- El investigador Javier Velázquez Moctezuma señaló que especialistas de diferentes disciplinas recomiendan dormir de siete a nueve horas diarias
- “Dormir bien y el tiempo suficiente es la mejor inversión en salud, en bienestar y en calidad de vida”, destacó
José Luis Couttolenc Soto
Fotos: Omar Portilla Palacios
24/03/2022, Xalapa, Ver.- De acuerdo a un amplio consenso realizado por la Academia Americana de la Medicina del Sueño y la Sociedad de Investigación del Sueño (2013-2014), especialistas de diferentes disciplinas de la salud coincidieron en señalar que la restricción del sueño favorece la presencia de enfermedades graves, por lo que estiman que el tiempo adecuado para dormir es de siete a nueve horas.
Javier Velázquez Moctezuma, investigador de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, dio a conocer lo anterior el martes 22 de marzo durante su participación en la Semana Mundial del Cerebro, organizada por el Instituto de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana (UV).
Con investigaciones de más de 25 años sobre las consecuencias de la restricción del sueño, Velázquez Moctezuma apuntó que no dormir bien parece asunto trivial, pero se dijo convencido de la importante relación que tiene con el bienestar de cada individuo; mencionó que en la actualidad niños, jóvenes y adultos tienen una pantalla frente a ellos en su tiempo de descanso, que emite una luz intensa que propicia señales encontradas en el cerebro.
Explicó que existen factores fundamentales que determinan la presentación del sueño, como el proceso homeostático y el circadiano, que hacen que la oscuridad facilite el sueño en el humano; cuando se modifican estos procesos de manera artificial (con luz constante o mantenerse despierto por decisión propia), surgen los problemas.
Entre los elementos que deterioran el sueño en cuanto a tiempo, mencionó una vigilia prolongada de más de 18 horas por decisión propia, por lo que dormir menos de siete horas al día constituye ya un factor de riesgo para la salud; otro elemento son los trastornos del sueño (insomnio, apnea, movimientos periódicos de las extremidades, entre otros), de hecho hay 85 enfermedades vinculadas a él. Mencionó también el turno rotatorio laboral, al que la medicina no le ha puesto la suficiente atención.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2016 incorporó preguntas relacionadas con el sueño, arrojando “resultados terribles”: el 28.4 por ciento de los encuestados (20 millones 208 mil 946) reportó un tiempo de sueño reducido (menos de siete horas); el 27.8 por ciento (19 millones 781 mil 996), tiene riesgo alto de apnea obstructiva del sueño; el insomnio (dificultad para dormir más de tres días/semana), afectó a 18.8 por ciento (13 millones 377 mil 753).
El investigador de la UAM-Iztapalapa refirió que “los humanos están diseñados para funcionar bien con 16 horas despiertos y ocho dormidos; la ejecución de quien ha estado despierto 17 horas es tan mala como de quien está intoxicado con alcohol al 0.05 por ciento; la restricción de sueño y el consumo de alcohol aumentan el número de accidentes al manejar, cuando se juntan, los efectos se suman”.
Otro impacto de la restricción del sueño se observa en el sobrepeso y la obesidad, si se duerme menos de seis horas diarias disminuye la leptina y saciedad, aumentando la grelina y hambre.
Durante su exposición refirió grandes catástrofes que han sido atribuidas a problemas de sueño, entre ellas: la explosión del transbordador espacial Challenger (1986), el accidente de la central nuclear de Chernóbil (1986), el hundimiento del ferry de Estonia con cerca de mil pasajeros a bordo (1994) y el choque de la estación espacial Mir (1997).
“Dormir bien y el tiempo suficiente es la mejor inversión en salud, en bienestar y en calidad de vida”, concluyó.
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