- El totonaca papanteco posee reconocimiento como una lengua nacional, conforme a la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas
- Sus hablantes mantienen su riqueza lingüística, además de sus expresiones y manifestaciones sociales y culturales
Carlos Hugo Hermida Rosales
31/08/2021, Xalapa, Ver.- Crescencio García Ramos, catedrático e investigador del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), destacó que los totonacas son portadores de una cultura única y de una de las lenguas mesoamericanas nacionales de mayor relevancia en el contexto histórico y cultural de Veracruz y México.
Incluso, el totonaca papanteco posee reconocimiento como una lengua nacional conforme a la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, explicó la tarde del 26 de agosto en la conferencia virtual “La lengua totonaca como patrimonio histórico-cultural de los pueblos totonacos”, evento organizado por el cuerpo académico (CA) Estudios sobre Territorio y Patrimonio Cultural, adscrito al instituto mencionado.
Crescencio García explicó que existen datos etnohistóricos que muestran que en la costa del Golfo de México vivió gente de habla maya, grupo en el que la unidad lingüística se rompió y formó dos ramas: la mayense con el huasteco al norte del Golfo, y la totozoque, con el totonaca y el tepehua.
La familia lingüística totonaca-tepehua está compuesta por dos agrupaciones: la totonaca, que cuenta con cuatro lenguas, y la tepehua, con tres. La agrupación lingüística totonaca abarca el totonaco misanteco, el papanteco, el de la sierra de Puebla y el de Munixcán; en tanto, la tepehua engloba la lengua tepehua de Tlachichilco, Pisaflores y Huehuetla.
Los hablantes de la lengua totonaca papanteca se ubican en el norte del estado de Veracruz, y mantienen su riqueza lingüística, además de sus expresiones y manifestaciones sociales y culturales, orales, materiales y no materiales.
El investigador aseguró que los totonacas han tenido un enorme peso en la historia del estado y del país, y que aún practican el arte de ser y saber convivir, en el que conservan su propio rostro –las caritas sonrientes– y un lenguaje único.
Para ellos, es un orgullo preservar su cultura y mantener su identidad, a través de una dulce lengua que hoy la hablan y mantienen viva más de 250 mil personas, repartidas en los estados de Puebla, Hidalgo y Veracruz, aunque hay investigadores que aseguran que esta cifra rebasa 400 mil hablantes.
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