- Norma Romero y Eleazar Almeida coordinan los comedores “La esperanza del migrante” y “La casa de pan para el migrante”, respectivamente
- Compartirán diversas experiencias el 6 de septiembre a las 17:00 horas, en la Sala 1 AP de la Unidad de Artes
- Les acompañarán María José García Oramas y Carlos Alberto Garrido de la Calleja, quienes desde la psicología y las ciencias sociales han abordado este tema
Susana Castillo Lagos
Fotos: Omar Portilla y Eduardo Cañedo
26/08/2022, Xalapa, Ver.- Las vivencias de personas de México y otros países en su tránsito hacia Estados Unidos, los estigmas enfrentados y las circunstancias en torno a su arribo a los comedores comunitarios “La esperanza del migrante” y “La casa de pan para el migrante”, serán compartidas por Norma Romero y Eleazar Almeida en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) el próximo martes 6 de septiembre, a las 17:00 horas, en la Sala 1 AP de la Unidad de Artes de la Universidad Veracruzana (UV).
En la mesa “Voces migrantes” les acompañarán María José García Oramas y Carlos Alberto Garrido de la Calleja, quienes desde la psicología y las ciencias sociales, respectivamente, han investigado y emprendido proyectos sobre las diversas problemáticas vinculadas a la migración y sus efectos.
A las experiencias y testimonios compartidos se sumarán las acciones emprendidas por la comunidad universitaria para acompañar la labor realizada en los espacios antes citados, ubicados en la comunidad La Patrona, en Amatlán de los Reyes, y en Coatzacoalcos, en zonas cercanas al campus de esta casa de estudios.
Quienes asistan reconocerán la realidad que están viviendo las personas migrantes, al ser Veracruz un estado de tránsito muy importante. Asimismo, se analizarán estereotipos construidos en torno a ellas y se visibilizarán sus aportaciones, destacó María José García, académica de la Facultad de Psicología.
Desde el Voluntariado, cuyo titular es Milton Reséndiz y en donde actualmente se encuentra comisionada, la investigadora impulsa el proyecto “Cuidando a quienes cuidan”, apegado al programa del mismo nombre promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el caso de la UV, se trata de una estrategia para apoyar a espacios y albergues para personas migrantes, elaborada con base en las necesidades y planteamientos expresados en una reunión, los cuales van más allá de lo material.
Además de los ya mencionados, se apoya a la Casa del Migrante “Monseñor Guillermo Ranzahuer González”, ubicada en Oluta, y el Albergue Decanal Guadalupano para Migrantes, de Tierra Blanca, ambos en territorio veracruzano.
La universitaria detalló las dos vías de esta iniciativa: una es la atención a los grupos de migrantes; la otra, se aboca al fortalecimiento de las capacidades y las herramientas del estudiantado, para atender a personas en situación de vulnerabilidad social.
“Hay estudiantes participantes, sea como prestadores de servicio social o como integrantes –en un futuro– de brigadas de apoyo, o brindando asesoría especializada en dos temas que en este momento son los más importantes: la parte jurídica y la psicológica.”
Para Carlos Garrido, adscrito al Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, el impacto social se traduciría en las asesorías y promoción del trabajo que hacen los albergues y comedores, donde la UV, desde sus múltiples perspectivas, puede tener una participación directa e indirecta con estudiantes, con profesores y demás recursos.
Personas cuidando a personas
Tanto “La esperanza del migrante” como “La casa de pan para el migrante” nacieron en respuesta al flujo migratorio de las regiones en donde se encuentran y se han ido adaptando a la evolución del mismo. En un primer momento sólo brindaban alimentos y con el tiempo han sumado tareas como conseguirles ropa y calzado, ofrecerles un espacio para descansar, apoyarles con curaciones médicas, entre otras gestiones para apoyarles.
Otro punto en común es que quienes ahí laboran lo hacen con sus propios recursos: son personas cuidando a otras personas.
“Es fundamental trabajar en beneficio de la población migrante en México, conformada por personas del país y del extranjero, porque no olvidemos que contribuyen a un alto porcentaje de la economía nacional. Tanto así que las remesas, hoy en día, pueden competir –por puntos porcentuales– con las divisas que genera el petróleo. En ese sentido atañe a la federación, a los estados y ayuntamientos. Y nosotros (como Universidad) respondemos a ese llamado, al generar estrategias de incidencia social”, planteó Garrido de la Calleja.
En junio pasado la UV emprendió una campaña en sus cinco regiones para reunir ropa, calzado y mochilas para migrantes, la cual tuvo una gran participación de la comunidad y todo lo reunido se distribuyó rápidamente.
Al respecto, García Oramas expresó: “La Universidad se debe a sus estudiantes, eso es lo prioritario, pero también se debe a la sociedad. Y uno de los grupos más vulnerables en este momento entre la sociedad veracruzana son las personas migrantes, y quienes los están apoyando son las y los veracruzanos laboran en los albergues de manera altruista”.
Posterior a esta mesa, se dará seguimiento al tema a través del programa Veracruz, tierra de migrantes –cuya segunda temporada está en producción para ser transmitida por Radio UV– y un suplemento periodístico del mismo nombre. El Voluntariado tendrá una participación permanente en la emisión, a través de la sección “Sumando voluntades”. Además, se pretende continuar con foros en las regiones, sobre todo en Coatzacoalcos-Minatitlán y Orizaba-Córdoba.
En la reunión con espacios y albergues para migrantes “nos pidieron de favor hacer foros, espacios de discusión donde la gente entienda, comprenda y se solidarice. Esa es la razón de la mesa y la razón de ir sumando voluntades”, agregó García Oramas.
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