- Se asume que el Poder Legislativo debe atender problemas de bienestar público y el Judicial defender los derechos fundamentales, pero no siempre ha sido así, aseguró el profesor de la Universidad de Milán, Italia
José Luis Couttolenc Soto
Fotos: Omar Portilla Palacios
02/06/2022, Xalapa, Ver.- Francesco Ferraro, profesor de la Universidad de Milán, Italia, ofreció en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Veracruzana (UV) la conferencia magistral virtual “Racionalidad legislativa y motivación de las leyes. Teoría de la legislación y legisprudencia”.
En su disertación, que formó parte del programa de Doctorado en Derecho que ofrece el IIJ, el jurista sostuvo que se asume que el Poder Legislativo tiene que encargarse de los problemas de bienestar público, y el Poder Judicial de defender los derechos fundamentales y humanos, “pero no siempre ha sido así, en ocasiones los parlamentos han promovido y defendido más los derechos que los jueces”.
Mencionó que pensadores como Adam Smith, Jean Jacques Rousseau, Gaetano Filangieri y Jeremy Bentham, basados en una codificación legislativa, quisieron acabar con el viejo pluralismo de las fuentes, pero la separación entre dogmática jurídica y las teorías del derecho y la legislación no eran tan tajantes como en la actualidad.
En la época de las “grandes modificaciones”, dijo, los códigos y la legislación se volvieron fuentes principales del derecho, los juristas se acostumbraron a razonar de lege lata y no de lege ferenda, “razonan sobre cómo interpretar la ley, pero no cómo la ley debería ser”.
Autor de capítulos de libros sobre el pensamiento de Bentham, utilitarismo y derechos, racionalidad y justificación legislativa, nudging y análisis de los derechos fundamentales, Francesco Ferraro destacó que la legisprudencia es una disciplina “no tan nueva”, en 1950 Julius Cohen acuñó el término para indicar que ésta se dedicaría al estudio del papel central del legislador en el tema jurídico.
Apuntó que en Estados Unidos se observa que los estudios de jurisprudencia se han centrado en problemas de interpretación, decisión judicial y precedentes, que han llevado a lamentar que las disciplinas más teóricas se enseñen poco en las facultades de Derecho, en donde la teoría es necesaria para una buena práctica; “lo que se estudia para los exámenes de los abogados casi siempre son casos y temas específicos, y la jurisprudencia, como disciplina teórica, necesita un clima en el que se estudien también aspectos no inmediatamente prácticos del derecho”.
Refirió que cada vez se pide más una regulación inteligente a través de la aplicación al derecho de métodos científicos y procedimientos de evaluación con base en nuevas tecnologías, que permitan una valoración previa y sucesiva en cuanto a la emanación de las normas.
La ciencia y la tecnología –como instrumentos para la legislación– ofrecen nuevas posibilidades de regulación, y una de éstas es el nudging, es decir, “la utilización de pequeños empujones”.
El académico expuso que a partir del año 2000 el nudging se popularizó como instrumento de política pública basado en las ciencias del comportamiento; definió que es la intención deliberada de alguien (nudger) para modificar el contexto concreto en el que otra persona (nudged) está decidiendo cómo actuar.
El nudging puede ser un instrumento de política pública basado en la “arquitectura de la elección”, no se cambian las opciones disponibles y no se utilizan incentivos (positivos o negativos), se cambian las condiciones en que se elige cómo actuar.
Para concluir, planteó que el nudging es un ejemplo de legislación fundada en la evidencia, y ofrece soluciones de acuerdo a resultados de aplicación de las ciencias y experimentos.
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