- Es necesario que se impulse y facilite el trabajo de los académicos ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI): Gerardo Alvarado
- El académico de Ciencias Agrícolas, cuenta con dos registros ante el IMPI y busca incentivar a los jóvenes en la misma ruta
- Existe ahora la Oficina de Transferencia de Tecnología pero se requiere del interés de los docentes e investigadores
David Sandoval Rodríguez
Xalapa, Ver., 21/08/2017.- La Universidad Veracruzana (UV) tiene el potencial para obtener patentes en diversos campos, pero es necesario un mayor esfuerzo coordinado que impulse y facilite el trabajo de los académicos que buscan conseguir un registro ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), precisó Gerardo Alvarado Castillo, académico adscrito a la Facultad de Ciencias Agrícolas y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Alvarado Castillo recalcó que basta una revisión a los trabajos de investigación que se efectúan tanto a nivel licenciatura como en posgrado para dimensionar el potencial existente; sin embargo, reconoció que la capacidad para poder detectar estas posibilidades surgió de la experiencia de tomar un curso de capacitación y asesorías a través de la Oficina de Transferencia de Tecnología (OTT), adscrita a la Dirección General de Vinculación de la UV.
La OTT tiene como objetivo proteger los resultados de la investigación científica que se genera en la institución y de realizar la transferencia de conocimientos y tecnología a la comunidad.
El académico e investigador comentó que actualmente cuenta con dos registros de patente en trámite ante el IMPI, y a pesar de que ha conllevado un gran esfuerzo adicional, así como una inmersión en temas muy ajenos a su trabajo cotidiano, le ha permitido familiarizarse con el proceso de registro y en consecuencia considerar las oportunidades que tienen algunos proyectos de investigación de seguir el mismo cauce.
El tiempo y esfuerzo dedicado a crear el documento para la primera patente –un método de control de la roya del café–, así como un problema que surgió en la recuperación médica de una colega, fue lo que le llevó a trabajar en el desarrollo de la segunda patente, una invención para sujetar vendajes que sustituya a los broches usuales conocidos como “imperdibles”.
Una solución alternativa para un problema creciente
Para atender el primer problema, Alvarado Castillo explicó que la enfermedad de la roya del café (Hemileia vastatrix Berkeley y Broome) “es un problema fitosanitario agresivo y severo a nivel mundial. Su manejo se basa en el control químico y genético; no obstante, en el primero se presentan serias desventajas por el riesgo que representa al ambiente y la salud humana. En el segundo caso, los híbridos están perdiendo su resistencia por el gran potencial evolutivo de la roya (debido a su tamaño de población, tasa de mutación, flujo de genotipos, sistemas de reproducción, etcétera), lo que le permite a este hongo escapar de programas de control basados en estas estrategias. Ante ello es necesario buscar alternativas al manejo de esta enfermedad”.
En el documento que envió al IMPI, Alvarado Castillo subrayó que el control de la roya se basa principalmente en el uso de fungicidas sistémicos y productos químicos a base de cobre, los cuales no han sido eficaces para su manejo y no representan una alternativa real, pues conllevan peligros para la salud humana por su manipulación directa o efecto residual, generan problemas de contaminación del ambiente –en suelo, aire y agua–, altos costos en su aplicación y el riesgo de desarrollo de resistencia.
“La epidemia de la roya del café no es una infección cíclica, sino policíclica, en la que las uredosporas –las estructuras reproductivas de la roya– tienen un efecto inmediato y acumulado por las continuas y sucesivas epidemias, de tal manera que pueden existir hasta ocho generaciones de roya en un año, lo cual tiene permanentemente infectada a la planta, siendo muy difícil de erradicar”, observó.
El objetivo del estudio fue evaluar el potencial de cuatro sustancias alternativas para el manejo de la roya del café, por medio de su efecto sobre las uredosporas, bajo el supuesto de que eliminando la fuente de inóculo se disminuirá el grado de infección de la enfermedad.
La patente se origina a partir del experimento que evaluó el potencial de sustancias alternativas como detergente líquido, extracto etanólico foliar de Piper aduncum L., plata y cobre coloidal en diferentes concentraciones, por medio de un índice de efectividad, resultado del daño a las uredosporas en lapsos de 15, 30, 60, 90 y 120 minutos, y la inhibición de su germinación en un periodo de 24, 48 y 72 horas, además de su persistencia en el tiempo de 15, 30 y 45 días.
Se encontró que los tratamientos más eficientes son el detergente en todas sus dosis, las concentraciones más altas de Piper aduncum L. y del cobre coloidal, todas las cuales estuvieron por encima del testigo comercial conocido como oxicloruro de cobre.
“Estas sustancias son potencialmente capaces de reducir la cantidad de inóculo en condiciones de laboratorio, por lo que sugerimos que en las plantaciones de café infectadas por Hemileia vastatrix Berkeley y Broome podrían alterar el ciclo biológico, reproducción y grado de infección de la enfermedad; con estos hallazgos concluimos que estas sustancias serían candidatas para la evaluación de su efecto en campo, ya que su costo, accesibilidad y fácil aplicación, podrían constituir una estrategia más para el manejo y control de la roya del café”.
La idea de utilizar detergente proviene de cuando el investigador tenía un cultivo de nochebuena que se infectaba con mosca blanca y era resistente a la aplicación de insecticidas por tener un ciclo corto y rápida reproducción.
El detergente provocaba la deshidratación de las moscas, por lo que se controló la plaga sin el uso de insecticidas.
El método consiste en aplicar una cantidad efectiva de una composición jabonosa caracterizada por estar elaborada con citrato de sodio, etanol, monoetanolamina, polímeros, dietilenglicol, propilenglicol, enzimas, terabato sódico, sodio y agentes surfactantes.
Para proveer mejor de dicho producto, éste y otros similares se encuentran ampliamente descritos, así como su manera de elaboración en las patentes: US2486921A, US2486922A, US5354491A, WO2015172282A1 y WO2015139234A1.
“El agente utilizado en la presente invención se encuentra reportado en el estado de la técnica con otros usos, pero al ser utilizado de la manera descrita, bajo las dosis indicadas, en los momentos recomendados, presenta el efecto mencionado, logrando un control por medio de daño al hongo fitopatógeno y sus estructuras reproductivas conocidas como uredosporas”, precisó.
Este método también es auxiliar para evitar el daño a las hojas, tiene efecto desde los primeros minutos y horas de la aplicación y en el primer ciclo del cultivo. “La aplicación adecuada del producto en el calendario adecuado o en la aparición de los primeros síntomas contribuirá efectivamente a la reducción del daño y manejo de la enfermedad que, sorprendentemente, en la búsqueda de información en el estado de la técnica para el combate de la roya, no se encuentran reportados”, expresó.
La solución que presenta la invención se caracteriza por el daño y muerte a las uredosporas de la roya, mediante la deshidratación de las paredes celulares de las estructuras reproductivas de la misma, además de que evita su germinación, afectando su reproducción, ciclo biológico y la formación de la próxima generación de la epidemia; asimismo, reduce significativamente la latencia de las uredosporas, el daño a las plantas de café y la propagación de la enfermedad.
Las ventajas técnicas, resaltó el académico, es que “tiene resultados desde la primera aplicación, produce una mejora gradual a la planta del café y permite mantener su productividad. A diferencia de los fungicidas de uso común y al ser un método de control físico por daño y muerte de las citadas estructuras, no se genera resistencia de la enfermedad”.
Además, la composición del producto es inocua para el ser humano y animales, “se reduce significativamente la latencia y el porcentaje de infestación para la siguiente generación, ataca directamente a las uredosporas, evitando la reinfección de la enfermedad y alterando su ciclo biológico”.
A ello se le suma que no representan riesgo para la salud humana y el ecosistema, fácil aplicación, accesibilidad y bajo costo, destacó el académico.
Los resultados de la investigación ya fueron publicados en febrero de este año en la revista internacional Wulfenia Journal de Austria, registrando la participación de los investigadores adscritos al Cuerpo Académico (CA) Agroforestería y Silvicultura Sustentable (UV-GC-275) de la propia Facultad.
Registro ante el IMPI, largo proceso de aprendizaje
Gerardo Alvarado relató que lograr el registro en el IMPI llevó más de un año de trabajo sólo en la investigación, sin contar con el tiempo requerido para la capacitación, asesoría y seguimiento de elaboración de la propia patente, lo cual podría decirse llevó dos años en total. “Seguimos evaluando la efectividad en campo por medio del estrés de las plantas, a través de la medición de la proteína L-prolina, en un trabajo conjunto con la Facultad de Biología y el Instituto de Ecología (Inecol), A.C.”.
El investigador recalcó que es necesario fomentar la capacitación de los académicos para trabajar en el registro de patentes porque puede llegar a ser tedioso, complicado y extenuante. “Se debe hacer investigación exhaustiva del estado del arte o como se dice en las patentes: el estado de la técnica, que consiste en buscar que no se haya hecho algo como lo que intentamos proteger, ver que tenga invención, es decir, que aporte algo novedoso, que sea susceptible de manejarse en escala industrial y que no se haya hecho antes”.
Posteriormente continuó con una capacitación para redactar el documento de acuerdo a los parámetros del IMPI, en este punto reconoció y agradeció el apoyo, la supervisión y asesoría de Arely González Hernández, actual responsable de la OTT en la región Veracruz-Boca del Río.
Luego contó con la asesoría legal de personal del IMPI para analizar la factibilidad del proyecto; a continuación, realizó trámites con la Dirección General de Vinculación y actualmente con la Oficina de Transferencia de Tecnología.
El universitario también agradeció el apoyo de Sócrates Alberto Soltero Beltrán, consultor independiente en el área de propiedad industrial, enfocado a patentes, quien cuenta con amplia experiencia al haber colaborado en el IMPI.
Después de las asesorías y revisiones se efectuaron trámites como la cesión de derechos y el registro detallado de la información general de los solicitantes, principalmente.
Con los documentos elaborados la solicitud pasa al análisis de forma, si es aprobada pasa al análisis de fondo para que en cinco años, en promedio, se brinde el fallo de concesión de la patente.
“Pero todo este trabajo no te da puntos y es un problema”, advirtió, “aun así seguimos con la otra patente que se ingresó a I-Corps (programa de innovación financiado por la Fundación Nacional para la Ciencia –NSF– de los Estados Unidos en México), esperando financiamiento para capacitación.”
En este proceso el académico resaltó el apoyo de Rebeca Hernández Arámburo, titular de la Dirección General de Vinculación, y Jorge Aburto Sánchez, coordinador de la OTT, así como de los proyectos de plataformas tecnológicas PIT-PE 016 y al financiamiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con el proyecto PRODEP Fondo743 PRODEP 2016 (Clave: 47859 DSA/103.5/16/10438/PTC-808).
Respecto a su primera experiencia en el campo de las patentes, reconoció que “es un aprendizaje personal que explora situaciones que no se han hecho aún, es decir que es una innovación”, además actualmente desarrolla una línea de investigación, la cual inició un proceso de investigación que puede derivar en un control de la roya a través de sustancias alternativas.
“Hay muchas cosas que se aprenden sobre la marcha, ahora que ya hicimos la patente nos cambió la visión, nos abrió el panorama y todo lo vemos con otros ojos, hay muchas investigaciones que pueden ser patentables”, enfatizó. “Aparte de un artículo, tenemos que generar patentes porque son un indicador del desarrollo de un país, entre más patentes tenga, indica que está formando capital social y una base tecnológica que va a repercutir en el desarrollo”.
El académico comentó que su registro de patente no pudo ser contabilizado dentro del programa de productividad de la UV, por lo cual consideró necesario replantear las formas de registro, ya que dentro del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sí es reconocido con determinado puntaje, dependiendo de la fase en que se encuentre la patente.
En ese sentido, recordó que se tienen registradas sólo siete patentes desde la fundación de la UV en 1944. “Sí hay investigación, sí hay resultados, sí hay potencial, el problema es que desconocemos el tema y algo que no conoces no lo proteges y no lo fomentas”.
Atender un problema común y generar una patente
La segunda patente que registró el académico surgió al intentar solucionar un problema que tenía una colega investigadora del Inecol, quien tuvo una intervención médica y en su convalecencia constantemente se desprendían sus vendajes.
“Hay unas cositas que se llaman ‘imperdibles’ y sujetan las vendas, pero siempre se pierden, entonces pensé cómo podíamos crear un dispositivo que sirva para sujetar con firmeza y seguridad, además de evitar lesiones porque los sujetadores tienen puntas muy afiladas que llegan a desgarrar o lastimar”, agregó.
“Diseñamos un dispositivo para sujeción de vendas y hablé con Jorge Aburto para comentarle la intención de desarrollar la patente del broche con sujeción del vendaje, para lo cual Sócrates Soltero y un diseñador industrial nos brindan asesoría personalizada.”
Ellos diseñan un prototipo industrial y con su asesoría se afinan los detalles para registrar la patente ante el IMPI; “seguimos en esa ruta y ahora lo interesante es que Jorge Aburto me dice que el dispositivo tiene el potencial para comercializarlo de manera masiva”.
Con el apoyo de la OTT el académico y un estudiante esperan su confirmación oficial para acudir a la próxima reunión del Nodo Binacional de Innovación a celebrarse en Monterrey, donde podrán mostrar su invención en busca de una capacitación que les permita dar el siguiente paso: acceder al mercado.
“Cuando ya realizas una patente no te puedes estar quieto, tienes que buscar el modo, encuentras ideas, las quieres cristalizar y las tienes que redactar conforme a los términos requeridos”, pero advirtió: “No todas las patentes prosperan, no te van a hacer rico, en todo caso van a contribuir al desarrollo de la universidad y estoy completamente de acuerdo con eso, pero necesitamos mucho apoyo, financiamiento, asesorías y tiempo, sobre todo fomentar esa cultura porque muchas ideas se quedan en las tesis y se pierde la oportunidad de registrarlas”.
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