- Griselda Cristóbal Sánchez realizó investigación en torno a la comunidad de aves en los agroecosistemas de la región central de Veracruz
Paola Cortés Pérez
06/02/19, Xalapa, Ver.- Los cafetales son una alternativa para conservar parte de la biofauna, incluidas las comunidades de aves, debido a que mantienen condiciones similares a los bosques y selvas, destacó Griselda Cristóbal Sánchez durante la defensa de su tesis de la Maestría en Ecología Tropical, que imparte el Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV).
El evento académico se llevó a cabo la tarde del lunes 28 de enero, en la sala de usos múltiples del Orquidario de esta casa de estudios.
En su tesis “Ecología y percepción social de la comunidad de aves del bosque mesófilo de montaña (BMM) en Veracruz” –con la que obtuvo su grado de maestría–, dirigida por Angelina Ruiz Sánchez, analizó las diferencias de las comunidades de aves en fragmentos de ese tipo de bosque y agroecosistemas cafetaleros.
“También la percepción de un grupo local especializado en aves sobre el efecto de las prácticas agrícolas en la fauna, como conocimiento base para generar propuestas de conservación en el centro de Veracruz.”
Mencionó que la deforestación y fragmentación provocada por las actividades antrópicas son los principales problemas ambientales. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), anualmente se pierden 500 mil hectáreas de bosques y selvas.
Griselda Cristóbal destacó que el BMM es uno de los ecosistemas terrestres más amenazados, pese a su importancia cultural y ecológica (por su alta diversidad de flora y fauna, así como por los diversos servicios ecosistémicos que ofrece).
Veracruz es uno de los estados con mayor presencia de BMM, pero también es una de las entidades con mayor pérdida de cobertura vegetal a causa de la ganadería y la agricultura; tan sólo en la región central se ha reportado la disminución del 90 por ciento del BMM a consecuencia de la ganadería y la siembra de café.
En la entidad, tradicionalmente, se realizan dos tipos de producción de café: policultivo y monocultivo. El primero consiste en conservar parte de la vegetación del bosque mesófilo, además de introducir especies frutales; el segundo, consiste en remover toda la estructura vegetal para introducir una sola especie.
La mayoría de los productores han optado por el policultivo, dado que mantiene una similitud a los bosques y las selvas, mantiene una alta riqueza de flora y fauna, evita la erosión de suelo, y mantiene una mayor o menor humedad relativa.
Por ello, se considera que los cafetales siguen siendo una alternativa para conservar parte de la biofauna, debido a que registran el 60 por ciento de las especies.
“Lo cierto es que la supervivencia y dinámica de las poblaciones forestales a largo plazo, dependerá de la calidad y similitud que tengan con los agroecosistemas.”
En un estudio sobre los agroecosistemas del café, realizado en fincas de agroecosistemas y fragmentos de BMM, en total se reportaron 140 especies y se comprobó que son sensibles a la perturbación.
Griselda Cristóbal dijo que “los análisis de diversidad son importantes, ya que se ha comprobado que las actividades humanas afectan a diferentes grupos taxonómicos, entre ellos las aves”.
Proyecto de investigación
Griselda realizó su trabajo de investigación en la región central de Veracruz, distribuido en siete municipios donde se localizaron cuatro tipos de vegetación: bosque de montaña, cafetal abandonado, cafetal bajo sombra y cafetal intensivo.
Explicó que por cada tipo de vegetación se cubrieron diferentes sitios, dependiendo de la disponibilidad, acceso y permisos para hacer el muestreo, así como las características de la vegetación. En total fueron 30 puntos de conteo donde los avistamientos tuvieron una duración de cinco minutos separados de 200 metros entre sí. La identificación de aves se hizo de manera visual y auditiva, con base en guías especializadas.
Mencionó que en total se registraron 222 especies: 36 en el BMM, 56 en cafetal abandonado, 63 en cafetal bajo sombra y 67 en cafetal intensivo. En cuanto a la densidad, el BMM presentó una mayor cantidad de individuos, aunque registra menos diversidad de especies.
Como parte de la investigación, Griselda Cristóbal entrevistó a integrantes de la asociación civil “Unión estatal de capturadores, criadores y vendedores de aves cantoras y de ornato en Veracruz”, del municipio de Coatepec.
Empezó su trabajo con alrededor de 300 miembros, pero por cuestiones de salud y nuevas disposiciones ambientales el número disminuyó considerablemente y en la actualidad sólo 10 asisten a las asambleas.
Algunos investigadores indican que hay entre 13 y 44 especies que son capturadas y vendidas en mercados, casas particulares, vendedores ambulantes y comercios establecidos.
Los integrantes de la asociación fueron entrevistados para averiguar qué tantos conocimientos tienen sobre la comunidad de aves, para ello Griselda aplicó un cuestionario y se les mostró un catálogo con 71 especies.
“Reconocieron el 39 por ciento de las especies del catálogo, es decir, fueron 51 especies de las cuales 22 son para venta. El conocimiento que tienen sobre las aves lo obtuvieron a través de experiencias, así como observaciones de padres y abuelos.”
Para ellos, los agroecosistemas –en especial los cafetales– son beneficiosos para las aves pues les ofrecen alimento, anidación y otros recursos. No perciben que las especies se extingan, sino que se refugian en las barrancas, donde permanece la mayor densidad de BMM conservado.
“Ellos piensan que la disponibilidad y presencia de diferentes tipos de aves se debe a la existencia de alimento, es decir, recurren a otro tipo de vegetación en busca de él y no se quedan permanentemente, esto es lo que se conoce como forrajeo oportunista.”
Por último, Griselda Cristóbal puntualizó que el mayor efecto en la diversidad de aves se debe a los asentamientos humanos y los cultivos intensivos, como la quema de caña de azúcar y la aplicación de herbicidas que provocan una mayor mortalidad de aves.
“Por ello, es necesario tomar medidas de conservación y para que sean exitosas es necesaria la participación directa y activa de la población, debido a que las comunidades y localidades hacen una apropiación de las estrategias.”
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