- Posdoctorante de Inbioteca-UV estudiará la desecación de semillas de más de 16 especies en zonas de Xico, Coatepec, Xalapa e Ixhuacán de los Reyes
- El bosque mesófilo es lo más parecido al espacio que habitaban los dinosaurios antes de su extinción, apuntó
Claudia Peralta Vázquez
Fotos: César Pisil Ramos (1) y Candelaria Garcias (2, 3 y 4)
21/03/2023, Xalapa, Ver.- Candelaria Garcias Morales, posdoctorante del Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca) de la Universidad Veracruzana (UV), iniciará –en breve– la recolección de semillas de al menos 16 especies arbóreas del bosque mesófilo de montaña del centro del estado de Veracruz, cuya regeneración y conservación se enfrenta a la amenaza del cambio climático.
Egresada de la Licenciatura de Biología de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), Candelaria concluyó el año pasado su doctorado en la Universidad de Guadalajara (UdG), del cual emanó un estudio sobre semillas del bosque mesófilo de montaña.
Actualmente, bajo la dirección de Lázaro Rafael Sánchez Velásquez, investigador de Inbioteca, desde diciembre de 2022 trabaja en un proyecto denominado “Gradiente de sensibilidad a la desecación en semillas de especies arbóreas frecuentes del bosque mesófilo de montaña en el centro de Veracruz”.
Cabe resaltar que la sensibilidad a la desecación en las semillas es de importancia dentro de la dinámica de regeneración vegetal, conservación y restauración ecológica forestal.
Durante dos años, la investigadora centrará su labor de campo en áreas de bosque mesófilo de montaña de los municipios de Xico, Coatepec, Xalapa y Tlalchy, esta última comunidad perteneciente a Ixhuacán de los Reyes.
El objetivo del estudio será analizar el gradiente de humedad y la sensibilidad a la desecación en semillas de especies del bosque mesófilo, incluidas en la categoría de riesgo dentro de la NOM 059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Candelaria Garcias, también maestra en Ciencias Ambientales, comentó del riesgo que enfrenta el bosque mesófilo de montaña ante la pérdida de especies arbóreas, resultado del impacto del cambio climático y subrayó que estas podrían desaparecer a menos de hallar nuevas alternativas de recuperación y conservación.
Con base en un reporte de 1991, elaborado por Jerzy Rzedowski, investigador del Instituto de Ecología, A.C. (Inecol), del Centro Regional del Bajío, este tipo de bosque representaba el 1% de todo el territorio nacional. Ahora sólo queda alrededor de 0.06% debido a la tala de árboles para la instalación de diversos cultivos como el café, y al crecimiento poblacional urbano, dijo.
Su importancia para la vida humana y para el planeta radica en que, como pulmones de la tierra, son captadores de humedad y filtradores de agua, aportan una alta riqueza y diversidad genética entre la cobertura vegetal en un espacio reducido, lo cual se traduce en una alta diversidad de especies.
Relación entre desaparición del bosque y mutación de virus
El cambio climático puede propiciar la baja variabilidad de las especies de árboles y su nula regeneración, cuando son espacios donde también habita e interactúa la fauna.
Al respecto, afirmó que una de las mayores repercusiones sería la mutación y proliferación de virus como el SARS-CoV-2, que se podrían transmitir de animales a humanos.
“Estamos provocando que los virus sean más letales y puedan transmitirse de animales a humanos como consecuencia de la pérdida de su hábitat.”
Por ello, la importancia de desarrollar estudios de conservación del bosque mesófilo de montaña, también regulador de temperatura y lo más parecido al espacio que habitaban los dinosaurios antes de su extinción.
“Al talar zonas arboladas empieza la desertificación y el aumento de la temperatura local.”
Mientras cursó el doctorado, Candelaria Garcias analizó las semillas de especies de árboles en la zona occidente del país, sus posibilidades de migración y longevidad (tiempo que permanecen vivas).
Particularmente, en esta investigación hará un trabajo de campo en los municipios citados que abarcan la zona centro del estado de Veracruz, donde se encuentra la mancha de distribución del bosque mesófilo.
Con la recolección de semillas de alrededor de 16 especies de árboles –entre ellos: Quercus nixoniana, salicifolia, xalapensis y magnolia schiedeana, catalogados en estado de vulnerabilidad por la NOM 059– estudiará qué tan sensibles son a la desecación, derivado del aumento de días calurosos y disminución de la humedad.
Analizará qué ocurre una vez que las semillas se dispersan y caen al suelo y cuánto tiempo pueden permanecer ahí, lo cual dependerá de su longevidad, velocidad de desecación, latencia y viabilidad.
Espera conocer si el aumento de días secos afectará la regeneración de esas especies arbóreas, sobre todo porque el fenómeno de La Niña se encuentra presente durante 2023, y se prevé un año muy caluroso.
“Se espera colectarlas, tener un vivero o un sitio donde tenerlas y producirlas para que no se pierda esa especie; si aumenta el impacto del calentamiento global van a desaparecer, a menos que se busque otra alternativa para mantenerlas.”
Previo a la colecta de semillas, en estos meses ha hecho una revisión de todos los listados del bosque mesófilo, tesis y artículos de estructura, composición y búsqueda de información fenológica en el herbario de la UV y del Inecol.
Finalmente, Garcias Morales destacó que tuvo interés de realizar el posdoctorado en la UV –bajo financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)– por el prestigio que tiene a nivel nacional, el número de profesores inscritos al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y por su infraestructura adecuada para el desarrollo de proyectos.
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