- Directivos, profesores y estudiantes de la Facultad de Biología celebraron el 20 aniversario del espacio universitario
- Actualmente, el lugar aloja a aproximadamente 50 especímenes, entre reptiles y anfibios
- Fue develada la placa conmemorativa dedicada al profesor Antonio Maruri, por su esfuerzo, compromiso y dedicación en pro de este proyecto
Paola Cortés Pérez
Fotos: Luis Fernando Fernández
06/05/2023, Xalapa, Ver.- El Herpetario Staku-Luhua de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV) cumplió 20 años de educar a las y los estudiantes, así como a concientizar a la población sobre la importancia ecológica de los reptiles y anfibios.
Los estudiantes-voluntarios, junto con los profesores, organizaron un evento para reconocer y conmemorar los aprendizajes y aportes del docente Antonio Heriberto Maruri García, fundador del herpetario.
Ibiza Martínez Serrano, directora de la Facultad, reconoció su dedicación en la transmisión de conocimiento a las generaciones de alumnas y alumnos, a través de las experiencias educativas y el herpetario.
Posteriormente, en el espacio universitario fue develada una placa dedicada a Antonio Maruri por su esfuerzo, compromiso y dedicación en pro del proyecto iniciado en 2003.
María Sánchez Rodríguez, estudiante de tercer semestre de la Licenciatura en Lengua Inglesa, a nombre de los estudiantes que laboran en el herpetario dijo que fue y está hecho por personas perseverantes, fuertes y comprometidas; han egresado profesionistas y biólogos capaces.
“Muchos estudiantes han crecido profesionalmente en este lugar que ha sido como una escuela y nuestra segunda casa. Gracias, profesor por estar siempre con nosotros, guiarnos y enseñarnos.”
Orígenes: un proyecto de biología viva
El Herpetario Staku-Luhua inició entre 2002-2003 debido a las inquietudes de profesores y estudiantes por construir un proyecto de biología viva, ya que desde hace tiempo los biólogos estudian especímenes conservados en formol.
En el caso de los reptiles, Antonio Heriberto Maruri comentó que estos animales no tienen un carisma positivo ante las personas; sin embargo, como modelos educativos resultan ser buenos porque no requieren tanto cuidado en materia de alimentación.
“Acordamos que el proyecto fuera meramente estudiantil para que los alumnos se formaran, capacitaran y cumplieran con los objetivos de conservación y de educación ambiental. Así fue como inició un centro para el manejo de los animales y para hacer conciencia en la población sobre la importancia de los reptiles para la naturaleza”.
Precisó además que “algunos de los universitarios –por inquietudes propias– ya venían capacitados en seguridad y manejo de reptiles, otros más recibieron adiestramiento y ahora ellos ofrecen entrenamiento a bomberos, así como a personal de Protección Civil y de la Cruz Roja.”
Con respecto a las especies que albergan, el académico explicó que hace años no había tantas restricciones legales y ambientales para tener reptiles como mascotas, debido a esto algunos estudiantes las donaron.
En ese mismo año, el herpetario obtuvo el certificado como Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), ya que al ser parte de una institución pública se debía cumplir con la normatividad en la materia, así que se enfocaron en elaborar un programa de manejo.
“Como UMA nos llegaron algunos animales que fueron decomisados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Actualmente tenemos un acuerdo con ellos, si nos llega una especie la observamos, valoramos y, si no existe riesgo, la liberamos para evitar que sufra estrés por el cautiverio. No hacemos liberaciones masivas”, detalló el docente.
Herpetario como lugar de aprendizaje
El profesor Antonio Maruri narró que el proyecto inició con cinco estudiantes, actualmente son 15 voluntarios que cursan diferentes programas educativos en esta casa de estudios, quienes cuidan de alrededor de 50 especímenes, entre reptiles y anfibios.
Al tratarse de un proyecto totalmente estudiantil, son los miembros quienes organizan y realizan el proceso de selección de los futuros voluntarios.
María Sánchez recordó que cuando cursaba la preparatoria abierta, hace ochos años, supo de la existencia del herpetario mientras revisaba las redes sociales, “me animé a postularme como candidata y me aceptaron”.
Jenaro Sánchez Rodríguez, estudiante de sexto semestre de la Licenciatura en Biología, contó que el proceso de selección se da a partir de un formulario que al inicio de cada semestre se publica en internet, es decir, dos veces al año.
“Se selecciona a un grupo de aspirantes que son sometidos a prueba durante un mes; si tienen las aptitudes y trabajan adecuadamente, formarán parte del equipo de voluntarios del herpetario.”
Mencionó que en el espacio universitario los estudiantes aprenden de manera práctica y adquieren conocimientos para materias como la herpetología, y es un lugar clave para trabajar con organismos vivos.
María Sánchez expresó: “La experiencia que adquieres te permite trabajar en jardín de niños, primaria, secundaria y preparatoria; también aprendemos a manejar y hablar ante grupos. Son de las pocas experiencias que te nutren en el aspecto profesional y personal”.
Antonio Maruri dijo que de los estudiantes que participan en el proyecto han aprendido y admira su entrega y vocación, ya que siempre están al pendiente de los animales en vacaciones, días festivos y fines de semana, incluso usan su dinero para alimentarles.
“Es una pasión para ellos, tienen amor por las especies y su profesión. Me llenan mucho de orgullo.”
Jenaro Sánchez reiteró que el herpetario es un lugar sumamente relevante para la formación de herpetólogos y biólogos capacitados en esta área. Brindan talleres, pláticas y capacitaciones a los bomberos y público interesado.
Incluso, herpetarios de otras instituciones solicitan asesoramiento y les preguntan qué hacen para no tener una elevada mortandad de especies: la razón es que cuentan con el principio de manejo mínimo, esto es, si no hay una razón para mover al animal es mejor mantenerlo tranquilo para evitar el estrés, compartió Maruri García.
María Sánchez invitó a los estudiantes a conocer y participar en el proyecto, sin importar el programa educativo que cursen, “el herpetario es un lugar de enseñanza”.
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