- Con miras a recuperarlo y fortalecerlo
- Ganó el Premio “Arte, Ciencia, Luz” en la categoría Licenciatura del Área Académica de Ciencias Biológico Agropecuarias
20/01/18, Xalapa, Ver.- Para recuperar de forma exitosa el cultivo de cacao en el Totonacapan es necesario implementar alternativas rentables y tecnologías que ayuden a nutrir plantas y suelos, y a hidratar y retener la humedad en los mismos, revela el trabajo recepcional de Esteban Romero Hernández, egresado del programa educativo de Ingeniero Agrónomo de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana (UV).
Por su tesis “Evaluación ecomorfológica de cacao (Theobroma Cacao L.) sometido a distintas fertilizaciones, en la comunidad de Nuevo Ojital, municipio de Papantla, Ver.”, el universitario ganó el premio “Arte, Ciencia, Luz” 2017, en la categoría Licenciatura del Área Académica de Ciencias Biológico Agropecuarias, entregado el 8 de diciembre del año pasado.
Su investigación, que puede consultarse en https://bit.ly/2M2fHYc, fue dirigida por Enrique Hipólito Romero y asesorada por Carlos Roberto Cerdán Cabrera, investigadores de la UV, y Lucía López Reyes, investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
En ella, el autor plantea que el Theobroma cacao L. es una especie que se extiende a lo largo de los trópicos húmedos, donde se cultiva de manera tradicional en sistemas agroforestales.
Su estudio tuvo por objetivo “determinar la respuesta ecomorfológica del cultivo de cacao en condiciones agroforestales, con la aplicación de dos tratamientos de fertilización. Para ello se realizó una caracterización agroecológica del sitio, se elaboró una simulación del mapa de sombras que proyectan los árboles del dosel y se calcularon las tasas de crecimiento de las plantas de cacao”.
La idea de realizarlo surgió cuando realizó su servicio social en el Centro de EcoAlfabetización y Diálogo de Saberes (Ecodiálogo) de la UV, en donde tienen un proyecto de rescate biocultural del cacao.
Ahí trabajó con el Cuerpo Académico (CA) Manejo y Conservación de Recursos Bioculturales, con los doctores: Enrique Hipólito, Jorge Ricaño Rodríguez, José María Ramos Prado y Silvia del Amo Rodríguez (†).
“Alguna vez los acompañé de práctica a Oaxaca, pues como parte del proyecto tienen varias parcelas experimentales, como la que está publicada en Papantla y en la que finalmente realicé mi trabajo recepcional.”
Esteban, quien compartió tal experiencia junto con otros tesistas, relató que como los viajes a la parcela ubicada en el Totonacapan no eran continuos, cuando visitaban la zona se quedaban varios días para aprovechar el tiempo “y echarle montón a la chamba”. De la Facultad de Ciencias Agrícolas de Xalapa llegaban en camioneta al centro de Papantla de Olarte y de ahí se desplazaban a la comunidad de Nuevo Ojital, que se encuentra a poco menos de media hora del pueblo mágico.
El universitario analizó el cacao sembrado (de forma previa, en 2012 aproximadamente) en una parcela diversificada ─así se le conoce a la porción de tierra con varios cultivos intercalados─ y cada planta se etiquetó dependiendo de su variedad, tipo de fertilización y lugar en el que se encontraba, pues el área se dividió en bloque A y B, orientados de manera diferente (una al norte y otra al sur), explicó. En total se sembraron cuatro variedades clonales de cacao: INIFAP1, INIFAP 8, INIFAP 9 y CARMELO 1.
Don Juan Salazar, dueño de la parcela, les permitió montar el experimento con las plantas de cacao dentro de ésta, mismas que conviven con diversas plantas, principalmente con naranjos y cedros, así como con cultivos de vainilla.
La mayoría de las matas están adaptadas al clima de esta región veracruzana en la que casi no llueve, no así el cacao, por ello en ocasiones tenían que regar la zona de cultivo con agua trasladada en cubetas, para que las plantas resistieran mejor las condiciones del entorno.
“Como parte del trabajo de campo medíamos y evaluábamos muchas cosas. En mi caso, aplicaba biofertilizante (inoculante bacteriano) en forma líquida”, directo sobre la tierra en la que estaba sembrado el cacao, relató el universitario.
Dicho biofertilizante fue elaborado por integrantes del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas del Instituto de Ciencias de la BUAP, utilizando tres bacterias: Azospirillum brasilense (fijadora de nitrógeno), Acinetobacter calcoaceticus y Chromobacterium violaceum (éstas solubilizan fosfatos, función elemental para el crecimiento vegetal).
Tal proceso buscaba demostrar que “la adición de nutrientes a través de inóculos bacterianos mixtos puede mejorar el desarrollo del cultivo de cacao en condiciones agroforestales, promoviendo una alternativa a los procesos convencionales de fertilización química”.
De las plantas de cacao evaluaron sus características morfológicas, tales como altura, diámetro, cantidad de ramas y hojas”, mencionó.
Un factor determinante para el desarrollo de este cultivo es la sombra y Esteban usó un software llamado ShadeMotion para calcular la posición, forma y acumulación de las sombras de las plantas y árboles, en distintas horas y periodos de tiempo.
“Medimos las plantas de cacao, los otros árboles, y con los datos que teníamos de la localización de la parcela y el diámetro de las copas y la forma, el periodo de evaluación y demás, calculamos cómo se comportaba la sombra que proyectaban los árboles a lo largo del año que evaluamos, que es lo más llamativo de la tesis”, pues no se tiene conocimiento de un estudio similar realizado previamente, sostuvo.
“La planta está acostumbrada a desarrollarse mejor bajo condiciones de sombra, es algo que requiere forzosamente, y es lo que se acostumbra cuando está en un sistema agroforestal tradicional, a diferencia de cuando está de manera tecnificada, sólo el puro cacao sembrado a pleno sol y meten un montón de fertilizantes y de insumos y es todo más artificial”, indicó.
La vegetación que le da la sombra al cacao cumple un papel ecológico determinante: ayuda al reciclado de nutrientes, conservación del agua y aporta materia orgánica.
Como parte de las conclusiones señala que “un sistema de riego no resultaría rentable ni de bajo costo para los agricultores. Quizá, el uso de nuevas tecnologías, como la lluvia sólida (acrilato de potasio), resultaría útil, económica y duradera y podría ser una buena opción”.
Además, que es necesario incrementar los niveles de sombra y el número de plantas que conviven con las de cacao, “para favorecer la retención de humedad, la incorporación de materia orgánica y reducir el ritmo en el consumo de nutrientes, así como aumentar y regularizar la frecuencia con que se aplica el fertilizante”.
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