- Coincidieron especialistas del Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana
- La ayuda psicológica, e incluso psiquiátrica, llega a ser vital
Jorge Vázquez Pacheco
Fotos: Luis Fernando Fernández Carrillo
04/03/2024, Xalapa, Ver.- La obesidad es un problema de salud que merece toda atención y debe abordarse de forma profesional porque la estigmatización y otros factores negativos se traducen en sufrimiento extremo, comentaron especialistas durante la jornada “Hablemos de obesidad y emociones”, coordinada por el Sistema de Atención Integral a la Salud de la Universidad Veracruzana (SAISUV).
Vianey Argüelles Nava y Yolanda Campos Uscanga, ambas asignadas al Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana (UV), y Carlos Manuel Chacón Rodríguez, maestro en Ciencias Aplicadas al Deporte, fueron los participantes del evento.
Argüelles Nava definió la obesidad como “la interacción compleja de diferentes factores que no tiene una estrategia universal como solución”. Respecto a la diferencia entre los tipos de hambre, mostró los centros nerviosos que la regulan, así como los factores que inciden, y dijo que existen variedades de hambre: ambiental, emocional, hormonal y habitual. Esta última es el “hambre de verdad”, la que responde a la necesidad del organismo.
Recomendó diversas medidas, entre ellas la ingesta de fibras con suficientes proteínas, hidratación saludable, evitar alimentos procesados, así como ejercicio y dormir bien.
En tanto, Campos Uscanga aludió a los estados emocionales y la relación que guardan con la obesidad. “Ciertamente es una percepción consciente, agradable y deseable, pero se tiene en contra la tendencia natural de repetir lo que nos proporcionan placer”, de modo que ello impacta de manera negativa en nuestra alimentación.
Los efectos de la obesidad son diversos y van desde la estigmatización hasta la afectividad negativa que se refleja en estados de ansiedad y depresión.
Yolanda Campos subrayó las respuestas fisiológicas y conductuales relacionadas con la emoción, de modo que se hace necesario implementar estrategias para el logro de una respuesta ajustada al contexto, así como organización personal para el logro de metas a nivel social.
Bajo el tema de “evidencias actuales”, Campos Uscanga ilustró que las mujeres tienden más a reflejar los estados de estrés y depresión en el comer descontrolado, de modo que la regulación ineficiente de las emociones conlleva la asociación con el comer emocional, “por lo que el acompañamiento psicológico y muchas veces psiquiátrico es vital”.
Finalmente, Carlos Manuel Chacón mencionó que el ejercicio físico es una actividad que aporta múltiples beneficios, como el aliviar los síntomas de la depresión y la ansiedad, dos trastornos que afectan a muchas personas con obesidad. El ejercicio físico ayuda a liberar sustancias químicas que producen una sensación de bienestar y que influyen en el estado de ánimo, las emociones y el estrés. Además, mejora la autoestima, la confianza y la interacción social, y permite enfrentar el tratamiento de la depresión y la ansiedad en personas con obesidad, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud.
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