- Así como desmercantilizar la educación superior, coincidieron participantes del conversatorio “¿Hacia dónde van las universidades latinoamericanas?”
- Luis Armando González Placencia, Andrés Felipe Mora Cortés, Roberto Leher y Ana Silvia Monzón compartieron reflexiones en el cierre del Coloquio Internacional “Educación Superior y Gobiernos Progresistas en América Latina”
Paola Cortés Pérez
Fotos: Omar Portilla Palacios
22/05/2024, Xalapa, Ver.- América Latina enfrenta el reto de desmercantilizar la educación superior y reivindicar el sentido de la universidad pública, replanteando las relaciones de género, el papel que tienen los pueblos originarios y afrodescendientes, así como la diversidad de identidades que integran la sociedad, coincidieron participantes del conversatorio con el que concluyó el Coloquio Internacional “Educación Superior y Gobiernos Progresistas en América Latina”, realizado en la Universidad Veracruzana (UV).
En la mesa de análisis “¿Hacia dónde van las universidades latinoamericanas?” participaron: Luis Armando González Placencia, secretario General Ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES); Andrés Felipe Mora Cortés, director del Centro de Pensamiento en Políticas Públicas de Educación Superior, de la Universidad Nacional de Colombia.
Así como Ana Silvia Monzón Monterroso, coordinadora y profesora-investigadora del Programa académico género y feminismos en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Guatemala, y Roberto Leher, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), con la moderación de Ernesto Isunza Vera, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Unidad Golfo.
La y los panelistas coincidieron en que las universidades latinoamericanas se ubican en una disputa entre dos formas de entenderlas: la neoliberal/mercantilista y la que se enfoca en construir el bien común.
En su intervención, Luis Armando González señaló que a raíz de los gobiernos de izquierda que han tenido México y algunos países de América Latina, las universidades se han enfocado en un modelo distinto en la medida que se sostiene en valores que dan prioridad a la colaboración y el empeño colectivo por encima de la competencia individual.
“Supone una apuesta por un trabajo interinstitucional organizado, bajo un esquema de gobernabilidad solidaria, que contribuirá a la elaboración coordinada entre los ámbitos federales, estatales y locales que permita discutir cuestiones como la mejor distribución del talento en carreras y opciones terminales, vinculadas a la agenda del desarrollo nacional.”
En respuesta a la pregunta del panel, dijo que existen dos modelos de educación: uno, destinado a la consolidación de las asimetrías sociales y la formación de servidumbres con fines empresariales; y otro modelo que busca abatir la desigualdad, promover los valores del humanismo, la cultura de la paz y la colaboración, la colectividad en beneficio común.
En ese contexto, el reto es construir “una universidad orientada hacia la comunidad, que rescate nuestra identidad y nos coloque en relación horizontal con otras visiones del mundo, conseguir la soberanía académica y científica hacia nuestra independencia cultural.”
En tanto, Andrés Felipe Mora reiteró que en Latinoamérica se plantean dos conceptos de educación superior: educación a lo largo de la vida y educación para la vida. La primera, explicó, se sustenta en criterios mercantiles, de acreditación, rompe con la idea de la autonomía y reproduce las desigualdades.
Mientras que la educación para la vida se fundamenta en dos pilares: como derecho fundamental y un bien común; cuando se cumplan, entonces se podrá hablar de una educación de calidad
El académico colombiano habló de una educación superior “que transforme para el bien común de la sociedad, para una vida digna y para el rescate de la vida”. En el contexto actual, agregó, hay dos caminos: “uno que nos habla del fin de la universidad, que nos lleva al dominio de los sistemas educativos terciarios o posmedia, y, en un segundo lugar, tenemos el rescate de la singularidad de la universidad.”
Ana Silva Monzón consideró que hay tres visiones: la catastrófica, la cual habla de la extinción de las universidades; la transformadora y la del replanteamiento.
La investigadora guatemalteca mencionó que es posible una transformación que conlleve al replanteamiento de las instituciones; para ello, las y los jóvenes deben tomar la palabra, al ser ellas y ellos las principales personas beneficiarias.
“¿Hacia dónde me gustaría que fueran las universidades latinoamericanas? Hacia la reivindicación, desmercantilización y despatriarcalización, de lo contrario seguiremos con el mismo modelo educativo imperante.”
Lo anterior, argumentó, se logrará a partir de abordar y visibilizar las relaciones de género al interior de estas instituciones, así como las situaciones, condiciones y posiciones de las mujeres en el ámbito académico como una cuestión social.
“Lo cierto es que las universidades viven una crisis, unas más que otras, pero debido a que han cedido espacios a la individualización y a que, cada vez más, quieren parecerse más al sistema mercantilista, que tomar el papel que históricamente le corresponde”, finalizó.
Por último, Roberto Leher se preguntó ¿Es posible un mundo democrático sin universidades públicas? “Necesitamos de instituciones públicas capaces de interpelar sobre los dilemas de la humanidad, lo que representa un gran desafío en Latinoamérica.”
El investigador brasileño ofreció un panorama de la problemática que vive su país, en donde el mayor porcentaje de la matrícula que cursa educación superior está inscrito en universidades privadas.
Además, quienes concluyen su formación universitaria no encuentran dónde ejercer su profesión, lo que va generando un resentimiento que es terreno fértil para ideologías vinculadas a la extrema derecha.
“Necesitamos universidades con capacidad de hacer interpelación sobre los dilemas de la humanidad, para la comprensión y solución de problemas y la producción de nuevos conocimientos. Debemos construir una universidad comprometida con el bien vivir de los pueblos y de la humanidad.”
Otros puntos en común expresados durante el conversatorio fueron la necesidad de integrar las agendas de los diferentes sectores que conforman a la sociedad, así como dejar a un lado la narrativa del individualismo.
En el recinto estuvieron presentes estudiantes, docentes e investigadores, así como autoridades universitarias encabezadas por el rector Martín Aguilar Sánchez.
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