- La mayoría de los mecanismos de ésta son impulsados por los presidentes, señaló la investigadora asociada del Centro “Albert Hirschman”
Paola Cortés Pérez
21/11/2020, Xalapa, Ver.- Yenina Welp, investigadora asociada del Centro “Albert Hirschman” de Democracia, de Ginebra, Suiza, advirtió que los mecanismos de democracia participativa no deben reemplazar a la representación democrática, sino complementarla; lo anterior, al impartir la conferencia “La democracia directa y la democracia participativa: sus potenciales y límites a la luz de la experiencia latinoamericana”.
La plática tuvo lugar el miércoles 18 de noviembre y fue transmitida en el Facebook del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), organizada por el cuerpo académico (CA) Estudios Sociopolíticos y la Maestría en Ciencias Sociales, con la moderación del investigador Alberto Olvera.
Explicó que los mecanismos de democracia participativa son aquellos que tienen la capacidad disruptiva en los sistemas políticos, que podrían asociarse a cambios constitucionales que no podrían haberse dado en un marco jurídico determinado y se impulsan por medio de la activación de un plebiscito o referéndum.
Mencionó que la política debe permitir el cambio, mejorar los diseños institucionales y reafirmar que la ciudadanía debe y puede tomar decisiones complejas.
“La discusión no es si se puede, sino cómo garantizar que esas decisiones se den de acuerdo a los estándares, marcos jurídicos y criterios de formación pública libre, democrática e informada.”
La mayoría de los países de América Latina regulan algún tipo de mecanismo de democracia directa, que es relativamente frecuente, aunque su regulación es nueva y estas prácticas han aumentado; la mayoría son impulsadas por los presidentes, una buena parte de ellas no cumplen con la ley o no estaban previstas por normas previas.
Yenina Welp dijo que los mecanismos que son obligatorios y los que se activan mediante la recolección de firmas tienen más potencial para fortalecer la democracia, mientras que los iniciados por los presidentes de un país la debilitan.
“¿Cuándo funcionan bien? ¿Qué criterios definen las buenas prácticas? Cuando canalizan las demandas ciudadanas toman una decisión informada, los actores cuentan con garantías jurídicas, los resultados se implementan, complementan la democracia participativa.”
Por último, mencionó que los grandes retos de los mecanismos de democracia en Latinoamérica son: implementar la responsabilidad política, mejorar los diseños institucionales, garantizar el buen funcionamiento de los organismos de control, seguimiento e implementación de los mecanismos de democracia directa, y trabajar para renovar y fortalecer las instancias de formación de la opinión pública.
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