- Con exposición Vistiendo el dolor, estudiantes y académicos honraron su memoria
- Era recién egresado de la Licenciatura de Artes Visuales; falleció por cáncer en mayo pasado, su pasión era pintar vestidos
- Cada participante proyectó intervino un vestido para expresar su sentir
Claudia Peralta Vázquez
Fotos: César Pisil Ramos
08/12/2023, Xalapa, Ver.- En mayo pasado, Raúl Moral, egresado de la Facultad de Artes Plásticas (FAP) de la Universidad Veracruzana (UV), falleció a causa de cáncer, tenía apenas 27 años. Era tan apreciado entre la comunidad estudiantil y académica que para honrar su memoria instalaron la exposición Vistiendo el dolor.
El joven, oriundo de Ojo de Agua, Chiapas, era un artista de vestidos, sobre todo de la cultura chol; los diseñaba, intervenía y pintaba, emulando los que portaban las representantes de Pueblos Mágicos.
Por ello, en la exposición montada en la Galería de Artes Plásticas, cada participante, alumna, alumno, académico, académica y autoridades, proyectaron el dolor que les dejó la pérdida de un gran compañero, artista y persona, a través de la intervención de vestidos a los que impregnaron de colores, diseños, técnicas visuales y textiles.
El proyecto colaborativo de intervención fue iniciativa de Minerva Torres Vicente, docente de la Licenciatura de Artes Visuales de la FAP, en un afán de duelo para cada uno de los estudiantes y profesores de la entidad académica.
“Raúl Moral era un artista multidisciplinario con mucha creatividad y espíritu de alegría”, expresó.
El dolor padecido llevó a Minerva Torres a rescatar una pieza chol, obra de Raúl, lo cual la hizo sentir más tranquila. Esa necesidad de consuelo, poco tiempo después se convirtió en una propuesta y proyecto interdisciplinario de arte expandido hacia el textil.
“Me gusta la fusión técnica de expandir el arte a otros medios, en mi clase lo llevo hacia la madera, los muebles; finalmente, unir fuerzas es el mejor proceso de aprendizaje porque el arte puede ser demasiado íntimo.”
La generación de Raúl fue convocada en el ánimo de subsanar un poco el dolor por su partida. Así llegaron ocho vestidos en honor a su amigo.
A este proceso interdisciplinario también se sumó Ana Gabriela Ramírez Lizárraga, directora de la FAP; Carlos Francisco Torralba Ibarra, consejero maestro; Roxana Cámara Vázquez, coordinadora de Tutorías de Artes Visuales, entre otros.
En total, se reunieron alrededor de 18 vestidos para la exposición que tuvo lugar entre octubre y principios de diciembre del presente año, con la intención de seguir creciendo y hacer una segunda muestra el 8 de marzo de 2024, en el marco del Día Internacional de la Mujer.
“Fue un momento importante rendir homenaje a un alumno fallecido, un artista visual tan joven que tuvo mucho eco en nosotros”, expresó Itzel Velasco Pérez, alumna de séptimo semestre de la Licenciatura de Artes Visuales.
Opinó que iniciativas como ésta demuestran que el trabajo de los estudiantes trasciende, como el de Raúl, que logró inspirar a muchas personas, incluso más allá de la muerte.
“Es un gesto muy lindo de los docentes, es un trabajo hecho desde el amor y el dolor.”
Narró que al inicio la propuesta la sacó de su zona de confort porque nunca había trabajado con la intervención de textiles; su labor está más enfocada en la gráfica e ilustración.
Al mismo tiempo, la actividad la animó a indagar en sus propios dolores. Su vestido refleja el sentimiento que dejó la enfermedad, fruto del periodo de confinamiento por la pandemia.
“Mi vestido aborda el dolor de haber enfermado durante la pandemia, ese sentimiento que tenía, me dolía tanto que me quemaba de los pies hacia el pecho, el vestido tiene llamas y unas gotitas que representan el llanto, el llanto me dio paz y empecé a salir de ese dolor.”
Para Itzel resultó interesante ver la perspectiva del resto de sus compañeros; cada uno, a su manera, canalizaron el dolor por medio del arte. “Significó mucho trabajo, introspección, y dio pie a que como artistas pudiéramos manejar otras técnicas visuales”.
Roxana Cámara Vázquez expresó su emoción por ver el resultado de la exposición para honrar el recuerdo de Raúl. Finalmente, dijo, la grandeza, versatilidad y creatividad que siempre lo caracterizaron sirvió para vestir el dolor.
“Más que ex alumno, Raúl era amigo y muy talentoso, el vestido era su mejor expresión.”
Recordó el viaje de intercambio que el joven hizo a Colombia antes de la pandemia, donde organizó una exposición de Día de Muertos que fue celebrada y aplaudida en ese país.
Cuando surgió la idea de la muestra, ella reflexionó sobre todos los parámetros del dolor. En su caso, plasmó en el vestido el tema de personas desaparecidas.
El atuendo, uno de los más amplios y largos de la exposición, cobró vida en el cuerpo y movimientos de una bailarina, durante un evento efectuado en la FAP, donde hubo arte sonoro y corporal.
Comentó que al hablar de la propuesta a sus estudiantes, ellos se mostraron sorprendidos de saber que podían decorarlo, adornarlo, pintarlo e intervenirlo a su manera, pues en sus clases siempre busca provocarlos y motivarlos a salir de su espacio de confort.
“Eso provoca que tengan otros procesos creativos, emocionales y táctiles.”
Añadió que procesos colaborativos como éste fortalecen no sólo la enseñanza-aprendizaje de los estudiantes, sino también a la comunidad para hablar de esos temas que no son nada fáciles de transmitir.
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