- “Renovación urbana. De la higiene al desafío de las nuevas tecnologías”, fue el tema que presentó en la Facultad de Arquitectura
Francisco Javier Chaín Revuelta
Córdoba, Ver., 08/11/16.- Roberto Goycoolea Prado, académico de la Universidad de Alcalá, España, dictó la conferencia “Renovación urbana. De la higiene al desafío de las nuevas tecnologías”, el 31 de octubre en Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana (UV), evento con el que concluyeron las jornadas académicas por el 36 aniversario de dicha entidad académica.
Goycoolea Prado manifestó su emoción por volver –después de 10 años– a la Facultad de Arquitectura que lo albergó para coordinar el posgrado, área en la que, explicó, realizó un trabajo profesional y luego decidió dedicarse a la academia e investigación.
Al abordar el tema de renovación urbana, confió que la idea de fondo es responder a las preguntas ¿por qué son las cosas de esta manera y no de otra? y ¿qué podemos hacer frente al mundo que se está configurando?
Informó que aunque el significado de este proceso es variable, conlleva tres definiciones: volver una cosa a su estado original, sustituir una cosa vieja por otra nueva de la misma clase y transformar una cosa para ocuparla en algo nuevo. Advirtió que no hay renovación cuando se tira todo para hacer algo nuevo, y que la renovación, para serlo, requiere el mantenimiento de una cosa y el reconocimiento de algún valor.
Roberto Goycoolea afirmó que toda renovación urbana es un acto político porque influye en la polis de dos maneras: generando espacios para la vida y contribuyendo a apreciar un modelo de ciudad. Dijo que el tema es la historia de la renovación urbana para llegar a lo que hoy sucede y de cómo tenemos que actuar en la ciudad, así como algunas consideraciones metodológicas ya que la renovación es objeto cambiante e infinito y no se pueden trazar más que ideas generales.
El ponente compartió las tres tesis que logró respecto de la evolución de este concepto y de cómo se tiene que actuar en la ciudad: la primera es que que hay una gran complejidad creciente en los aspectos que involucran la renovación urbana, y esto es muy importante para las escuelas de arquitectura porque significa que el diseño y gestión de la ciudad es cada día más difícil aunque se sigue enseñando lo mismo: la segunda, es la imposibilidad de una metodología para renovar ciudades porque los casos son particulares, cuando más se pueden generar algunas ideas o estrategias; la tercera, es que con las tecnologías digitales y con la hegemonía de la economía neoliberal se está produciendo un mundo lleno de esperanzas pero también de incertidumbres.
Goycoolea Prado puso a discusión su división de la historia de la renovación urbana en cuatro fases: higienismo, conservación del patrimonio, derecho a la ciudad y renovación integral.
Identificó al primero como la visión científica y racionalidad urbana, y marcó tres etapas: las acciones puntuales de sanidad, la construcción de infraestructura y la renovación de la higiene privada; destacó además la pervivencia de los principios de la higiene.
Sobre la conservación del patrimonio, explicó las características de las intervenciones con la teoría y doctrina de la conservación y con el desarrollo de una práctica urbanística unificada. El balance lo señaló con la salvaguarda del patrimonio y como el germen del actual interés social por el patrimonio.
Prosiguió con el derecho a la ciudad con la crítica a la modernidad y el rechazo a la vida de la racionalidad moderna dentro de la crisis del modelo desarrollista y de la crítica a la ciudad moderna. Se trata, dijo, de pasar de la producción en el espacio a la producción social del espacio. Citó el derecho a transformar la ciudad, habló de los instrumentos de planificación, planes de desarrollo, situación del patrimonio y de las acciones a favor del turismo cultural, del movimiento de los indignados, del urbanismo y participación ciudadana.
En la fase de la renovación integral habló de programas de renovación urbana, de acceso a fondos, de planes integrales de estrategias de regeneración urbana integrada, de renovación de centros históricos; asimismo, señaló el consumo interno y turístico de bienes y servicios, destacando que a pesar de las inversiones la desigualdad social aumenta.
Después de esta cronología comentó las perspectivas de la nueva etapa social donde las bases son: economía del mercado, nuevas tecnologías, el problema energético, cambio climático y la desigualdad creciente.
Advirtió un panorama complejo dada la obsolescencia de las prácticas urbanísticas asentadas y a las nuevas funciones de lo urbano como son el cambio en las funciones políticas, laborales, comerciales y sociales. También se refirió a las nuevas condiciones de gestión como son el turismo como eje de diseño y rentabilidad, los imaginarios y gestión turística, la privatización de bienes y/o su gestión, la participación ciudadana, la globalización de oportunidades y desafíos, el uso de los big data.
Identificó los desafíos de conflictos turísticos por el espacio y su uso, de la imposición de experiencias prefijadas y compradas, de cómo los viajeros y ciudadanos pasaron a ser clientes, de los modelos de ocio y estéticos iguales, de la banalización del patrimonio. Acusó que todo se está convirtiendo en espectáculo, incluso la memoria histórica y la miseria.
Terminó cuestionando: ¿tenemos los medios políticos y arquitectónicos para responder a estas nuevas demandas?; ¿cómo conducir la renovación urbana para lograr ciudades más justas, sanas y habitables que las actuales?; ¿cuál es el papel de la universidad en estos nuevos desafíos?
En la mesa estuvo acompañado por el director de la Facultad, Simón Rahme Escobedo; el director municipal de Obras Públicas, Desarrollo Humano y Sustentabilidad, José Javier Medina Rahme; la vicerrectora Beatriz Rodríguez Villafuerte, y el catedrático Carlos Caballero Lazzeri.
Rodríguez se mostró gustosa al cerrar los festejos por los 36 años de la Facultad recibiendo a Roberto Goycoolea, a quien reconoció como una eminencia, un amigo y un maestro que sabe comunicar.
La académica Erika Benítez Malagón mencionó algunos aspectos del currículum de Roberto Goycoolea: es arquitecto por la Universidad Técnica del Estado de Chile (1983) y doctor en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid (1994); fue director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Alcalá (1999-2004) y coordinador del Doctorado en Arquitectura y Urbanismo impartido en México por la Universidad Politécnica de Madrid y la UV; actualmente es profesor titular de Análisis de Formas Arquitectónicas y director del grupo de investigación “Expresión y percepción de la arquitectura” en la Universidad de Alcalá.
Categorías: Regiones