- Gerardo Aburto Vásquez hizo un estudio de sustentabilidad en 30 Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación
- Es el primer egresado de la Maestría en Biología Integrativa, adscrita al Instituto de Investigaciones Biológicas
Claudia Peralta Vázquez
Fotos: Luis Fernando Fernández
01/08/2022, Xalapa, Ver.- Gerardo Aburto Vásquez, primer egresado de la Maestría en Biología Integrativa (MBI) de la Universidad Veracruzana (UV), evaluó la sustentabilidad en la dimensión social, ecológica y económica en 30 Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC), de un total de 147 que existen en el estado de Oaxaca.
“Evaluación de la sustentabilidad de las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación en La Chinantla, Oaxaca”, es el tema desarrollado por el joven como parte del posgrado adscrito al Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB).
A través de Zoom, Gerardo Aburto presentó el examen para obtener el grado de Maestro en Biología Integrativa, ante el jurado conformado por: José Luis Pérez Chacón, presidente; Christian Alejandro Delfín Alfonso, secretario; Rosario Citlalli López Binnquist, vocal, Yolanda Campos Uscanga y María del Socorro Herrera Meza, sinodales.
Comentó que en los últimos años y a nivel mundial ha habido un declive de la biodiversidad, así como de sus servicios ecosistémicos asociados.
Las ADVC representan una de las principales estrategias para revertirlo, son un esquema de conservación alternativo de dichos ecosistemas, de su biodiversidad y de los valores culturales asociados, además de hacer un uso sustentable de los recursos naturales.
La sustentabilidad se define como la condición de balance, interconectividad y resiliencia que permite a las comunidades satisfacer sus necesidades, expuso.
Por tanto, Gerardo Aburto propuso un modelo de sustentabilidad basado en la conservación comunitaria en ADVC de la región de La Chinantla, Oaxaca, conformado por tres dimensiones: ecológica, económica y social.
La primera, se compone de los ecosistemas, grupos de flora y fauna existentes; la económica, de los programas de subsidio federal, gestionados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la tercera -la social- representada por la certificación. La sustentabilidad es el enlace entre las tres dimensiones.
Explicó que las ADVC presentan contextos ambientales y socioculturales muy diferentes, por lo que resulta complicado hacer comparaciones y evaluaciones de sustentabilidad.
“Es necesario un marco metodológico para el desarrollo de indicadores que permitan hacer comparativo el concepto de sustentabilidad.”
Señaló que dentro de las ADVC son importantes las estrategias de manejo, definidas como un instrumento rector de planeación y regulación de actividades, basado en el estado de conservación de las mismas.
“Es el instrumento rector que la Conanp maneja para que las ADVC se conduzcan de manera sustentable en el desarrollo de sus actividades productivas y de conservación.”
Las acciones de dichas estrategias son: protección, conservación y manejo del ecosistema; inspección y vigilancia; monitoreo e investigación científica; protección, conservación y resguardo de recursos genéticos y bioculturales; aprovechamiento; mitigación y adaptación del cambio climático; educación ambiental y turismo de bajo impacto ambiental.
Para el estudio, Gerardo Aburto se centró en evaluar la sustentabilidad entre ADVC con y sin estrategia de manejo en la región media y baja de La Chinantla, Oaxaca, con el objetivo de conocer el estado actual y los aspectos sociales, ecológicos y económicos.
También, la idea es construir un marco metodológico a partir de indicadores ecológicos, sociales y económicos de las ADVC, y aplicar el instrumento de medición de la sustentabilidad como modelos de estudio en La Chinantla, clasificada en región alta, media y baja.
Las principales actividades productivas de la zona media y baja son la agricultura y la ganadería; su ecosistema se destaca por selva alta y mediana perennifolia. Las actividades de la región alta tienen que ver con la agricultura y aprovechamiento forestal; su ecosistema es de bosque mesófilo de montaña y selva alta perennifolia.
La biodiversidad se encuentra protegida dentro de áreas rodeadas de mosaicos, paisajes fragmentados, agroforestales, administrados y gestionados por comunidades indígenas o rurales. Por lo tanto, las ADVC representan un modelo ideal para poder medir la sustentabilidad.
Dio a conocer que en esta región se encuentran 30 ADVC de las 147 que existen en el estado de Oaxaca y La Chinantla es considerada una región prioritaria para la conservación, dada su alta biodiversidad, además se ubica entre la sierra norte y Tuxtepec.
Las selvas altas y medianas perennifolias, bosques mesófilos y bosques templados de pino y encino son los principales tipos de vegetación y ecosistemas; hay cuatro mil especies de plantas vasculares y mil 45 especies de reptiles, anfibios, aves y mamíferos.
Las 30 ADVC elegidas para este estudio se encuentran en los municipios de: San Juan Bautista Valle Nacional, Santa María Jacatepec, Santiago Jocotepec, San Felipe Usila, Ayotzintepec, San Miguel Soyaltepec, Acatlán de Pérez Figueroa, San José Chiltepec y San Lucas Ojitlán.
Como parte del estudio iniciado en diciembre de 2020, se tomaron en cuenta 19 criterios generales de sustentabilidad.
Planteó que la posición en el paisaje de las ADVC y la implicación de las comunidades a través de la aplicación de la estrategia de manejo, determina el grado de sustentabilidad de sus actividades sociales, económicas y ambientales.
Por tanto, las ADVC que trabajan de la mano con la estrategia de manejo presentaron valores más altos de sustentabilidad en las tres dimensiones, a diferencia de las que no la toman en cuenta.
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