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Universidad contemporánea, territorio en disputa: Javier Tobar

  • Se debe superar el constructo de la universidad moderna, que es producto del siglo XIX, afirmó el antropólogo colombiano
  • Estamos viviendo el despojo de la universidad como un bien público, apuntó

Javier Tobar durante su participación en el Conversatorio “Visiones sobre Responsabilidad Social Universitaria”

David Sandoval Rodríguez

18/01/19, Xalapa, Ver.- La universidad contemporánea, en el mundo, es un territorio en disputa que tiene como origen su privatización, expresó Javier Tobar Quitiaquez, académico e investigador de la Universidad del Cauca de Colombia, quien visitó la Universidad Veracruzana (UV).

Tobar Quitiaquez, profesor asociado en el Departamento de Ciencias Económicas de su universidad, participó en el Segundo Conversatorio “Visiones sobre Responsabilidad Social Universitaria”, efectuado en la Sala “Carlos Fuentes Lemus” de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI).

“Estamos viviendo, como lo plantea David Harvey, un proceso de acumulación por desposesión; en ese sentido, no solamente nos están desposeyendo de nuestros territorios sino de elementos que tienen muchos años, como es la consecución de la universidad como un bien público”, puntualizó.

“Hoy estamos viviendo la desposesión de la universidad como un bien público, estamos viviendo la privatización y la mercantilización de las universidades, que es un problema supremamente complejo.”

Advirtió que lo epistemológico no es un punto de partida para pensar lo político y el bien común ya que no es posible considerar una redirección de la universidad si no se tiene en cuenta el componente epistemológico sumado a lo político, lo económico y lo cultural.

“Creo que debemos superar ese encierro de pensar lo epistemológico desprendido de lo cultural y de lo político, debemos crear una ética política que esté fundamentada en una serie de conocimientos”, planteó.

Javier Tobar explicó que si se considera en un sentido amplio lo epistemológico, será posible superar la idea de que la universidad moderna fue un constructo que sucedió en un momento particular; para ello, dijo, “debemos superar la idea epistemológica de cómo fue construida la universidad, es decir, basada en el saber disciplinar”.

En tal sentido, el antropólogo señaló que uno de los grandes retos por superar al interior de las universidades es precisamente el saber disciplinar, “que nos condujo a un constructo universitario basado en crear departamentos y facultades y en toda una estructura universitaria que es un producto del siglo XIX”.

En su opinión, debemos superar esta concepción universitaria bajo las lógicas de las disciplinas, para ello se debe pensar y plantear con una visión de lógicas inter y transdisciplinarias y en las lógicas del diálogo de saberes.

Una de las consecuencias de asimilar la idea de diversidad epistémica implica generar procesos de apertura y descolonización de otros saberes, lo que significaría –también en términos éticos y políticos– una relación con otros actores como los productores agroecológicos, los campesinos, los artesanos y los músicos.

Resaltó que el conocimiento hoy en día está siendo producido y construido por múltiples sujetos epistémicos, como las mujeres, “que son al día de hoy sujetos epistémicos y políticos muy interesantes, por ello se vuelve interesante trabajar estas perspectivas, como los movimientos campesinos o los movimientos LGBTTTI y el movimiento zapatista en el caso de México”.

El último reto para las universidades será hablar no de conocimiento, sino de conocimientos, “en esa medida hay que entender que el conocimiento hoy, en la llamada sociedad del conocimiento, es un objeto de una disputa fuertísima con la mercantilización, porque la idea de neutralidad no existe, como lo han planteado Habermas o Foucault”, concluyó.