- En la clausura, la rectora Sara Ladrón de Guevara se congratuló de la labor de los instructores y los estudiantes, para adaptarse a la modalidad virtual
Karina de la Paz Reyes Díaz
10/10/2020, Xalapa, Ver.- Con la conferencia magistral “Los palacios de antaño”, impartida por Ann Marie Cyphers Tomic, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y la clausura por parte de la rectora de la Universidad Veracruzana (UV), Sara Ladrón de Guevara, egresó la generación 2020 del Diplomado en Antropología Contemporánea, adscrito al Instituto de Antropología (IA).
La ceremonia se desarrolló el jueves 8 de octubre, a través de las plataformas Zoom y Facebook del IA, y fue atestiguada por Lourdes Budar Jiménez, María Antonia Aguilar Pérez, Maura Ordóñez Valenzuela y Yamile de la Cruz Lira López, directoras de la Universidad Veracruzana Intercultural, la Facultad de Antropología, el Museo de Antropología de Xalapa y el IA, respectivamente; así como Artemio López Cisneros, director de la Casa de Cultura de Minatitlán.
Sara Ladrón de Guevara se congratuló de la labor de los instructores del diplomado, así como de la generación de estudiantes que asumieron el reto de mudarse a la modalidad virtual, dadas las condiciones impuestas por la pandemia de Covid-19, para continuar y concluir satisfactoriamente las metas propuestas.
“Observo una participación importante de 32 estudiantes, quizá es la ocasión en que se convoca a un diplomado en que hay más éxito y más seguimiento en las sesiones. Eso habla de que hemos aprendido a optimizar las herramientas tecnológicas”, dijo la Rectora.
Reiteró el éxito del diplomado como una manera de seguir con la educación continua para quienes tienen una formación en la antropología y quieren incursionar en temas contemporáneos.
Yuribia Velázquez Galindo y Virginia Arieta Baizabal, coordinadoras de este programa avalado por Educación Continua de la UV, junto con la Directora del IA expresaron su satisfacción y reconocimiento por el desarrollo de este diplomado, los resultados obtenidos, el trabajo en equipo mostrado por parte de la institución universitaria y el estudiantado –mismo que provino de varias disciplinas no sólo antropología, entre ellas: psicología, diseño industrial, comunicación, negocios internacionales.
En esta segunda edición –la primera fue en 2018– participaron en la instrucción: Ann Marie Cyphers Tomic, Carlos Alberto Casas Mendoza, Henri Noel Bernard Medina, Ayulia Starenka Güemes Báez, Irad Flores García, Andrés Hasler Hangert, Jesús Javier Bonilla Palmeros, María de Lourdes Bejarano, David Robichaux, Yamile Lira, Margarita Meza Manzanilla, María Victoria Chenaut González, Estela Casados González, Mayra Ledesma Arronte, Catharine Good Eshelman y Gunther Dietz, la mayoría presentes en la ceremonia de clausura.
Los palacios de antaño
Ann Marie Cyphers, adscrita al Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, directora del Proyecto Arqueológico San Lorenzo-Tenochtitlán (PASLT) y laureada nacional e internacionalmente por sus investigaciones, recordó que en 2020 el PASLT cumple 30 años de labor ininterrumpida.
Cuando inició labores se planteaba que San Lorenzo era un sitio pequeño –de 53 hectáreas– que alcanzó un nivel “relativamente bajo de desarrollo”. Ello significó para ella una oportunidad para identificar y excavar una muestra de viviendas tempranas y así comprender el desarrollo de las unidades domésticas.
Pero el enfoque inicial tuvo que ser reformulado y para llegar al hallazgo que le ha tomado 30 años de investigación, Cyphers Tomic compartió con el público un recorrido por palacios del mundo, para recordar sus características universales, elementos indispensables y símbolos que les permiten ser considerarlos como tales: Alhambra, Granada, España; Palacio de Invierno, San Petersburgo, Rusia; Palacio de Versalles, Francia, y Ciudad Prohibida, Beijing, China.
En Mesoamérica, la investigadora de la UNAM distingue ocho características generales: gran tamaño; forma y diseño; variedad de funciones (residencial, productiva, pública y religiosa); ubicación céntrica; símbolos políticos de la realeza; emblemas ancestrales; elementos con simbolismo divido, y los símbolos bélicos. Todos ellos, de acuerdo a las evidencias arqueológicas mostradas en su conferencia, las tiene el Palacio Rojo, “el primer palacio real olmeca”.
En San Lorenzo, dijo, se han identificado dos tipos de palacios: el real, la residencia del gobernante, y el de gobierno. Éste, dijo, es el primero de Mesoamérica. “Aquí es donde los gobernantes olmecas realizaban actividades administrativas y ceremoniales relacionadas con el sistema regional y de la capital”. Enseguida, describió los elementos identificados que permiten hacer tal afirmación.
Sobre el Palacio Rojo, precisó que han excavado 965 metros cuadrados; mientras el tamaño total del complejo palaciego es de 13 mil 500 metros cuadros, en tal espacio han detectado 14 edificios.
Hay una secuencia de construcción que se remonta al 1500-1400 a.C., cuya etapa de esplendor fue entre el 1200 y 1000 a.C., con una larga ocupación y continuidad, que sugiere linaje con diversos miembros con filiación compartida.
“El Palacio Rojo abarcó, mínimo, dos mil 200 metros cuadrados. Podemos ver el cuarto más privado, donde hay una banqueta y un muro de caliza y lajas de bentonita; hay otro cuarto privado, creo que era para hacer rituales del linaje; un gran salón de recepción, porque tiene evidencias de tráfico de personas en los pisos; estaba el almacén de monumentos mutilados, quebrados; y el taller de reciclaje de ésos, donde se transformaban en nuevas imágenes”, expuso la experta en la cultura Olmeca y añadió que tenía agua en su interior.
En ese tenor, enlistó los símbolos reales del complejo del Palacio Rojo: estelas, ductos curvos (drenaje sinuoso), un disco grabado, piedra ovalada con bajorrelieve, columna y sarcófago.
“La correspondencia entre las dos patas de ave en el tocado de este señor (en referencia a la Cabeza Colosal 5) y el disco (localizado en el palacio) sugiere que esta cabeza puede ser el retrato de uno de los gobernantes más tempranos de San Lorenzo y el protagonista de la construcción de la primera estructura palaciega de Mesoamérica”, expuso.
Una reflexión más: “El último gobernante que vivió en el Palacio Rojo no terminó su mandato porque la sociedad se encontraba en la decadencia, de hecho se levantó en su contra y quemó el palacio y otros edificios del complejo; esto pasó alrededor del 1000 a.C. Muchas personas abandonaron la ciudad, fue el fin del primer palacio mesoamericano y también el ocaso de la primera capital olmeca”.
Sin embargo, añadió: “El complejo del Palacio Rojo forma parte del legado de los olmecas a los pueblos posteriores de Mesoamérica. A través de siglos y milenios persisten similitudes funcionales formales y conceptuales con el arte y la arquitectura del Palacio Rojo en los elegantes palacios de las más sofisticadas urbes del clásico y posclásico.”
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