- El académico de la Universidad de Chile dictó la conferencia “Sudamérica crisis, movilizaciones y populismo”, en el auditorio del IIH-S
Paola Cortés Pérez
28/02/2020, Xalapa, Ver.- Gilberto Cristián Aranda Bustamante, académico de la Universidad de Chile, impartió la conferencia “Sudamérica: crisis, movilizaciones y populismo”, el 21 de febrero en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV); ahí afirmó que el populismo goza de buena salud en América Latina (AL).
En el evento organizado por el cuerpo académico (CA) Estudios Socioculturales, el catedrático chileno expresó que “aunque el populismo no se creó en Latinoamérica y los primeros países que tuvieron partidos populistas fueron Rusia y Estados Unidos –a finales del siglo XIX–, ha echado buenas raíces y se ha articulado con determinados ambientes críticos que se concatenan con movilizaciones”.
Explicó que el populismo suele emerger en contextos de crisis política y económica: “El ambiente propicio para su aparición es cuando la democracia liberal representativa es incapaz de procesar el conjunto de demandas de la sociedad, provocando un estallido social.”
Mencionó que los populismos a menudo se articulan como aglutinadores de movilizaciones, descontentos y malestares; ejemplo de ello fue la Revolución Mexicana, que derivó en un tipo de hacer política con ecos y resonancias populistas.
“En Latinoamérica, que siempre ha estado hacinada por la desigualdad, injusticias sociales y diferencias profundas, la verdad es que la democracia liberal representativa es elitista y, por lo tanto, a menudo la salida ha sido un liderazgo personalista-caudillero.”
Dejó en claro que “populista” no es sinónimo de algo negativo, ya que este significado ha sido provisto por algunos periodistas y figuras políticas cuando tienen la intención de denostar a sus oponentes.
“Lo cierto es que los gobiernos populistas han logrado cuotas de inclusión que derivan en formas de gobierno más representativas y menos personalistas.”
Al ser una política antagónica, dijo que es curioso que en este momento de crisis política –en la que proliferan movilizaciones variadas– hay lugares donde los líderes populistas lograron articular las demandas para presentar un proyecto político que reconfigura al colectivo como un “nosotros” (el pueblo), el cual se enfrenta a una élite o un grupo que está en el poder. “Esto puede ser positivo, si logra reencauzar la participación, o negativo, si lo que hace es suplantar una élite por otra”.
Por último, reiteró que el populismo puede ser muy saludable en tanto dé a la gente la capacidad de participar no sólo a través del voto, sino en la construcción de la vida colectiva; por otro lado, también existe el populismo que piensa centrarse en un personalismo total y absoluto.
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