- La Facultad de Derecho UV realizó el conversatorio de fundadores del Seminario de Derecho Romano y Derechos Indígenas al celebrar su 50 aniversario
- Intervinieron Socorro Moncayo Rodríguez, María del Carmen Valdés Martínez, Rosa Hilda Rojas Pérez y Daniel del Ángel Pérez
Claudia Peralta Vázquez
Fotos: José Rujiro Hernández Temis
29/09/2022, Xalapa, Ver.- Tanto para alumnos como para académicos de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (UV), el Seminario de Derecho Romano y Derechos Indígenas ha sido un semillero de formación y de vocación docente que perdura desde su fundación, en 1972.
Con motivo de este acontecimiento y como parte de los festejos alusivos a su 50 aniversario, fundadoras y fundadores compartieron anécdotas y experiencias sobre su desarrollo.
También reconocieron el impulso que Mercedes Gayosso y Navarrete, ex directora de la Facultad de Derecho, brindó a este proyecto, siendo su principal creadora.
En el auditorio de esta entidad académica, y bajo la moderación de José Luis Cuevas Gayosso, investigador, docente y ex coordinador del seminario, Socorro Moncayo Rodríguez, María del Carmen Valdés Martínez, Rosa Hilda Rojas Pérez y Daniel del Ángel Pérez, participaron en un conversatorio que contó con el interés de la comunidad académica y estudiantil.
Esto, en presencia de Araceli Reyes López, directora de la Facultad de Derecho, y Bertha Alicia Ramírez Arce, coordinadora del seminario.
Socorro Moncayo, ex coordinadora del Centro de Estudios sobre Derecho, Globalización y Seguridad, y con más de 40 años de actividad docente, comentó de su incorporación al seminario –durante su etapa estudiantil– bajo la guía de Gayosso y Navarrete, pues el objetivo del curso era acercar a los alumnos al estudio del derecho romano de una forma dinámica y amena.
El derecho romano era una materia que se impartía en al menos cuatro semestres de la carrera, de ahí que varios jóvenes se acercaran para adentrarse más al conocimiento.
Al principio, lo hacían en las bancas de la Facultad, y sobre sus rodillas consultaban los libros que les prestaban de la biblioteca, además de discutir sobre diversos temas. Así transitaron por varios espacios hasta instalarse en un laboratorio ubicado, precisamente, junto a la biblioteca.
Al principio, dijo, no fue tarea sencilla pues había que trabajar para demostrar que era un proyecto de largo aliento. Sin embargo, hoy en día se ha garantizado el cumplimiento fiel de sus objetivos, en el sentido de formar estudiosos del derecho romano, de conocer su lógica jurídica y aterrizar en otras áreas de esta disciplina, como la civil o penal.
“Son semillas que dieron frutos y continuarán en los estudiantes.”
En su intervención, María del Carmen Valdés, docente de la Facultad y del Sistema de Enseñanza Abierta (SEA), así como integrante del Cuerpo Académico (CA) Estudios Jurídicos, destacó que haber formado parte del seminario le permitió identificar su verdadera vocación jurídica en una etapa temprana.
Narró que se acercó al proyecto después de saber que Mercedes Gayosso buscaba estudiantes para formarlos en derecho romano.
“Ha sido enriquecedor, hemos desempeñado otras actividades como la administrativa, pero la vocación de formar la descubrí ahí y se quedó para siempre.”
Aunque no se especializó en derecho romano, aseguró que el civil no está divorciado de aquél. “Hay que saber derecho romano para poder comprender y explicar el civil; transmitirlo e impartirlo es un arte”.
Posteriormente vino la participación de Rosa Hilda Rojas, abogada, académica y funcionaria de procuración y administración de justicia, quien expresó que el seminario le abrió las puertas a la docencia.
Recordó que el estudio del derecho romano no era algo fácil, incluso tenían un profesor que, además de ser una persona mayor, su enseñanza no era sencilla.
“Por esa razón, fue una gran oportunidad tomar clases con la maestra Gayosso, las impartía de manera clara y didáctica para que cualquier estudiante comprendiera.”
Durante mucho tiempo el proyecto careció de un lugar fijo para desarrollarlo, como se mencionó en un principio. Esto no desalentó a su fundadora para continuar la enseñanza, incluso, no dudó que sería reconocido –en un futuro– a nivel nacional e internacional.
Con el tiempo vendrían otras actividades académicas como el Primer Congreso Nacional de Derecho Romano, organizado por este seminario.
Enseguida, Daniel del Ángel, docente activo de la Facultad de Derecho, del SEA y abogado postulante, compartió con sus pares y alumnos el momento en que esta entidad académica fue visitada por el entonces presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez, a quien le solicitaron una audiencia para la organización del congreso nacional, mismo que después se convertiría en internacional.
“Gracias a esta iniciativa logramos que la Facultad de Derecho fuera reconocida en todo el país.”
El momento también fue oportuno para incentivar a los futuros abogados a perseguir sus sueños y seguir por el camino del estudio y la excelencia.