcla cultural”.
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