Laura Tafaro, profesora asociada de la Universidad de Bari

José Luis Couttolenc Soto

06/11/18, Xalapa, Ver.- Los descubrimientos neurocientíficos permiten comprender y reproducir el pensamiento, las emociones, las preferencias estéticas, la compasión y la moral, así como conocer también el funcionamiento del cerebro y la mente; esto aplicado al campo del derecho abre una gran oportunidad en relación a la protección del ser humano y los juristas deben estudiar y estar preparados para afrontarlo.

Tal fue el planteamiento de Laura Tafaro, profesora asociada de la Universidad de Bari, en Italia, durante la conferencia “Descubrimientos neurocientíficos y derecho civil”, con la que participó en los eventos académicos organizados por la Facultad de Derecho para conmemorar el 46 aniversario de la fundación del Seminario de Derecho Romano y Derechos Indígenas.

En el Aula Magna “Guillermo I. Ortiz Mayagoitia” de la entidad universitaria, la conferencista compartió su visión sobre la concepción del derecho: “Siempre camina a la par de la realidad social, aunque ésta avanza mucho más rápido que el derecho mismo, lo que hace necesario vincularlo a las emociones y a los procesos neuronales para tener la posibilidad de entender al ser humano como tal”.

Expuso que la neurociencia también impacta en el fenómeno del consumismo, en donde el derecho civil tiene una gran responsabilidad pues los americanos difunden y se enfocan más en una situación de miedo que en los avances que puedan existir.

Refirió que empresas trasnacionales hacen campañas publicitarias que inducen a las personas a realizar acciones más cercanas a la imitación que a saciar una necesidad, “son reflejos neuronales involuntarios o inconscientes que hacen que se consuman productos que no atienden ninguna necesidad, y eso requiere de acciones que eviten el desarrollo de ese tipo de campañas para proteger a las personas”.

Debido a que la neurociencia es un campo que estudia el sistema nervioso y todos sus aspectos, Laura Tafaro consideró que debe ser incorporada como una rama del estudio del derecho, teniendo como centro al ser humano “no sólo como un conjunto de personas, sino con las individualidades que cada uno requiere, y para eso se necesita un marco regulatorio que sea benéfico”.

Por último, dijo que “se requiere de una protección en este momento de cambios, porque la humanidad tiene que afrontar dos prioridades: el ambiente y el desarrollo sostenible, y para ello la neurociencia y la inteligencia artificial son importantes”.

La Facultad de Derecho celebra el 46 aniversario del Seminario de Derecho Romano y Derechos Indígenas