- Arturo Marinero Heredia, académico de la Facultad de Psicología, resaltó el trabajo de alumnos brigadistas que apoyaron a damnificados por el sismo en Juchitán, Oaxaca, durante el Foro “Fenómeno natural al desastre social: Experiencias de brigadistas en salud mental en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca”
Claudia Peralta Vázquez
24/09/18, Xalapa, Ver.- Para resaltar la labor de brigadistas universitarios de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), quienes el año pasado acudieron en apoyo de los damnificados por los sismos ocurridos en el estado de Oaxaca, esta casa de estudios realizó el Foro “Fenómeno natural al desastre social: Experiencias de brigadistas en salud mental en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca”.
Ahí, Arturo Marinero Heredia, docente de esa entidad académica y coordinador de los brigadistas, dio la bienvenida a un grupo de colaboradores de Radio Totopo, provenientes de aquella ciudad, con quienes desde un principio los universitarios se organizaron para desplegar la ayuda.
A nombre de ellos, Renán Martínez Casas agradeció el apoyo recibido de parte de alumnos y docentes de la UV en esa etapa de desastre y contingencia, y compartió experiencias de dolor, angustia y sufrimiento vividas.
“Solidarizarse con el sufriente es un principio de salud mental”, expresó Marinero Heredia durante la inauguración de este evento que estuvo a cargo de Zahira Zárate Cabrera, secretaria Académica de la Facultad.
Ante estudiantes y maestros de este programa educativo (PE), comentó que tras los acontecimientos que evidenciaban los daños causados por los sismos, tuvo la oportunidad de contactar a Renán Martínez Casas, conocido comunicador de esa radio comunitaria, quien había sido entrevistado en el noticiero de Carmen Aristegui para dar cuenta de los hechos.
Agregó que Renán le relató la realidad y desolación que imperaba en varias comunidades aledañas, por lo que de forma inmediata se convocó a estudiantes de este PE que quisieran participar como brigadistas de salud mental para brindar ayuda a la población de esa región.
El apoyo de las autoridades de la Facultad de Psicología también fue primordial para la conformación de este grupo ante la inesperada y favorable respuesta de los jóvenes universitarios, quienes después de una capacitación se trasladaron junto con sus tutores a varias comunidades de Oaxaca, con el fin de solidarizarse y procurar sanar el estado emocional de los afectados.
Previo a esto, también realizaron un acopio de víveres y juguetes para ser donados.
El docente señaló que la brigada acudió en octubre, noviembre y diciembre del año pasado, y durante ese periodo y a través de diversas actividades, dialogaron con niños, adolescentes, padres de familia y personas de la tercera edad que habían sufrido la pérdida de un familiar o de sus viviendas.
Los estudiantes pudieron atender relatos de angustia, dolor y sufrimiento, pues los niños expresaban que ya no podían dormir ante el temor de que la tierra volviera a cimbrar. No obstante, destacó el sentimiento de colaboración y ayuda mutua mostrada por cada uno de los habitantes al levantar el puño para salvarse ellos mismos y reconocerse en el otro.
“En el caso de los estudiantes, a veces desangelados, sabían y tenían el reto de atender la salud mental de las personas.”
Subrayó que cuando hay un desastre natural suelen aparecer más problemas sociales de los que se visibilizan en el medio de vida. En los desastres igualmente aparecen enormes muestras de solidaridad, aunque también las “carroñas políticas” que lucran con el dolor humano.
“Agradezco a todos los brigadistas y a las maestras que pusieron de su bolsillo y que no escatimaron en poner su corazón para recibir transferencias de angustia y muerte.”
Este reconocimiento lo hizo extensivo a los integrantes de Radio Totopo –medio de comunicación y referente de ayuda para los afectados–, a guías y miembros de la Casa del Migrante “Hermanos en el Camino”, del sacerdote Alejandro Solalinde.
“En Oaxaca sigue temblando, sigue retemblando en el centro de su tierra, el sismo tiró por los suelos la capacidad del gobierno para reaccionar ante tal magnitud de los movimientos telúricos, pero jamás el sismo ha derrumbado el esfuerzo solidario de la sociedad que se organizó para atender la necesidad humana”, expresó.
Lo que salió a flote
Al dirigirse a los alumnos de Psicología y agradecerles el respaldo y solidaridad mostrada hacia su pueblo, Renán Martínez dijo que “situaciones extremas sacan a flote toda la inmundicia y virtudes humanas”.
Recordó la intensidad de las emociones y del dolor que asolaba a los juchitenses, pues ante cientos de testimonios el flujo de llanto para él era insuficiente.
Ataviada con un traje típico de la región, Diana Areli Luis Sánchez también compartió sus experiencias al momento del sismo, y cómo desde su profesión de enfermera pudo ayudar a muchas personas que la necesitaban.
“Dejé a mi familia para ir al auxilio de los pacientes de la clínica donde trabajo, olvidé todas las emociones y me hice fuerte.”
Lamentó que a un año de esos acontecimientos las autoridades den a conocer que los daños a las estructuras han sido revertidos, cuando la situación es muy distinta.
“Fueron momentos de angustia, desesperación, tristeza, no me gusta recordarlo porque apenas lo hemos ido superando.”
A un año de esos fatídicos hechos, aseveró que las personas aún viven con miedo, pues todavía hay réplicas y se respira la tristeza en Juchitán.
“Hemos avanzado gracias a las propias familias y no a los gobiernos, las mujeres somos muy trabajadoras, nos acoplamos y hemos salido adelante.”
A este mensaje también se sumó Carolina Vázquez Luis y Tláloc Olivos Ramos, locutora y colaborador de Radio Totopo, respectivamente.
Categorías: General