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CARE-UV postulado a Premio para la Educación de las Niñas y las Mujeres

 

Guadalupe Mendoza y Juan Carlos Sandoval, coordinadores del proyecto CARE, dijeron que su enfoque está centrado en las mujeres y sus saberes

Guadalupe Mendoza y Juan Carlos Sandoval, coordinadores del proyecto CARE, dijeron que su enfoque está centrado en las mujeres y sus saberes

 

David Sandoval Rodríguez

Fotos: César Pisil Ramos y Académicos del IIE

31/05/2022, Xalapa, Ver.- El proyecto CARE, coordinado en México por académicos del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV), ha sido postulado por la Comisión Mexicana de Cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para recibir el Premio para la Educación de las Niñas y las Mujeres 2022 que otorga el citado organismo.

Guadalupe Mendoza Zuany y Juan Carlos Sandoval Rivera, coordinadores del proyecto, académicos e investigadores del IIE, detallaron los alcances de esta propuesta surgida en 2019 y que busca llegar a las escuelas en zonas marginadas, tanto en comunidades rurales como en la periferia de las ciudades, poniendo como centro de acción el papel de las mujeres.

En el proyecto participan actualmente María Concepción Patraca Rueda, Fabiola Itzel Cabrera García y Paula Martínez Bautista, estudiantes del Doctorado en Investigación Educativa, al igual que María de los Ángeles Luis Cruz y David Samuel Castellanos Montilla, alumnos de la Maestría en Investigación Educativa.

En 2019 este proyecto recibió el Premio a la Investigación Interdisciplinaria, otorgado por la UV (https://www.uv.mx/prensa/banner/proyecto-del-iie-uv-gano-premio-a-la-investigacion-interdisciplinaria/).

Estudiantes de maestría y doctorado del IIE acuden a sus propias comunidades para colaborar con las escuelas

Estudiantes de maestría y doctorado del IIE acuden a sus propias comunidades para colaborar con las escuelas

 

Durante la pandemia el proyecto CARE no se detuvo y permitió a los profesores continuar implementando la estrategia central del modelo: las progresiones de aprendizaje, que son creadas en colaboración con los profesores de las escuelas y al día de hoy han generado 29 para los niveles preescolar, primaria, de aula multigrado, telesecundaria y algunas contienen narrativas bilingües en náhuatl de la Huasteca y del centro de Veracruz, y maya de la península de Yucatán.

El proyecto se implementa en Veracruz, Hidalgo, Yucatán y la Ciudad de México, y a la fecha es el proyecto más avanzado de los cuatro países en los que se está aplicando: Sudáfrica, donde inició, Alemania, India y la República Mexicana.

Mendoza Zuany explicó que se trata de un proyecto de investigación que “apuesta a la justicia social, a la justicia educativa, ambiental y epistémica; buscamos que en las escuelas –sobre todo en educación básica– desarrollemos procesos colaborativos con las y los docentes, con las familias y por supuesto con las niñas, niños y adolescentes para fortalecer la pertinencia y la relevancia de su educación haciendo que lo socioecológico, lo que les preocupa en las comunidades –por ejemplo, el acceso al agua, el uso de suelos que sean propicios para cultivar, el acceso a la energía o una alimentación sana– estén al centro y sean el detonante del proceso de aprendizaje”.

Comentó que se busca trabajar colaborativamente con los maestros para que diseñen sus propias progresiones de aprendizaje y que los alumnos “aprendan articulando todo lo que la comunidad hace para cuidar su entorno social y ecológico, como un proyecto que hace que la comunidad escolar aprenda a partir de lo local y fortalezca procesos de transformación para vivir mejor”.

El profesorado capacitado crea sus propias progresiones de aprendizaje; al día de hoy cuentan con 29 de distintos tipos

El profesorado capacitado crea sus propias progresiones de aprendizaje; al día de hoy cuentan con 29 de distintos tipos

 

Sandoval Rivera añadió que una particularidad del proyecto en México es que en cada escuela está siendo acompañado por un estudiante de posgrado; “con esto no sólo tenemos la posibilidad de enseñar a los maestros a utilizar esta metodología, sino que el alumanado de maestría y doctorado –durante su estancia en el posgrado– acuden a las escuelas para su implementación en el aula, con los profesores y con las familias”.

Desde su inicio a la fecha se ha generado suficiente información para aprender cómo se va implementado el proyecto en cada una de las escuelas, además de posibilitar la realización de trabajos recepcionales, con dos tesis de maestría publicadas y en proceso de trabajo otras cinco, tres de ellas de doctorado.

El investigador recalcó: “Nosotros no queremos que los niños aprendan lo mínimo, queremos que aprendan todo lo necesario para tener una vida digna y sana, por eso hacemos mucho énfasis en los saberes y las prácticas de las mujeres, ahí es cómo conectamos con este premio al que fuimos postulados”.

El premio busca reconocer contribuciones innovadoras para promover la educación de las niñas y las mujeres, además es único en mostrar proyectos exitosos que mejoran y promueven las perspectivas educativas de niñas y mujeres.

El proyecto trabaja a partir de los saberes locales y de compartir conocimientos entre padres e hijos y en la escuela

El proyecto trabaja a partir de los saberes locales y de compartir conocimientos entre padres e hijos y en la escuela

 

Al respecto, Guadalupe Mendoza dijo: “En el proyecto hacemos énfasis en los saberes y las prácticas de las mujeres, que tengan voz y lugar en la escuela, que no solamente se recuperen, por ejemplo, saberes de los ancianos varones de las comunidades, que ha sido una tendencia cuando se reconocen los conocimientos indígenas o rurales. Se conoce poco lo que las mujeres saben y hacen, así como también qué les preocupa”.

La investigadora y el investigador comentaron que son los estudiantes de posgrado quienes regresan a sus escuelas para mostrar la metodología a padres, profesores y niños, con la finalidad de crear un proyecto participativo a través de las progresiones de aprendizaje.

La postulación al premio de la UNESCO, comentó Mendoza Zuany, es “un aliciente y un reconocimiento no sólo para el equipo del IIE –tanto trabajadores como estudiantado–, sino para las y los docentes que han colaborado siempre de forma voluntaria; porque nosotros somos un proyecto pequeño, y siempre apelamos a la voluntad de que los docentes quieran colaborar; todos los docentes, los niños y las comunidades que colaboran están muy emocionados porque esto significa que estamos impactando vidas concretas”.