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Ética corresponde al contexto en que se aplica: Ángel Luna

  • El Instituto de Investigaciones Psicológicas UV fue sede de la charla “Acertijos y retos éticos del trabajo académico cualitativo”, 
  • El investigador de la UdeG dijo que en México la concepción ética en las ciencias es muy semejante a la que surgió en la época de la Ilustración 

Ángel Christian Luna Alfaro, académico de la Universidad de Guadalajara

David Sandoval Rodríguez

26/06/18, Xalapa, Ver.- A través de un diálogo colaborativo, el Comité de Ética en Investigación del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad Veracruzana (UV), realizó la charla “Acertijos y retos éticos del trabajo académico cualitativo” que impartió Ángel Christian Luna Alfaro, académico e investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

En el evento que se efectuó en el IIP, investigadores y catedráticos del propio instituto y de otros localizados en el área, participaron con comentarios y experiencias personales relativas a su quehacer científico.

“El planteamiento medular consiste en que si generamos protocolos de ética, también generamos protocolos de seguridad, que es de las cuestiones más importantes cuando un ser humano trabaja con sus pares y no solamente en términos de seguridad respecto a que alguien nos haga daño, la seguridad también implica protección emocional”, expresó Luna Alfaro.

Advirtió que existen circunstancias e instituciones que tienen diferentes éticas y acaban probablemente tergiversando resultados de las investigaciones y los utilizan para otros fines.

“Creo que la mayor parte del sistema de investigación y pedagógico de nuestro triste país está posicionado en el pensamiento de la Ilustración”, apuntó.

“Uno va haciendo trabajos y se va formando con otra ética, pensando que con media hora de incursión que tienes con un ser humano puedes hacer algo, es más, casi se convierte en tu deber.”

Preguntó a los asistentes si se han encontrado en una situación donde les llamen la atención a sus compañeros o alumnos porque están haciendo narraciones o actividades que no están basadas en cuestiones científicas y objetivas. “Hubo un tiempo en donde yo lo hice y en este discurso, si viviéramos en el siglo XVIII, cuántas mujeres se verían representadas porque no se ha tomado en cuenta más de la mitad de saberes de la humanidad”, observó el ponente.

Cuando se le sugiere a los alumnos que atiendan un aspecto de un problema en su trabajo recepcional y el sustentante busca profundizar más, encontrar una explicación, puede tener como respuesta que en cuatro años debe acabar la licenciatura y dos años de maestría, y aunque desee hacer un trabajo de campo de cinco años se le insiste en atender criterios como la eficiencia terminal.

“Ahí se encuentran dos proyectos éticos, porque si yo no te titulo pronto, entonces me proyectaré como un profesor deficiente; personas que se han tardado siete o 10 años en doctorarse y elaboran trabajos increíbles que son referencias importantes no fueron becados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la mayor parte de los libros clásicos que leemos no tienen que ver con eso.”

Relató que la historia surgió con un prejuicio muy grande que divide al mundo en dos planteamientos: las culturas ágrafas, sin historia, y las culturas que sí tienen historia, éste ha sido un problema enorme que el pensamiento de Occidente nos ha heredado.

En Occidente estaban convencidos, desde hace varios siglos, de que existe “un solo discurso y una sola ética, y se ha planteado que quien no escribe su historia es primitivo y salvaje, que incluso no tenía alma, lo que genera implicaciones tremendas”.

Una de las primeras discusiones que hubo con la llegada de los europeos a América fue si los habitantes de esta tierra tenían alma, asunto que se trató con una ética de la época que, tan ligada a la religión, era más un tema de carácter moral.

Hubo una gran discusión y fue hasta que el Papa Paulo III decidió preguntar si reían los habitantes de América que se zanjó el problema, dando por sentado el inicio de la evangelización para salvar las almas de estos seres recién conocidos y “hacerlos seres humanos”.

Eran en realidad dos proyectos éticos: el primero, si no son humanos hay que matarlos porque significa lo mismo que matar un animal; el segundo, al demostrarse la existencia de su alma, era evangelizarlos porque se acercaba el fin del mundo.

Ello ejemplifica que la ética corresponde al contexto en el que se aplica y en el caso de nuestro país, recalcó, sigue existiendo una concepción ética en las ciencias muy semejante a la que surgió en la época de la Ilustración.

Por otro lado, cuando el pensamiento de Occidente descubrió otras formas de transmitir la historia, como la oralidad y los pictogramas, surgió la necesidad de estudiar aspectos cualitativos como la comunicación corporal, razonamientos y sentimientos.

“Algo que resulta de sumo interés es el reconocimiento de que las mujeres existen. Muchos machos científicos comienzan a ir al mundo y darse cuenta que las mujeres existen y también piensan, escriben y forman parte de movimientos sociales; entonces, comienzan a reconfigurar el mundo histórico”, explicó.

Investigadores y académicos de la UV participaron en el diálogo con el ponente