- Argentina Durán como solista al piano y Consuelo Bolio con la batuta, recrearon obras de Ortiz, Mendelssohn y Smyth
- La jornada marcó el regreso de la pianista titular de la Sinfónica Nacional de México
Jorge Vázquez Pacheco
Fotos: Jorge Vázquez Pacheco y Facebook OSX
06/06/2023; Xalapa, Ver.- La presencia de dos mujeres identificadas con el quehacer musical veracruzano resultó en ingrediente básico para una satisfactoria jornada de arte sonoro por parte de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX), la noche del viernes 2 de junio en la sala principal de Tlaqná, Centro Cultural.
Consuelo Bolio encabezó un programa integrado por el poema sinfónico Kauyumari de Gabriela Ortiz, el Concierto en sol menor para piano de Félix Mendelssohn y la Serenata en re mayor de Ethel Smyth, ante una buena asistencia, lo que conlleva la tácita aceptación a la labor femenina al frente del organismo sinfónico, al tiempo que refrenda el compromiso de la Universidad Veracruzana (UV) ante la igualdad de género.
Bolio, recientemente reconocida con la Medalla al Mérito UV en la categoría Estatal, tuvo el compromiso de ejemplificar ante el público todo lo positivo que se ha redactado en torno de su desempeño sobre el podio, mediante un programa de factura atractiva y sin demasiadas complicaciones para todos los involucrados.
Así, procedió al repaso para la partitura de Ortiz, una pieza que presenta su tema elemental, oscuro y misterioso, con un solo de trompeta fuera del escenario, al que sigue un desarrollo en perpetuo crescendo que le conduce a la apoteósica culminación.
Posteriormente se dio la actuación de Argentina Durán, joven pianista originaria de esta ciudad cuyos importantes avances le condujeron a alcanzar una posición que previamente ha sido ocupada por personas insignes como Alicia Urreta. Hoy, la xalapeña es pianista titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de México.
El desempeño de Durán sobre la obra de Mendelssohn fue certero, resuelto con una ajustada idea en torno de la naturaleza de una partitura en que el autor no alcanza los supremos vuelos de sus sinfonías, oberturas o el generoso Concierto para violín, pero con los detalles de grandeza –particularmente su riqueza melódica– que le ubican entre lo mejor de la producción del maestro alemán.
En tanto, en la Serenata en re mayor de Ethel Smyth es posible percibir su evidente estilo romanticista, la influencia procedente de Johannes Brahms, aunque forjada en un modelo distintivo que le concede su propio sello de original identidad.
Cada una de las piezas presentadas funciona como invitación al análisis del periplo vital y creativo propio de cada creador. De la mexicana Ortiz –cuya obra ha sido llevada a los más importantes centros musicales del orbe–, su elogiable tendencia a transitar sobre el folclor para conducirlo al contexto sinfónico; del alemán Mendelssohn, la precocidad de un talento que desde niño parecía capaz de abarcarlo todo. Y de la londinense nacida en 1858, la poderosa y beligerante personalidad que le hizo transgredir todas las normas de conducta impuestas por la rígida sociedad decimonónica europea.
En cuanto a directora y solista, es menester el reconocimiento a un desempeño que habrá de consolidar a Bolio como la más sólida promesa femenina xalapeña en los terrenos la dirección orquestal. De Argentina no existe duda en el sentido de que buscará una mayor trascendencia como solista, seguramente en el contexto internacional.
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