- Carla Escoffié, escritora y defensora del derecho a la ciudad, afirmó que acciones colectivas a nivel político, cultural y social son necesarias para mantener a los espacios como públicos
David Sandoval Rodríguez
Fotos: Omar Portilla Palacios
22/05/2024, Xalapa, Ver.- La autora, activista y abogada por el derecho a la ciudad, Carla Escoffié Duarte, impartió la conferencia “Exilio, vivienda y ciudad” en el marco de la entrega del Premio Ciencia UV, celebrado en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2024 de la Universidad Veracruzana (UV).
La Directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho Monterrey y autora del libro País sin techo: ciudades, historias y luchas sobre la vivienda, compartió con las y los asistentes la importancia de reflexionar sobre los espacios públicos urbanos y las acciones colectivas para su conservación.
“Las ciudades cambian constantemente, no son estáticas, y depende de nosotros si cambian para bien o para mal”, puntualizó al comentar que cada persona tiene un concepto distinto de su ciudad, compuesto por sus relaciones con ella y por los recuerdos, vivencias y actividades que realiza.
Respecto a qué debemos hacer como colectividad para que las ciudades cambien hacia el bien, respondió que el primer paso es considerar la implementación de acciones políticas, académicas, culturales y sociales, a través de la participación colectiva.
Al momento, agregó, diversas organizaciones a nivel nacional están impulsando acciones para elaborar un nuevo código urbanístico para el país, dado que existen múltiples reglamentos y códigos pero no están homogeneizados, inclusive algunas de sus definiciones son poco claras.
Por ejemplo, en los reglamentos y códigos urbanos mexicanos no existe una definición estandarizada de parque, pero en algunos lineamientos se establece que quien puede crearlo oficialmente es el gobierno, ya sea estatal o municipal.
Sin embargo, expuso el caso del Parque Libertad, en Monterrey, Nuevo León, un espacio que rescataron los vecinos luego del descuido y abandono de las autoridades; se organizaron para limpiar el espacio y comenzaron a realizar actividades, luego el municipio quiso cercar el parque y las protestas –así como una demanda civil en la que se establecía el uso público del lugar– permitieron que no se modificara su estatus.
“Se tiene que luchar también contra la especulación inmobiliaria, pero sobre todo contra una lógica individualista”, ya que esta forma de pensar debilita el interés en organizarse colectivamente para defender el derecho a la ciudad, aseveró.
Con la participación del público, la ponente pudo conocer el valor que representa para cada uno el paseo de Los Lagos, a partir de las caracterizaciones que hacen del espacio, ya que, señaló, los lugares son 50% lo que hay en términos físicos y 50% lo que representan en el imaginario individual y colectivo.
Estos imaginarios se van construyendo constantemente a partir de ciertas características que acaban por referirse a los espacios, como en este caso, de ser un lugar público, de paseo, descanso, pero también de inseguridad en ciertos horarios.
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