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Covid-19 y cambios políticos no frenan migración: María Inés Barroso

  • La académica del Colegio de la Frontera Norte impartió conferencia en la Escuela Internacional de Verano de la UV  
  • Los desplazados forzados solicitan asilo político a Estados Unidos, pero menos del cuatro por ciento de los casos son favorables, señaló 

 

María Inés Barroso de la O recalcó que se han incrementado las solicitudes de asilo político por parte de los migrantes

 

David Sandoval Rodríguez 

11/07/2021, Xalapa, Ver.- Los movimientos migratorios recientes en la frontera norte de México no se han detenido a pesar del cambio en la política bilateral de México y Estados Unidos, como tampoco con la llegada de la pandemia por Covid-19, expresó María Inés Barroso de la O, doctora en Estudios de Migración y coordinadora académica de la Especialidad en Migración Internacional y la Maestría en Estudios de Migración Internacional del Colegio de la Frontera Norte. 

La investigadora impartió la conferencia “Migraciones, desplazamientos y espacios de recepción. Una mirada desde la frontera norte de México”, como parte de la edición 2021 de la Escuela Internacional de Verano de la Universidad Veracruzana (UV), organizada por la Dirección General de Relaciones Internacionales a través del Programa de Estudios sobre América del Norte y el Programa de Atención a Migrantes de Retorno. 

“La migración es un proceso que se enfrenta de manera diferente en el territorio nacional, en el caso de la frontera norte juega un papel fundamental en su dinámica poblacional porque gran parte del crecimiento demográfico de las ciudades fronterizas es debido al fenómeno migratorio”, puntualizó la académica. 

Destacó que la migración es compleja, multicausal y multifacética dado que la frontera puede ser el lugar de origen de los migrantes, el lugar de destino, de tránsito o de retorno, y en años recientes se ha incrementado su importancia como lugar de espera para quienes buscan solicitar el asilo político en Estados Unidos. 

Las causas de los migrantes que llegan a las ciudades fronterizas son diversas, tradicionalmente se había caracterizado por la migración laboral, cuando las personas tenían la oportunidad de tomar la decisión de migrar o no migrar. 

Sin embargo, advirtió que en los últimos años ha ocurrido un cambio, ya no es predominantemente laboral sino que es una migración forzada y se deriva por causas como la violencia, la presencia del crimen organizado y las violaciones a los derechos humanos que implican distintos tipos de persecución. 

“En los últimos años se ha experimentado la presencia de migrantes internacionales y una de sus características es que son solicitantes de protección, es decir, que llegan a la frontera norte con la intención de solicitar asilo político en Estados Unidos”, explicó. 

Por ello la frontera norte experimenta diversas situaciones migratorias, “no es la misma situación en Tijuana que en Ciudad Juárez, Reynosa o Matamoros, y tales contextos forman parte de las problemáticas que enfrentan los migrantes en cada ciudad”. 

 

Las ciudades de la frontera norte mexicana enfrentan distintas realidades del fenómeno migratorio, expresó la ponente

 

Con la llegada en 2018 de las caravanas migrantes hay fenómenos que se ampliaron, entre ellas las solicitudes de asilo político, su presencia en los medios de comunicación y la opinión pública, a lo que se sumó la crisis de atención que derivó en una emergencia migratoria. 

En 2019 Ciudad Juárez se convirtió en la localidad fronteriza con el mayor número de migrantes que solicitaban protección internacional, a ellos se sumaron desplazados forzados mexicanos que huían de sus comunidades por causas similares relacionadas con la violencia. 

Barroso de la O precisó que una de las características más significativas de estos flujos de migrantes en búsqueda de protección internacional es el alto porcentaje de menores de edad; en el caso de los solicitantes mexicanos, el 48 por ciento son menores de 18 años, y de ellos el 34 por ciento son menores de 10 años. 

En enero de 2019 inició la implementación del Protocolo de Atención a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), un convenio entre los presidentes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador para atender esta crisis migratoria. 

Este protocolo brinda atención a los migrantes, no obstante su implementación conlleva que ocurran largos tiempos de espera para sus respectivas audiencias, a lo que se suman cambios en las sedes de las mismas, esto provoca que “miles de migrantes se encuentren atrapados entre el alargamiento de su proceso de solicitud y de movilidad por tener que esperar en el lado mexicano”. 

Desde el inicio del MPP hasta su suspensión en marzo de 2020 se registraron 71 mil casos para atender en una corte migratoria, a los que se suman miles en lista de espera. 

“La pandemia ocasionada por el Covid-19 reforzó la condición de atrapamiento de los migrantes solicitantes de protección internacional en la frontera norte”, recalcó la investigadora. 

Tal situación provocó que muchas personas tuvieran que esperar más de un año en las ciudades fronterizas al no tener una resolución sobre su caso y las medidas sanitarias para evitar la propagación del coronavirus les restringieron salir de los albergues. 

“A pesar del Covid-19 el flujo nunca se detuvo hacia la frontera norte y se incrementó con la llegada a la presidencia de los Estados Unidos de Joseph Biden, que provocó un ‘efecto llamada’ al generar la percepción entre quienes buscan migrar de que las políticas migratorias establecidas por la administración Trump habían cesado, aunque en la realidad no es así”, resaltó. 

De 71 mil solicitudes de asilo político que se recibieron durante la implementación del MPP, solamente 25 mil casos fueron considerados dentro del protocolo de atención y de éstos el porcentaje de resolución positiva de asilo es muy bajo, alcanzando menos del cuatro por ciento de los solicitantes, detalló la ponente. 

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