- Durante este periodo intersemestral, participan en Taller de Restauración en la Biblioteca de la Ciudad
Karina de la Paz Reyes Díaz
18/01/2018, Xalapa, Ver.- Estudiantes de la Facultad de Historia de la Universidad Veracruzana (UV) cursan la experiencia educativa (EE) intersemestral Taller de Restauración, en la Biblioteca de la Ciudad, cuya finalidad es poner en práctica sus conocimientos y contribuir a la conservación del acervo histórico “Leonardo Pasquel”, quien fuera escritor, periodista e historiador veracruzano.
Las direcciones de la Facultad de Historia y de la Biblioteca de la Ciudad convinieron, en diciembre de 2017, en colaborar en la restauración de parte del acervo citado, a través del taller que imparte la académica Guadalupe Sánchez Álvarez.
El director de la Facultad, Raúl Romero Ramírez, y el de la biblioteca, Ángel Rafael Martínez Alarcón, coincidieron en que velar por el rescate, mantenimiento, conservación y restauración de documentos, hemerografía y bibliografía de valor histórico, es parte de las acciones de servicio a la educación que deben realizar ambas instancias.
“Guadalupe Sánchez capacita a los universitarios en técnicas de restauración documental y les inculca la importancia de preservar la memoria histórica contenida en dichos documentos, pues en ella se define la identidad de la sociedad”, destacó Raúl Romero.
El Taller de Restauración se desarrolla del 3 al 31 de enero, de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas, en un espacio provisional creado y costeado por los 17 estudiantes y la académica, toda vez que la Biblioteca de la Ciudad no cuenta con un área adecuada para la restauración.
“Un apostolado de amor al libro”
Guadalupe Sánchez, investigadora del Instituto de Antropología de la UV, explicó que el taller es 90 por ciento práctico, lo cual es un reto. «Ellos están haciendo un trabajo real de restauración. Escogieron un libro del acervo histórico, tuvimos una clase de cuatro horas intensivas de teoría”, detalló.
En el taller también participa Bertha Lizbeth Olivares Delgado, bibliotecaria y encargada de reparar los libros en la Biblioteca de la Ciudad, con el objetivo de actualizar sus conocimientos y mejorar su trabajo.
“Ella tiene un reto mayor: un documento del siglo XVIII increíble e interesante. Vale mucho la pena que sea rescatado. Yo le daré las pautas para que continúe trabajándolo hasta que lo termine.”
Por su parte, Ángel Rafael Martínez recordó que, hace cuatro décadas, el entonces gobernador Rafael Hernández Ochoa inauguró la biblioteca y tuvo la idea de que se creara un fondo exclusivo para la historia del estado. Aunque dicho propósito no se haya concretado, el fondo lleva el nombre de Leonardo Pasquel.
“En los últimos 25 años el fondo se descuidó, para restaurarlo necesitamos el concurso de la Facultad de Historia. Yo estoy muy contento con los 17 universitarios, quienes costearon sus batas, cubrebocas, guantes, brochas y gomas. Me entusiasma el apoyo solidario de la Facultad, de la cual soy egresado; nosotros sólo estamos facilitando la materia prima.”
El fondo «Leonardo Pasquel» comprende obras que datan de 1772, así como folletería de los siglos XIX y XX concerniente a la historia del estado de Veracruz.
“Como historiador, he estado muy preocupado porque este material siga siendo útil a la sociedad veracruzana, a los niños de tercer año de primaria que llevan la materia de Historia de Veracruz, a los compañeros investigadores de la UV, del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social y todos los que vienen a consultarlo para sus investigaciones.”
Para el funcionario estatal, los estudiantes de Historia de la UV están haciendo “un apostolado de amor al libro”, más que un curso intersemestral.
Taller de Restauración «nivel Dios»
Por su parte, Guadalupe Sánchez destacó que el libro es uno de los medios a través del cual el ser humano ha dejado constancia de su historia, memoria e identidad. Sobre el taller, se dijo “contenta de poder capacitar a los jóvenes, porque esto es un oficio, un plus en su preparación como historiadores. Ellos podrán realizar trabajos de restauración documental y adquirir experiencia”.
Comentó que los alumnos se toman fotografías mientras realizan la restauración y algunos usan las imágenes en su perfil de WhatsApp, incluso uno de ellos escribió en redes sociales “Taller de Restauración nivel Dios”.
Entre los participantes está Alán Alfredo Hernández Ameca, quien se interesó en el taller porque «la evidencia material dentro de la historia es muy importante y como historiadores en ciernes debemos tener esa sensibilidad y amor a los documentos».
Él restaura un ejemplar de la Revista Científica de Marina, publicada en 1909 y cuya casa editorial estuvo en el puerto de Veracruz.
“Me he percatado de que las tres grapas se oxidaron y las hojas presentan un nivel de corrosión avanzado. Con agua destilada retiré esa corrosión, posteriormente quizá la coseré. Mi afán es restaurar el ejemplar lo mejor que se pueda para que siga existiendo. Para mí el taller es bastante enriquecedor”.
Otro estudiante, Javier Alberto Delfín Fernández, eligió trabajar con un tomo de la Historia de Veracruz, compilado precisamente por Leonardo Pasquel.
El joven destacó la labor del ilustre veracruzano: “Su obra es vasta e incluye mapas, libros, anécdotas y entrevistas. Es un autor importante para conocer la historia del estado”.
Sobre el Taller de Restauración, lamentó que se trate de un curso intersemestral, cuya duración es de un mes: “Cumple con mis expectativas, pero el tiempo no es suficiente, incluso si durara un semestre, sería poco”.
En ello coincidió Abraham Moisés Ruiz Lozano, quien restaura una obra sobre la historia de la pedagogía, con la cual no sólo pone en práctica los conocimientos adquiridos en el aula, sino que lo documenta sobre dicha disciplina.
“Me doy cuenta del pasado de la pedagogía, cómo inició y cómo influyen en ella varias culturas. He visto que están involucrados los judíos, los egipcios y otros pueblos. Es mucha la historia que hay en estos libros y me estoy dando cuenta de los orígenes de las disciplinas de la actualidad.”
A manera de conclusión, se dijo satisfecho por trabajar en “darle un rato más de vida a los libros”.
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