- Aseguró profesora de la U. Rey Juan Carlos de Madrid
- “La promesa de igualdad, de acceso al trabajo y de políticas de bienestar, se está desmantelando”: Ana Isabel Pérez Campos
- Los ciudadanos europeos tienen una sensación de descontento y desilusión
Paola Cortés Pérez
La crisis económica por primera vez pone en duda el futuro de la Unión Europea (UE), porque no sólo es financiera sino general, profunda, duradera y global, que desestabiliza los cimientos de dicha comunidad política, aseguró Ana Isabel Pérez Campos, profesora-investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, España.
Al dictar la conferencia magistral “La Unión Europea y la gestión de la crisis económica a través de las reformas jurídico-sociales”, en el marco del IV Coloquio Internacional de Investigación en Ciencias Administrativas y Gestión para el Desarrollo, organizado por la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Veracruzana (UV), a través del doctorado que lleva el mismo nombre.
Desde sus inicios, indicó, el proyecto de integración europea, apareció como una cuestión política y económica, resultado de diferentes y diversas correlaciones de fuerzas, “no se puede hablar de una Europa de integración, sino de política, de intereses políticos”.
La crisis que ha desestabilizado a la UE puso de relieve la existencia de dos Europas, que no necesariamente convergen y se encuentran: la del norte y la del sur, situación que va contra el ideal de integración.
“La promesa de igualdad, de acceso al trabajo y de políticas de bienestar, se está desmantelando, esto ha hecho que sea necesario replantearse el establecimiento de medidas de freno ante esta situación de retraso en la construcción de Europa.”
Resaltó que ha tenido efectos negativos en los 28 países miembros, pero en algunos han sido más devastadores, como en el caso de España, Grecia, Italia, Irlanda, Portugal. Algunos de ellos han atravesado casi quiebras económicas.
Comentó que la UE decidió aplicar medidas profundas para cambiar y dar la vuelta a la situación, especialmente en el ámbito laboral, pero no han sido eficaces pese a que desde 2008 han sido intensas y profundas.
Por el contrario, “hay un retroceso, un deterioro en las políticas económicas, sociales y de empleo”, ejemplo de ello es el caso de España, que de 2009 a 2010 aplicó entre 70 y 80 normas laborales, a las que les han hecho ajustes y reajustes, esto “es sinónimo de que el gobierno no sabe por dónde ir ni qué medidas adoptar”.
La abogada especialista en relaciones laborales, señaló que las estadísticas de 2014 muestran que los ciudadanos europeos tienen una sensación de descontento y desilusión, dado que sólo el 31 por ciento de ellos confían en la UE, cuando en 2007 la cifra era del 57 por ciento.
“El 30 por ciento de ese colectivo, tiene una imagen positiva de la UE y el 29 por ciento tiene una imagen negativa, y este descontento se ve reflejado en que el 67 por ciento de los europeos consideran que su opinión no se tiene en cuenta.”
La realidad, apuntó Pérez Campos, es que la crisis económica no se ha superado estructuralmente, por lo que se debe hacer una reformulación de sus bases y principios para sostener y fortalecer la idea de la UE.
“Su continuidad debe complementarse de una mayor participación de la sociedad civil, así tendremos una Europa más unida y más fuerte”, concluyó.
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