- “Grandes músicos como Karajan inmortalizaron su trabajo mediante videos, labor que no debemos perder de vista”
- Con 36 años como chelista en la OSX, es un convencido de que vendrán tiempos mejores
Jorge Vázquez Pacheco
29/12/2020, Xalapa, Ver.– Alfredo Escobar Moreno, violonchelista de fila en la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) desde hace 36 años, almacena en su mente una serie de experiencias que le relaciona de muchas formas con diversos personajes emblemáticos en la historia del organismo.
En medio de lo mismo, lamenta la pérdida de algunos de sus compañeros de fila, como Dale Knight, ejecutante de figura característica e indeclinable entrega que “se murió en la raya”. También David Nassidze, artista de procedencia georgiana que fungió como primer violonchelo, así como Estanislao Perfecto, quien, aún joven y aparentemente sano, de forma inexplicable dejó de existir.
“A Dale Knight, su cariño y entrega le condujeron a trabajar aún con auxilio de un tanque de oxígeno y sabemos que pocas horas antes de fallecer impartía clases. Por lo que corresponde a Nassidze, quien murió de forma inesperada, fue portador de una forja artística típicamente rusa que lo establecía como un artista de alcances formidables”, comento Escobar Moreno en entrevista vía Zoom.
¿Cómo fue tu arribo a Xalapa y a la Universidad Veracruzana?
Soy originario de la capital de la República y mi formación artística se dio en el Conservatorio Nacional con Leopoldo Téllez, Imre Hartman y Víctor Manuel Cortés. También estudié en la Escuela Vida y Movimiento con varios maestros de procedencia rusa. Llegué a Xalapa en 1981 por consejo de Salomón Xique –a la sazón, jefe de personal en la Sinfónica del Estado de México–, quien me comunicó la posibilidad de concursar para ingreso a la Orquesta Universitaria de Música Popular (OUMP). Tres años más tarde concursé para una plaza en la OSX, tuve la fortuna de ganarla y desde entonces pertenezco a este magnífico organismo.
Has vivido cercanamente la partida de muchos compañeros…
Cierto, muchos no eran parte de la fila de violonchelos, pero todos integramos una cofradía donde compartimos vivencias de todos los días y todos los años. El que más viene a mi mente es Ernesto Martínez, amigo de todos, jovial, muy talentoso y excelente ser humano, a quien no le gustaba que le dijeran maestro, me decía “yo soy Pingüi y sólo llámame así”. Algunos excompañeros aún viven, como Pedro Gómez y Manuel Tornero, de quienes aprendí muchísimo.
Tu padre, Alfredo Escobar Aguayo, ¿fue elemento sustancial en tu aprecio hacia la música?
El cariño por el arte sonoro fue parte de mi formación familiar y mi padre me enseñó que, una vez que uno se dedica a esto, debemos mantener la música por encima de muchos elementos y circunstancias que deben pasar a un plano secundario. Cuando la entrega se hace de forma meditada y consciente, los privilegios llegan por sí solos.
En la UV, como personal académico, mantenemos un estatus importante que me compromete a colaborar lo mejor posible. Soy representante de la OSX ante el Consejo Universitario, imparto tutorías de apreciación artística en el Área de Formación de Elección Libre (AFEL). Mi satisfacción es ver los adelantos de mis alumnos, complementar su formación y su aprecio hacia el arte sonoro. Me encanta estar con ellos en Internet y mantenernos todos activos durante la contingencia. También convivo con muchos ejecutantes que pensamos de la misma forma, para interpretar música barroca.
¿Has pensado en la jubilación?
Podría gestionarla ya, pero la UV es una plataforma que me permite la continuidad en mis proyectos. He conocido gente que se retira y casi de inmediato su ánimo se derrumba; no sé si eso ocurrió con Estanislao Perfecto, pero en lo personal quiero también morirme en la raya, morir tocando.
¿Cómo capitalizar las duras experiencias durante la pandemia?
Han sido meses difíciles, pero al igual que otros organismos en el país y en el mundo, la OSX se mantiene trabajando, haciendo videos individuales y colectivos. Acostumbrados a tocar ante el público, cuando uno actúa solo ante el micrófono pasan muchas cosas por la cabeza. Durante una conferencia virtual de Rubén López Cano, investigador especializado en retórica musical desde el barroco a la era digital, le comenté esto y su respuesta fue aleccionadora.
Me respondió que Karajan y otras personalidades importantes dedicaron una parte de su trabajo a realizar buenos videos, como una forma de perpetuar su legado. Una vez que la OSX regrese a la actividad habitual, no es asunto de echar a la basura las grabaciones que realizamos; debemos perfeccionar lo que hecho con el auxilio de los medios electrónicos. Tocar ante el público y ante el micrófono son dos experiencias muy distintas y en el futuro habremos de retomar lo aprendido.
¿Cómo contemplas el futuro inmediato para la OSX?
Lo veo promisorio, con la debida continuidad en su labor de difusión. Tenemos mucho por hacer, aunque reconozco que son preocupantes las noticias que nos llegan desde Europa y Estados Unidos. Nos hablan del cierre de centros musicales y reducción de salarios a músicos de orquestas importantes. En el mismo plano internacional, hay magníficos solistas que consideran dedicarse mejor a otras actividades.
Por lo que toca a la UV, ha hecho un gran esfuerzo para mantener nuestros ingresos y podemos considerarnos afortunados, lo tenemos todo a la mano y la congruencia debe comprometernos a responder de la mejor forma como lo hacen en la UNAM, en Bellas Artes con la Sinfónica Nacional y la Orquesta de la Ópera, en Monterrey, Guanajuato y Guadalajara. Todos soportamos inconvenientes, pero confiamos en que esto debe pasar pronto y juntos vamos a echar abajo los semáforos sanitarios.
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