- El rol de los programas educativos de Humanidades es resolver los problemas de su entorno con responsabilidad social, afirmó José Luis Martínez, director general del Área Académica de Humanidades
- En todas las regiones, la Universidad Veracruzana oferta licenciaturas de calidad acreditada por organismos externos
David Sandoval Rodríguez
17/05/2021, Xalapa, Ver.- Las dinámicas actuales que impone una globalización basada en un modelo mercantilista han desplazado a los valores humanistas, no obstante su papel en la formación de ciudadanos críticos y reflexivos, apuntó José Luis Martínez Suárez, titular de la Dirección General del Área Académica de Humanidades (DGAAH) de la Universidad Veracruzana (UV).
El académico e investigador impartió la conferencia “Pertinencia y campo laboral de los programas académicos de Humanidades de la UV frente al siglo XXI”, en el marco del 1er. Foro Estatal de Egresados de los Programas Educativos de Humanidades “Escenarios globales y dinámicas laborales actuales de los profesionales de Humanidades”.
El evento, que se transmitió por UVZoom y el canal de Facebook de la DGAAH, fue moderado por Magali Velasco Vargas, directora de la Facultad de Letras Españolas.
La pertinencia de la formación de profesionales universitarios en una realidad compleja demanda una capacidad de respuesta oportuna y efectiva de las instituciones de educación superior, que debe tener en cuenta a la dinámica social que vivimos en la actualidad, observó.
Con esta idea de pertinencia, agregó, la responsabilidad social de las instituciones de educación superior queda clara.
La formación humanista es necesaria para la construcción del individuo y de la sociedad en su conjunto; no obstante, se debe reflexionar también sobre qué son hoy las humanidades y recordar que hace más de 500 años los humanistas enfrentaron la búsqueda del conocimiento frente a la cerrazón de instituciones como la iglesia y los gobiernos.
Martínez Suárez recordó que algunos académicos han dicho que las humanidades están por desaparecer, esta aseveración deriva de un enfoque que pondera a un modelo económico y de consumo que ha desplazado otros valores, particularmente aquellos sustentados por una formación humanista.
Por ello recalcó: “Si nos situamos desde la indiscutible valía de las humanidades para la formación de ciudadanos para el bien común, la situación es distinta”.
En tal sentido, expresó que la realidad de América Latina “está asolada por la corrupción, inseguridad y un sistema educativo deficiente en sus niveles básicos”.
El desarrollo latinoamericano implica instituciones educativas más desarrolladas, creativas y más relacionadas con el entorno, pero es necesario incrementar la matrícula, reducir la brecha de género y la vinculación con otros sectores como el privado, añadió.
“Necesitamos que la educación superior se desarrolle a partir de proyectos de inmersión vivencial participativa, lo que implica adquirir conocimientos y el desarrollo de habilidades, actitudes y valores que les permitan un aprendizaje crítico para resolver problemas de su entorno, porque los egresados se enfrentarán con situaciones críticas no predecibles y la responsabilidad de las universidades es que desarrollen su propio proceso de aprendizaje autónomo”, detalló el titular de la DGAAH.
“Lo que está en juego es la educación universitaria y con ello el futuro, la vida y el desarrollo como ser humano de cada uno de los estudiantes”, continuó el académico. “Como nunca antes necesitamos ser más auténticamente humanos, también como nunca hemos fracasado ante el intento porque hemos dejado de plantearnos cuestiones fundamentales quedándonos en lo aparente”.
Recalcó que la persona de estos tiempos ha perdido la capacidad de concebir la realidad tal cual es y por ello se tiene la necesidad de “volver los ojos hacia nuestro interior y ver al hombre con su dignidad y potencial, pero también con su miseria para una comprensión más segura y perspicaz”.
En tal sentido, la responsabilidad social y compromiso con la sociedad de la UV se hace patente en las humanidades, ya que “ocupan un lugar señero en la construcción de sus saberes desde los orígenes de la institución hace más de 70 años y se han enfatizado en la administración actual, que tuvo como premisa valorar la tradición para impulsar la innovación”.
Sin embargo, planteó que cada vez más universidades se asemejan a fábricas del conocimiento donde se capacita a los estudiantes para generar productos que obtengan ganancias, idea expresada por la filósofa estadounidense Martha Nussbaum.
Ello representa un “ominoso peligro si no se repara esto porque estaríamos produciendo máquinas útiles en lugar de ciudadanos completos, críticos, que puedan emprender un mundo mejor”.
En contraposición y pensando en términos de formación integral, la UV ha dado a la ciencia y a las tecnologías de la información y comunicación una aplicación en los programas educativos, con la certeza de que el egresado posea conocimientos que le permitan valorar las culturas y la dignidad de lo humano.
Finalmente, Martínez Suárez destacó que todos los programas educativos del Área Académica de Humanidades en las cinco regiones universitarias son reconocidos por su calidad a través de organismos externos.
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