- El proyecto Medición Independiente de Aprendizajes, desarrollado por Anabel Velásquez y Samana Vergara-Lope, lleva 10 años impulsando estrategias educativas
- La iniciativa finalista del Premio “Klaus J. Jacobs” a las mejores prácticas, ha beneficiado a decenas de miles de niños
Carlos Hugo Hermida Rosales
Fotos: Omar Portilla Palacios (1), cortesía entrevistadas (2,3)
28/11/2024, Xalapa, Ver.- Anabel Velásquez Durán y Samana Vergara-Lope Tristán, integrantes del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana (UV), crearon hace una década, en conjunto con Felipe Hevia de la Jara, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), el proyecto Medición Independiente de Aprendizajes (MIA), a través del cual desarrollan innovaciones educativas que abaten rezagos en los aprendizajes básicos.
Samana Vergara explicó que por aprendizajes básicos se entiende el conocimiento que los niños deberían adquirir en sus primeros años de formación educativa y no lo hacen, como lectura y matemáticas, lo cual les genera problemas en otros dominios y limita sus procesos académicos y de vida, aumenta probabilidades de deserción escolar y supone un riesgo de rezago social.
En atención a esta situación, en el proyecto MIA se realizaron evaluaciones y crearon intervenciones para mejorarlos, las cuales fueron validadas, aplicadas y replicadas a fin de poder escalarlas con decenas de miles de niños, por medio de la transferencia de capacidades a docentes de México y otros países de Latinoamérica.
Anabel Velásquez comentó que en 10 años de trabajo se implementaron mediciones en gran escala en Veracruz, Tabasco, Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Puebla, que permitieron identificar el rezago educativo de niños, y a partir de ello se llevaron a cabo campamentos educativos en 11 entidades, que han ayudado a 300 mil pequeños a recuperar los aprendizajes.
Para ello han formado equipo con las secretarías educativas de Guerrero, Chiapas, Chihuahua, Guanajuato y Veracruz, así como con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), UNICEF y las fundaciones Tinker, Hewlett y Kellogg, entre otras instituciones.
Igualmente, se crearon cursos masivos y abiertos en línea en conjunto con Televisión Educativa del Gobierno de México, que les permitieron impactar en 70 mil docentes.
Además de haber llegado a 21 estados, el modelo de MIA también lo ha hecho a Colombia, Venezuela, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Perú, Honduras, Panamá, Chile y Brasil.
La iniciativa fue presentada en 2022 en los Consejos Técnicos Escolares del país, y a raíz de ello fue incluida en la Estrategia Nacional para la Recuperación de Trayectorias Educativas, y adicionalmente implementa campamentos de aprendizaje e instrumentos de medición en lengua tsotsil.
Samana Vergara manifestó que este proyecto liga la academia con la investigación, la práctica y la resolución de problemas en educación, y a partir de ello propone una teoría de cambio clara, desarrolla con metodología rigurosa los instrumentos de medición e intervenciones, al tiempo que genera datos valiosos.
Por su parte, Anabel Velásquez destacó que esta iniciativa suma esfuerzos de la academia, miembros de la sociedad civil y dependencias gubernamentales que permiten pensar en un mundo donde los niños adquieran conocimientos en el tiempo debido y tengan trayectorias educativas exitosas.
Finalistas del Premio “Klaus J. Jacobs”
El proyecto MIA fue finalista del Premio “Klaus J. Jacobs” a las mejores prácticas, instaurado en 2009 para honrar el compromiso del creador de la fundación homónima con el progreso científico en materia de aprendizaje y educación infantil.
Se alcanzó este logro de entre 277 postulaciones a nivel internacional, y accedió a la fase final junto con instituciones de educación superior del Reino Unido, Uganda, Colombia, Siria, Líbano, Irak, Brasil y Ghana.
Anabel Velásquez explicó que el galardón reconoce el compromiso de instituciones o personas en el desarrollo de prácticas basadas en evidencia, que generen soluciones para enfrentar los grandes retos relacionados con el aprendizaje y la educación infantil; el jurado lo integra el consejo de administración de la fundación citada.
Para acceder a la última fase, el proyecto superó criterios de selección muy estrictos, donde demostró el uso de métodos de alta calidad y rigurosos aplicados de una manera objetiva, y un impacto sostenible con capacidad de generar un cambio sistémico.
Samana Vergara expresó alegría porque MIA haya sido reconocido por la Fundación “Klaus J. Jacobs”, pues detrás del proyecto se encuentra la labor de muchas personas, quienes se han sumado para llevar a cabo las actividades.
Compartió que se tiene planeada la creación de nuevas innovaciones que promuevan aprendizajes básicos en el momento oportuno para prevenir el rezago escolar.
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