- Desarrollado por José María Vázquez Espinoza, egresado del Doctorado en Psicología de la Universidad Veracruzana
- En su trabajo de campo aplicó cuestionarios a seis dueñas de un negocio con más de tres años de antigüedad, así como a 331 mujeres que realizan ventas multinivel
Carlos Hugo Hermida Rosales
Fotos: Omar Portilla Palacios
09/07/2024, Xalapa, Ver.- José María Vázquez Espinoza, egresado del Doctorado en Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), analizó en su proyecto recepcional la forma en que influyen los estereotipos de género en el emprendimiento femenino, así como el papel de la historia familiar sobre esta actividad económica.
Para este fin, aplicó cuestionarios a seis dueñas de un negocio con más de tres años de antigüedad, así como a 331 mujeres que trabajan en ventas multinivel, donde indagó el origen de su emprendimiento, la red de apoyo que tienen y la forma en que se autoperciben.
Vázquez Espinoza comentó que el mundo empresarial atraviesa transformaciones cada vez más aceleradas, provocadas por el sistema social que genera cambios dentro y fuera de las organizaciones.
Ante ello, muchas personas inician un proyecto de negocio por falta de oportunidades de empleo, o simplemente con el objetivo de obtener recursos.
Explicó que debido a la situación económica actual la búsqueda de ingresos extras resulta fundamental, pues provee del sentimiento de ser útiles al entorno cercano.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 55% de mujeres que abrieron su empresa en México fueron impulsadas por la necesidad.
El egresado compartió que los cuestionarios arrojaron que las dueñas de negocios iniciaron su emprendimiento con capital propio y no contaron con el apoyo de nadie al desarrollarlo. Por su parte, las mujeres que trabajan en ventas multinivel no requirieron de recursos económicos para comenzar, y tampoco tuvieron ayuda al momento de realizar trámites.
Vázquez Espinoza declaró que estas emprendedoras decidieron romper con las expectativas sociales que enmarcan a las mujeres en las tareas domésticas; en muchos casos su familia de origen fungió de modelo a seguir como mentores.
Enunció que los rasgos empresariales de las mujeres son multifacéticos y dependen del entorno y, a su vez, están configurados por una combinación de patrones socioculturales y de atributos individuales, donde también se destacan los valores que poseen.
“Las normas culturales del contexto familiar moldean las percepciones de las mujeres sobre el espíritu empresarial y su disposición a desafiar los roles de género tradicionales; encontrar y afrontar los estereotipos arraigados y fomentar actitudes de inclusión son pasos esenciales al promover un entorno adecuado para el emprendimiento femenino”, manifestó.
El egresado declaró que se carece de enfoques integrales para estudiar este fenómeno complejo que va en aumento en México y el mundo, y que cada vez cobra mayor importancia.
“La esperanza es lo que mantiene a la mujer en momentos complicados al emprender y le permite superar obstáculos, afrontar desafíos, perseguir su visión y adaptar sus estrategias al resolver problemáticas”, aseveró.
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