- Participó en la FILU 2016
- El historiador francés reconoció su apertura, franqueza y sentido del humor en su nueva obra
- La rectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara, presentó el más reciente libro del historiador francés
David Sandoval Rodríguez
El libro Un humanista del siglo XX, Marcel Bataillon, de Jacques Lafaye, es un homenaje al mentor y amigo que logra asemejarse a la profundidad e ingenio del destacado historiador francés, expresó Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana (UV) al presentar el título en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2016.
“El Marcel Bataillon que emerge del libro de Lafaye es radicalmente similar al escritor profundamente adulto, límpido, ingenioso, omnisciente, sabio y erudito que conocemos por sus ensayos”, precisó la Rectora.
El gran acierto del libro deriva de que Lafaye es un lector brillante de la obra de Bataillon. Sus interpretaciones son verdaderas incursiones críticas y su punto de partida es que los libros de su maestro son a un tiempo literatura, historia de las ciencias o historia religiosa y política, explicó.
Por su parte, Jacques Lafaye comenzó con una observación: “Para ustedes mexicanos les daré un dato sobre Bataillon: logró contradecir a Américo Castro y a Edmundo O’Gorman sin pelearse con ellos, incluso la UNAM publicó la controversia entre el francés y O’Gorman”.
El historiador destacó el sentido del humor de su maestro y la cercanía que logró a pesar de ser en ese entonces un incipiente profesor de 25 años.
Se conocieron cuando Lafaye concursó para ser profesor en la Escuela Normal Superior y era el único hispanista, entonces Bataillon le preguntó sobre un poema de Antonio Machado, de quien era su albacea. La respuesta agradó al maestro y desde entonces comenzó su amistad.
“Yo tenía entonces el descaro de la juventud y hablaba con él con gran franqueza, como si fuera un compañero y no se ofendió en absoluto, siempre tenía una visión humorística de la situación”.
Relató una ocasión en la que se quejó con él por una designación al interior de la sociedad de americanistas en el Museo del Hombre, a lo que Bataillon le respondió: “hay hombres que son un adorno para las instituciones y hay hombres para quienes las instituciones son un adorno”.
El autor de Quetzalcóatl y Guadalupe reconoció que su mentor tenía una mente de investigador en el sentido “casi policiaco” y tuvo la misma actitud respecto de los procesos que hizo la monarquía a Cristóbal Colón para quitarle lo que le habían prometido: ser virrey del nuevo mundo.
La filosofía de Bataillon no era dogmática sino abierta hacia la religión y la poética, hecho que se hace palpable en su narrativa que abarcó diversas facetas de la historia de Europa y de Francia.
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