- Obtuvieron el Premio “Arte, Ciencia, Luz” 2015
- Su proyecto combina el método TEACCH con los métodos Kodály y Orff
David Sandoval Rodríguez
La combinación de educación musical con un método específico para tratar a niños con autismo, permitió a estudiantes de la Licenciatura en Educación Musical de la Universidad Veracruzana (UV) realizar su trabajo recepcional y ganar el Premio “Arte, Ciencia, Luz” 2015.
La tesis se titula “El método TEACCH en conjunto con métodos de educación musical aplicado al trastorno del espectro autista y otras discapacidades mentales”, fue realizada por Blanca Alicia Anzueto Ladrón de Guevara y María Gabriela Flores Nachón, egresadas de la Licenciatura en Educación Musical de la Facultad de Música.
Blanca Alicia detalló los pormenores de su pesquisa: “Hicimos una investigación con niños autistas y con niños con síndrome de Asperger, con síndrome de Down y déficit de atención. Consistió en implementar el método TEACCH que se utiliza para tratar el autismo, mediante el cual se elabora una estructura de vida, pues la enfermedad conlleva una ausencia de estructura y el método ayuda a que los niños la entiendan como la entendemos nosotros”.
El método TEACCH se aplicó, a su vez, a métodos de educación musical como el Kodály y el Orff, los cuales trabajan diferentes ritmos, la música y elementos que la conforman para tratar a las personas con autismo.
Su trabajo de investigación duró casi un año y fue realizado en las instalaciones de la Asociación de Autismo y Déficit de Atención de Xalapa, A.C., en la cual primero realizaron su servicio social.
A partir de este contacto iniciaron su proyecto aplicando pruebas a los niños, posteriormente elaboraron una planeación estructurada que empezó con ejercicios básicos y conforme fue pasando el tiempo se incrementó su grado de dificultad. “Teníamos niños agrupados en tres niveles: con autismo muy profundo, autismo moderado y síndrome de Asperger”, dijo la entrevistada.
Al hablar de cómo surgió la inquietud de emprender la investigación, Blanca Alicia Anzueto añadió: “Cada quien por separado tenía la idea de trabajar con niños con discapacidad, mi compañera además estaba interesada porque tiene un familiar discapacitado. Yo tenía este interés desde hace mucho tiempo, entonces hablamos con nuestra profesora y ella nos propuso trabajar juntas y nos recomendó la asociación.”
Respecto a sus conclusiones, señaló que registraron avances notables en los niños: “Previamente les costaba llevar el ritmo de una obra, tenían variados manierismos que son semejantes a los tics nerviosos y algunos se golpeaban a sí mismos, pero después de trabajar por mucho tiempo con ellos en el taller de música, se observó que disminuían notablemente sus manierismos, aprendieron a trabajar en equipo y a utilizar muchos términos musicales”, detalló.
El autista generalmente es apegado a sí mismo y mediante el taller aprendieron a abrirse a las demás personas, observó la joven, la ayuda con este método de música generó beneficios en las terapias cognitivas que reciben en la asociación.
Las universitarias tuvieron contacto constante tanto con los especialistas de la asociación como con los padres de familia, e incluso después de que terminaron de impartir sus talleres les solicitaron que prolongaran su estancia porque profesores y familiares habían comprobado el enorme avance de los infantes con el aporte de su proyecto.
“Nos decían que en sus casas aplicaban lo que tratábamos en las clases de música, lo cual ayudaba mucho a que sus hijos se tranquilizaran cuando se ponían nerviosos o se alteraban, lograban calmarse mediante algunos de los ejercicios de la clase.”
En ese sentido, Blanca Alicia Anzueto destacó la importancia para su profesión y para interesados en el tema: “Como educadora musical el aporte es muy valioso para mi formación porque este tipo de problemas son poco abordados; entonces, haber hecho algo que está comprobado que ayudó a los niños es muy bueno, espero que sea difundido para que más personas se interesen y sea posible ayudar a infantes con estos padecimientos”.
Expresó que como parte de su formación musical hubo un aprendizaje, ya que “te das cuenta que es posible no sólo enseñar la música con un método tradicional, sino aprender a utilizar estos métodos para mejorar la calidad de vida de los niños y sus familias”.
Subrayó que desde el inicio se propusieron competir para obtener el galardón universitario, “de hecho desde que empezamos a hacer la tesis fue con el objetivo de concursar en este premio pues ambas consideramos que es una forma muy buena de recompensar a los alumnos y, más que premiarlos, motivarlos a que realicen trabajos de muy buena calidad y que se puedan difundir porque otro de los objetivos de este premio es darlo a conocer a través del Repositorio Institucional para que más personas accedan a él”.
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