- Carlos Adrián Alarcón Rojas hizo una comparación basada en dos organismos de salud
- Analizó los anuarios epidemiológicos del Centro Estatal de Cancerología “Dr. Miguel Dorantes Mesa” e ISSSTE
Claudia Peralta Vázquez
Fotos: Omar Portilla Palacios (1) y Facebook Maestría en Salud Pública (2 Y 3)
01/09/2023, Xalapa, Ver.- Un estudio reciente desarrollado por Carlos Adrián Alarcón Rojas, egresado de la Maestría en Salud Pública de la Universidad Veracruzana (UV), reveló que el nivel educativo y socioeconómico de la población femenina incide directamente en la supervivencia de cáncer de mama.
El médico cirujano, formado en esta casa de estudios, presentó los resultados de la investigación “Comparación de la supervivencia en mujeres con cáncer de mama de dos instituciones de salud”, como requisito para titularse de dicho programa educativo (PE).
Como el título lo indica, el propósito fue evaluar la supervivencia de pacientes desde su diagnóstico, tratamiento, recuperación o fallecimiento, en el Centro Estatal de Cancerología (Cecan) “Dr. Miguel Dorantes Mesa”, de los Servicios de Salud de Veracruz (Sesver), y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de la ciudad de Veracruz.
El abordaje de la tesis, dirigida por María Teresa Álvarez Bañuelos y la asesoría de Jaime Morales Romero, obedece al interés de aportar nuevas propuestas ante la alta incidencia de cáncer de mama, enfermedad que más afecta a las mujeres y una de las primeras causas de muerte a nivel nacional.
Carlos Adrián comentó que, ante la falta de una evaluación de este tipo en México, también se hizo una comparación entre las poblaciones de ambos nosocomios, cuyos resultados arrojaron aspectos que ya habían sido considerados y otros que, por el contrario, no se esperaban, lo cual permitió al joven especialista emitir algunas recomendaciones.
El contacto que desde la licenciatura tuvo con la salud pública en materia de investigación, así como en la evaluación y análisis de los sistemas de salud, lo llevó a considerar la creación de parámetros que contribuyan a desarrollar políticas que incidan en la reducción e impacto de enfermedades.
Resaltó la situación existente a nivel nacional en torno a la discusión acerca de los servicios de seguridad y salud pública, principalmente con la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y su impacto en la población.
El estudio ayudará a evaluar cómo es que la población de dos diferentes instituciones de salud puede recibir un mejor o peor tratamiento, y su pronóstico, pueden tener repercusiones a corto y largo plazo.
Explicó que la investigación fue realizada con base en la revisión de 258 expedientes clínicos y anuarios epidemiológicos de igual número de mujeres mayores de 18 años, lo que reflejó la fecha de diagnóstico e inicio de tratamiento.
En dicho análisis evaluativo que abarcó 10 años –de 2012 a 2022– pudo notar que la atención de los servicios estatales está dirigida, principalmente, a las amas de casa, quienes tienen la derechohabiencia gracias a sus esposos o padres, y a segundas o terceras personas.
Posteriormente, tras la revisión detallada de cada uno de los expedientes, se hizo una base de datos que permitió desarrollar cálculos relacionados con el tiempo del tratamiento y factores de riesgo, entre otros aspectos.
El médico cirujano egresado de esta casa de estudios precisó que su investigación arrojó que en el ISSSTE el 95% de las mujeres que llevan una vigilancia de cinco años, sí sobreviven; mientras que el 85% de las que son atendidas en el Cecan, apenas lo logran.
En un periodo de 10 años de vigilancia, el 90% de las pacientes del ISSSTE sigue con vida, y en el Cecan, apenas sobrevive el 75%.
“Definitivamente hay muchas diferencias entre las pacientes, y no se trata de decidir cambiarse de sistema para tener un mejor pronóstico.”
Las cifras anteriores indican que seguramente las pacientes del ISSSTE tuvieron una mejor educación y entorno que facilitó que fueran diagnosticadas en etapas tempranas. Contrario a las del Cecan, que son evaluadas y diagnosticadas en etapas más tardías y, por lo tanto, su tratamiento es más agresivo, sin grandes expectativas de vida.
A pesar de que el enfoque no se centró en evaluar las condiciones socioeconómicas, fue inevitable que salieran a relucir porque sí hay una diferencia notable, apuntó el investigador.
Tan sólo la formación escolar de las pacientes del ISSSTE va de la educación media al nivel superior, y en las del Cecan, del básico hasta el bachillerato.
Por lo anterior, Carlos Adrián Alarcón propone un mayor impacto por parte de la institución, específicamente de los servicios estatales, y correlacionarse con las unidades de primer nivel para que las refieran al segundo y tercer nivel de atención.
“Hay mucho retraso en esa parte, nosotros nos apoyamos del Centro de Alta Especialidad (CAE) porque tienen el Centro de Evaluación Diagnóstica de Cáncer de Mama, donde llegan las pacientes referidas, de ahí las envían al Cecan.”
Sin embargo, lamentó que en ese trayecto del CAE al Cecan, o bien se retrasan o ya no se presentan porque deciden no continuar su tratamiento, situación que no se percibe en la institución federal, pues al no obtener una consulta oportuna en el Hospital de Alta Especialidad del ISSSTE, las pacientes suelen recurrir a servicios particulares.
En este sentido, es necesario facilitar los caminos a las pacientes y educarlas previamente, con el fin de que el diagnóstico y tratamiento sea oportuno.
Actualmente, se realiza un reporte de los resultados obtenidos para que éstos sean dados a conocer en ambas instituciones y próximamente también serán publicados en una revista internacional para difundirlos entre la comunidad científica.
“Es importante comunicarlo a los directivos de las instituciones, así como al personal que asiste y atiende a las pacientes; con base en ello se tomarán medidas educativas, preventivas y de atención.”
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