- Se desarrolló la mesa de diálogo “Violencia y seguridad escolar”, en el CIIES
- Investigadores coincidieron en que es necesario visibilizar y sancionar actos violentos en entornos educativos, así como proteger a las víctimas
Carlos Hugo Hermida Rosales
04/06/18/ Xalapa, Ver.- Las instituciones educativas, cuyas funciones son fundamentales para enfrentar la violencia, ya no son ajenas a ésta y ello representa un reto no sólo para el sistema educativo, sino para el ámbito legislativo y la sociedad en general, coincidieron ponentes del Foro “Inclusión, equidad y violencia escolar en la educación media superior y superior”, alojado por el Centro de Investigación e Innovación en Educación Superior (CIIES) el 1 de junio.
En la mesa de diálogo “Violencia y seguridad escolar” participaron los investigadores Angélica Garnica Sosa, del área integradora de Cultura de Paz en el Gobierno Municipal de Tlalnepantla de Baz, Estado de México, Jeysira Jacqueline Dorantes Carrión, del Centro de Estudios de Género; Miguel Ángel Casillas Alvarado, del CIIES; Rosío Córdova Plaza, del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales; y Miguel Ángel Pasillas Valdez, de la Universidad Nacional Autónoma de México, moderados por su colega Alberto Ramírez Martinell, adscrito al CIIES.
Angélica Garnica Sosa planteó que la educación es el principal factor de protección contra la violencia y la delincuencia en México, pero en la actualidad éstas han impactado negativamente en el sistema educativo.
Mencionó que todos los habitantes del país tienen derecho a la educación y a que ésta sea segura, así como a acceder a un buen ambiente para el desarrollo de actividades académicas, docentes y de investigación. Pero si el gobierno y la sociedad no hacen algo para cubrir los retos en materia de seguridad, no se avanzará en la construcción de una nación próspera.
Enseguida, Miguel Casillas destacó que en el entorno escolar ocurren actos violentos que no pueden permitirse ni quedar impunes, y enfatizó que las instituciones educativas deben tener una responsabilidad ineludible frente a las víctimas de éstos.
Comentó que es necesario garantizar la visibilidad de los actos violentos, pues sólo así se puede desmontar la naturalización de la violencia e incorporar a los planes de estudio una perspectiva ontológica que fomente una cultura democrática.
Añadió que en el ámbito legislativo se deben tipificar y definir con precisión los actos violentos, establecer un sistema de sanciones, además de crear protocolos de atención a las víctimas.
“Además de esto es indispensable fomentar una nueva dinámica social en las instituciones de educación superior, que incluya nuevas formas de convivencia e interacción basadas en el respeto, la lucha contra la discriminación y la valoración de la diversidad”, enunció.
Dentro de su participación Jeysira Dorantes mencionó que el cyberbullying (ciberacoso) se ha posicionado dentro del sistema educativo veracruzano como parte de un momento histórico de época, donde las tecnologías de la información y la comunicación y los saberes digitales forman parte de la vida cotidiana.
Relató que los jóvenes que estudian la educación media superior y superior, se centran en un entramado de relaciones y de procesos tecnológicos y sociales de vanguardia que los incita a ejercer actos de violencia en las redes sociales y usar sus plataformas para hacerlo de manera anónima y sin dar la cara.
“El cyberbullying es un particular tipo de violencia que afecta al sistema educativo mexicano, en donde las nuevas tramas de violencia y la manifestación del poder, control y dominación hacia los otros, se mudaron a las redes sociales”, explicó.
La investigadora calificó como indispensable el que los jóvenes no sigan modas negativas, que proclamen el respeto hacia sus semejantes, y principalmente, que protejan su privacidad.
Categorías: General